Simbolismo y Crítica Social en La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca

Federico García Lorca y el Contexto Teatral del Siglo XX

El autor del texto es Federico García Lorca, y el fragmento pertenece a su obra dramática La casa de Bernarda Alba. Lorca es la figura literaria más conocida, estudiada y admirada de las letras castellanas del siglo XX. Adscrito a la Generación del 27, destaca por su extraordinaria versatilidad creadora en los campos de la poesía, la música y el teatro. Como dramaturgo se le considera una de las cimas del teatro español del siglo XX.

Durante el primer tercio del siglo XX encontramos tres orientaciones en el teatro que se representaba en España:

  • La comedia burguesa: El principal representante es Jacinto Benavente, que propuso un teatro sin grandilocuencia, sin excesos, con atención preferente a los ambientes cotidianos. Su obra supone una crítica amable de los ideales burgueses, en obras como Los intereses creados. Otras veces se adentra en el terreno del drama rural con La malquerida.
  • El llamado teatro cómico: El sainete de ambiente madrileño o andaluz desarrollado por Carlos Arniches, los Álvarez Quintero o Muñoz Seca, creando la «tragedia grotesca», obras en las que se mezcla lo risible y lo conmovedor.
  • El teatro modernista: Cultivó una dramaturgia poética y simbólica; presentaba una visión idealizada de la historia y utilizaba el verso como vehículo principal del lenguaje dramático, representado por Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina.

Al margen del teatro comercial, los intentos de renovación provienen de los escritores de la Generación del 98 (Unamuno, Azorín, Valle-Inclán) y de la Generación del 27 (García Lorca), aunque pocas de sus obras fueron representadas en su momento, por su carácter experimental e innovador. Harán un teatro intelectual y complejo que enlazará con las tendencias filosóficas y teatrales más renovadoras del panorama occidental de la época. Técnicamente, intentarán romper definitivamente con las formas realistas y burguesas de la representación, aspecto en el que destaca, sobre todo, Ramón del Valle-Inclán con la creación de la categoría estética del esperpento en su obra Luces de bohemia.

García Lorca, por su parte, siempre defendió la necesidad de un teatro vivo que reflejase la vida de la gente de los pueblos de España, para ello crea su propia compañía de teatro, La Barraca. El mismo año que Lorca murió, concluye su última obra La casa de Bernarda Alba incluida en su “Trilogía rural” compuesta por Bodas de sangre (1933), Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936).

La Casa de Bernarda Alba: Sinopsis y Contexto

La casa de Bernarda Alba es una obra teatral en tres actos escrita en 1936 por Federico García Lorca. Expone la historia de Bernarda Alba, quien tras haber enviudado por segunda vez a los 60 años decide vivir los siguientes ocho años en el más riguroso luto. Lorca describe la España profunda de principios del siglo XX, caracterizada por una sociedad tradicional muy violenta, marcada por la opresión, en la que el papel que desempeña la mujer es secundario. Otros rasgos destacados son el fanatismo religioso y el miedo a descubrir la intimidad. Con Bernarda viven sus cinco hijas (Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela), su madre y sus dos criadas. Entre estas últimas se encuentra Poncia, una criada que ha vivido treinta años al servicio de la anciana.

La Marginación de la Mujer y la Visión del Amor

Lorca ha querido denunciar la marginación de la mujer y la visión del amor; para ello enfrenta dos modelos de comportamiento femenino. Por un lado, el que se basa en una moral relajada, amor libre, como es el caso de la mujer vestida de lentejuelas, Paca la Roseta y la hija de la Librada. Por otro lado, el comportamiento que se basa en una determinada concepción de la decencia, ligado a la sumisión por amor, al que Bernarda somete a sus hijas y que implica una sumisión a las normas sociales y convencionales, que discriminan a la mujer en beneficio del hombre: diferencias de trabajo, los hombres trabajan en el campo, mientras que las mujeres cuidarán de la casa (“Hilo y aguja para la mujer. Látigo y mula para el varón”). Mientras que a la mujer le está vedada cualquier inclinación o impulso amoroso, al hombre le está permitido mantener relaciones extramatrimoniales.

