Modernismo y Generación del 98 en *Luces de Bohemia*
*Luces de Bohemia*, el primer esperpento de Valle-Inclán, marca el adiós definitivo del autor a la estética modernista y a la bohemia heroica. A través de la identificación entre Max Estrella y el escritor romántico Víctor Hugo, se da por finalizada la bohemia antiburguesa. Valle es consciente de que los nuevos tiempos hacen imposible la existencia superior del artista aristocrático modernista. Ahora, lo que encontramos es, por una parte, un golfo buscavidas (Don Latino) que poco o nada tiene de heroico y, por otra, una multitud de aficionados. El propio Max se contagia de la degradación general al aceptar el dinero que le ofrece el ministro. Si la vida bohemia ya no es posible, tampoco lo es la estética modernista que la sustenta. Este descubrimiento lleva a Max a la proclamación de una nueva técnica que sea capaz de ofrecer una visión del mundo tanto más cierta cuanto más deformada. Max llega a esta conclusión cuando su vida está concluyendo.
Por otra parte, *Luces de Bohemia* manifiesta una honda disconformidad con la España de la época y contiene un duro ataque a la realidad española, lo que la aproxima a las preocupaciones de los noventayochistas. En esta obra, nadie se libra de la crítica. También se relaciona con la Generación del 98 la renovación literaria experimental que intenta superar el estancamiento de la comedia burguesa de Jacinto Benavente. Valle no duda en acercarse a modelos teatrales considerados menores, trascendiéndolos para crear un nuevo género capaz de expresar las inquietudes del autor y plantear su denuncia. Serían igualmente propios de los autores de la Generación del 98 el uso predominante de la prosa, la primacía del diálogo sobre la acción y la recuperación de localismos, arcaísmos o gitanismos.
En cambio, la función poética de las acotaciones, la presencia de cultismos o neologismos, o el cosmopolitismo que traslucen las páginas de *Luces de Bohemia* nos permitirían relacionar esta antitragedia con la estética modernista. Este contraste intencionado aproxima aún más, si cabe, la obra a la esencia del esperpento.
Max Estrella y Don Latino: Dos Caras de la Bohemia en *Luces de Bohemia*
Luces de Bohemia es una obra por la que transitan más de cincuenta personajes, a los que el propio autor calificó de «enanos o patizambos que juegan una tragedia». Procedentes de diversas clases sociales, de todos ellos sobresalen los dos principales: Max Estrella y Don Latino. Valle elabora los rasgos básicos y biográficos del protagonista de *Luces de Bohemia* a partir de la figura de Alejandro Sawa, considerado como la personificación de la bohemia por parte del vanguardista Ramón Gómez de la Serna. Sus similitudes con Max Estrella son numerosas: ambos eran escritores, estaban casados con mujeres francesas y murieron ciegos, locos y en la más absoluta miseria tras recibir una carta donde se prescindía de sus servicios en el mundo del periodismo.
Max Estrella: El Poeta Frustrado y la Crítica Social
Nuestro protagonista es un poeta frustrado cuya obra no ha obtenido éxito, por lo que no gana lo necesario para poder subsistir. Vive en una sociedad insensible a la obra literaria y se siente superior, tanto intelectual como moralmente, al mundo burgués. Max Estrella se puede entender como un alter ego de Valle-Inclán, dado que sus discursos reflejan muchas de las opiniones, valoraciones y críticas que el autor sostenía sobre la sociedad española. Max es un personaje complejo y lleno de contradicciones. Su ceguera no le impide ver el sufrimiento del pueblo y las injusticias proferidas por los gobernantes, por lo que se siente profundamente impotente ante la miseria intelectual y moral de España. Sin embargo, su carácter no está exento de incongruencias. Es crítico y denuncia la tiranía, pero también sucumbe al poder aceptando una paga del ministro que gastará en champán, mientras su familia sufre penalidades. Es decir, censura la corrupción política, pero acepta una pensión vitalicia.
Max Estrella podría haber llegado a ser un personaje trágico, pero la sociedad que lo rodea es tan cruel y grotesca que convierte su vida heroica en una existencia patética y absurda. Su degradación se refleja en la «muñequización» a la que lo somete el propio autor. Max, como si fuese un pelele, es estafado por Zaratustra, engañado por Don Latino y encarcelado como un vil delincuente. Incluso su muerte es ridícula, pues será confundida primero con una borrachera y finalmente con una catalepsia.
Don Latino: La Degradación de la Bohemia
Don Latino podría ser cualquiera de los modernistas con los que convivía Alejandro Sawa. Este personaje fundamental debe entenderse como un desdoblamiento del protagonista. Si Max simboliza la bohemia heroica, modernista y rebelde, Don Latino es reflejo de la degradación de esta bohemia que ha perdido la pureza de sus ideales y se ha corrompido. Se le puede definir como una persona inmoral, un parásito, un ser ruin y mezquino. Don Latino estafa a Max, en connivencia con Zaratustra, el dinero de los libros, lo abandona moribundo en el portal de su casa y le roba la cartera y el décimo de lotería premiado, causando sin el menor escrúpulo el suicidio de la mujer y la hija del poeta ciego.