El Realismo: Una Mirada Precisa a la Sociedad del Siglo XIX
El **realismo** surge como técnica narrativa en la Europa de la segunda mitad del siglo XIX, específicamente en Francia. Se gesta como un producto del positivismo, la filosofía marxista y como reacción al exceso de romanticismo. La novela realista busca una **reproducción exacta, completa y sincera del ambiente social y de la época** en la que se desarrolla. Está dirigida a un público burgués de ideología liberal, donde el autor, aunque omnipresente en su obra, se mantiene invisible. La novela realista despliega una amplia panorámica de la sociedad capitalista de la época. El narrador adopta una **técnica narrativa verista**, explorando ambientes hasta entonces inexplorados en la literatura, como barrios marginales, edificios y ciudades. Se describen minuciosamente los atuendos, las conductas y los caracteres de los personajes. El autor se esfuerza por ser lo más fiel posible al registro lingüístico que corresponde a cada personaje según su situación personal o social, incluyendo el léxico familiar y vulgar.
Ejemplo de Novela Realista: *Oliver Twist*
Un ejemplo paradigmático de novela realista es ***Oliver Twist***, del autor inglés **Charles Dickens**. La novela narra la historia de Oliver, un niño de escasos recursos que se ve obligado a robar para subsistir. Se une a un hombre que le proporciona alimento a cambio de realizar robos diarios, lo que lo sumerge en una vida de miseria y hambre. La narración es realista, ya que describe con precisión la ciudad de Londres de la época, profundiza en la psicología de sus personajes y emplea un léxico propio del realismo, con un registro vulgar.
El Naturalismo: La Novela como Experimento Científico
El **naturalismo** se desarrolla como técnica narrativa en la segunda mitad del siglo XIX, al igual que el realismo, como una reacción al idealismo romántico. El naturalismo aspira a otorgar a la novela un **valor científico y de investigación**, aplicando el método científico en su elaboración. El personaje se crea con el propósito de observar su reacción ante determinadas situaciones. En el naturalismo influyen notablemente el **determinismo**, que postula que la conducta humana no es libre, sino que está condicionada por la herencia biológica y el entorno social; el **positivismo**, que lleva al novelista a imitar al médico y al científico, experimentando con sus personajes; y el **materialismo**, que desplaza el foco del hombre abstracto al hombre concreto, centrándose en los aspectos más negativos de la sociedad capitalista que refleja.
Ejemplo de Novela Naturalista: *La Regenta*
Un ejemplo representativo de novela naturalista es ***La Regenta***, escrita por **Leopoldo Alas**, conocido como «Clarín». La novela gira en torno a Ana Ozores, la esposa del regente, quien enfrenta un conflicto amoroso entre su confesor y amor platónico, Fermín de Pas, un amor imposible por su condición de clérigo, y Álvaro Mesía, el seductor del pueblo. Finalmente, Ana es marginada socialmente y Álvaro muere a manos del regente. La historia se desarrolla en Vetusta, una representación ficticia de Oviedo. Esta novela se considera naturalista porque se observa a Ana en una situación específica y se analizan sus reacciones, experimentando con ella. Se profundiza en el estudio de los personajes, reflejando la influencia del materialismo.
Técnicas Narrativas del Siglo XX: Ruptura y Experimentación
Las técnicas narrativas del siglo XX se caracterizan por innovaciones en el **argumento**, el **tiempo**, la **multiplicidad de espacios**, los **cambios de puntos de vista**, el **personaje** y la **incorporación de lo fantástico**.
- Argumento: Desaparece el hilo anecdótico característico de la novela realista. El argumento deja de ser el elemento organizador del relato, y la novela se estructura como un «collage», con múltiples versiones de los acontecimientos y varios narradores que ofrecen su perspectiva de la historia.
- Tiempo: Se rompe la cronología narrativa. Los hechos ya no siguen un orden temporal lineal, sino que se presentan con total libertad, con saltos temporales hacia el pasado (**flashback**) o hacia el futuro (**flash-forward**).
- Multiplicidad de espacios: El espacio ya no es único, sino que se multiplica. Se pueden crear espacios sin sentido sin que el narrador esté obligado a dar explicaciones.
- Cambios de punto de vista: Desaparece la figura del narrador omnisciente. El propio personaje narra la historia, organizando el relato según su perspectiva. Incluso puede haber varios narradores en un mismo texto, relatando el mismo suceso desde diferentes puntos de vista. Se distinguen el narrador protagonista (la historia se narra desde la perspectiva del personaje principal), el narrador en primera persona observadora (el narrador cuenta lo que ve, pero no está involucrado en la acción) y el modo dramático (se suprime el narrador, y el lector debe deducir lo que piensan los personajes a través de sus palabras y gestos, buscando una objetividad absoluta).
- Personaje: Si en la novela del siglo XIX el personaje era el centro del interés y organizaba el relato, en el siglo XX pierde esta función. Aparecen personajes indefensos, desorientados y deshumanizados (**antihéroe**).
- Incorporación de lo fantástico: Se introducen elementos inexplicables e irracionales. Surge el **monólogo interior**, una técnica narrativa que consiste en una persona hablando consigo misma, expresando sus pensamientos más profundos e íntimos. Se emplean frases directas con una sintaxis mínima, lo justo para ser comprensible.
La Novela Española del Siglo XX: Tres Etapas
La novela española del siglo XX se divide en tres tercios:
Primer Tercio: Generación del 98, Generación del 14 y del 27
La **Generación del 98** se centra en una temática relacionada con España y su pérdida de esencia tras la pérdida de las últimas colonias en América. También se aborda el paisaje español, como una forma de revalorizar lo propio tras la pérdida de los paisajes americanos. Entre los autores más destacados de la Generación del 98 se encuentra **Valle-Inclán**, con su obra ***Tirano Banderas***, que utiliza la técnica del **esperpento**, transformando a los personajes en caricaturas y buscando un lenguaje universal. Otro autor relevante es **Unamuno**, con obras como ***Niebla*** y ***San Manuel Bueno, mártir***, caracterizadas por su brevedad. En la **Generación del 14 y del 27** destaca **Gabriel Miró**, cuya obra se caracteriza por la irrelevancia de la acción y una descripción centrada en un paisaje estático, con una prosa que busca la belleza en las imágenes.
Segundo Tercio: La Postguerra y el Exilio
El **segundo tercio** del siglo XX está marcado por la temática de la imposibilidad de regresar a España, reflejada en las **novelas del exilio**. Destacan autores de la postguerra como **Carmen Laforet** con ***Nada***, **Max Aub** con ***Campo Cerrado*** y **Camilo José Cela** con ***La familia de Pascual Duarte***.
Años 50 y 60: Objetivismo, Diálogo y Monólogo Interior
En los **años 50**, **Camilo José Cela** publica ***La Colmena***, una obra objetiva con narrador omnisciente, y **Rafael Sánchez Ferlosio** escribe ***El Jarama***, que narra la historia de unos jóvenes que van de fiesta a un río y uno de ellos muere. La peculiaridad de esta obra radica en que toda la narración se desarrolla a través de diálogos, sin la presencia de un narrador, lo que permite que los personajes y la trama se describan a través de sus interacciones. En los **años 60**, con la apertura del régimen franquista, se produce una mayor influencia de la literatura hispanoamericana. Destacan **Miguel Delibes** con ***Cinco horas con Mario***, una obra que presenta un monólogo interior de una mujer que reflexiona sobre su difunto marido, Mario, con un final abierto, y **Martín Santos** con ***Tiempo de Silencio***.