El rayo de luna, de Gustavo Adolfo Bécquer
Resumen
El rayo de luna narra la historia de Manrique, un joven noble, poeta, soñador y distraído que reside en Soria. Una noche, mientras contemplaba la luna, creyó vislumbrar la silueta de una mujer entre la alameda. La visión de un retazo de tela blanca ondeando al viento lo convenció de haber encontrado a la mujer de sus sueños. Se lanzó en su búsqueda, perdiéndose en la espesura del bosque.
Durante un tiempo, Manrique la buscó incansablemente, creyendo verla en cada rincón y escuchar sus pisadas en cada sombra. Una noche, vio una barca entrar en la ciudad y le pareció distinguir la figura de una mujer. Decidido a seguirla, recorrió las calles de Soria sin éxito. Desesperado, llegó a una casa con una luz encendida y esperó toda la noche en la puerta. Al amanecer, un criado le informó que allí solo vivía su señor, don Alonso de Valdecuellos, quien, enfermo, mantenía la luz encendida toda la noche.
Manrique pasó dos meses obsesionado con la misteriosa mujer, idealizándola y enamorándose de ella. Una noche, en el mismo lugar, volvió a ver el retazo de tela, pero esta vez se dio cuenta de que era un simple rayo de luna. Había estado dos meses enamorado de una ilusión.
Años después, su madre le instaba a casarse, pero Manrique respondía que el amor era un rayo de luna. Sus escuderos lo animaban a ir a la guerra en busca de gloria, pero él replicaba que la gloria también era un rayo de luna. Todos lo creían loco.
Significado
La leyenda nos transmite la idea de que no todo es lo que parece y que no debemos construir castillos en el aire a partir de ilusiones vanas.
Época y lugar
La acción transcurre en Soria, alrededor del siglo XV.
Vocabulario
- Anascote: tela fina de lana.
- Cántiga: composición poética medieval, de carácter lírico o narrativo.
- Cimera: adorno de la parte superior de un yelmo o celada; aquí, un penacho de plumas.
- Doseles: bastidor que sostiene un tapiz de adorno que se coloca ante una puerta o detrás de un altar o trono.
- Escabel: silla pequeña y sin respaldo, de fácil transporte.
- Fábrica: construcción, cuerpo de edificio.
- Hollar: pisar, dejar huellas en un suelo; de donde, profanar, humillar.
- Hopalandas: sotana que visten los eclesiásticos, también los estudiantes.
- Intrincadas: enredadas, espesas, difíciles de penetrar al andar entre ellas.
- Maitines: primera de las horas canónicas que rezan los eclesiásticos, cuando aún no es de día.
- Palafreneros: criados que llevan las cabalgaduras por el freno, mozos de caballos.