Temas Principales en La Casa de Bernarda Alba

En cuanto a los temas tratados por Lorca en la obra, destacan principalmente la importancia de las apariencias, el odio y la envidia, el dinero, el rol de la mujer, la lucha por la libertad y la opresión. El tema central de la obra es el enfrentamiento entre una moral autoritaria, rígida y convencional, representada por Bernarda, y el deseo de libertad, encarnado por María Josefa y Adela.

Hay que hacer referencia al tema de la muerte, que en García Lorca se suele presentar de forma violenta y sangrienta. Se trata de una muerte prematura cuyas víctimas suelen ser jóvenes e inocentes, como es la muerte de Adela, a la que se convierte en una especie de mártir, de víctima por su lucha firme y decidida en defensa de la libertad del ser humano.

Personajes y su Simbolismo

En La casa de Bernarda Alba los personajes reflejan las tensiones sociales, familiares y de género en la España rural de principios del siglo XX, destacando por complejidades y simbolismos.

  • María Josefa: Madre de Bernarda, tiene 80 años y está mentalmente desequilibrada, por lo que Bernarda la mantiene encerrada para evitar murmuraciones. Sin embargo, sus palabras, llenas de lirismo y lucidez, expresan los deseos reprimidos de las hijas: libertad, amor y escape del encierro. En su locura, clama por casarse y vivir junto al mar, donde pueda tener hijos libres, convirtiéndose en un eco de las frustraciones femeninas. Al igual que en El Quijote, Lorca pone en boca de un personaje considerado loco las verdades profundas de la obra.
  • Bernarda: De 60 años, es la madre autoritaria que controla la vida de sus hijas. Representa la figura patriarcal, imponiendo un rígido luto de ocho años tras la muerte de su segundo esposo. Su obsesión por el qué dirán y la honra dominan sus acciones, relegando la felicidad a un lugar secundario. Con su bastón como símbolo de poder, Bernarda desprecia a los pobres y limita los matrimonios de sus hijas a hombres de su misma clase. Su nombre, de origen germánico, significa «con fuerza de oso», reflejando un carácter avasallador.
  • Adela: La menor, de 20 años, es la única que desafía a Bernarda, representando el deseo de libertad frente a la represión. Su espíritu vital y rebelde la lleva a enamorarse de Pepe el Romano, prometido de su hermana Angustias, y a soñar con vivir libremente. Sin embargo, su lucha contra las normas sociales culmina en un trágico suicidio, convirtiéndose en mártir y símbolo de resistencia.
  • Martirio: De 24 años, vive consumida por la envidia y el odio hacia Adela. Marcada por una enfermedad y un rechazo amoroso causado por Bernarda, desarrolla una personalidad amarga y vengativa. Está enamorada de Pepe el Romano, lo que alimenta sus celos y la lleva a acciones que precipitan el trágico final. Su nombre simboliza su sufrimiento físico y emocional.
  • Amelia: De 27 años, es conformista y pasiva. Considera que ser mujer es un castigo y evita involucrarse en los conflictos familiares.
  • Magdalena: De 30 años, es la más resignada a su destino como soltera, criticando tanto la hipocresía social como las limitaciones impuestas a las mujeres. Desprecia su condición femenina y ve el matrimonio de Angustias con Pepe como un acto interesado.
  • Angustias: De 39 años y heredera más rica, es débil de salud y objeto del interés de Pepe por su dinero. Sus hermanas la desprecian por su posición privilegiada.
  • La Poncia: La criada principal, de 60 años, es una figura central en la obra. Conoce los secretos de la casa y, aunque odia a Bernarda, permanece a su servicio por necesidad. Su actitud crítica y sus comentarios irónicos aportan tensión y humor a la obra, además de anticipar el desenlace trágico.
  • Los hombres: Aunque ausentes en escena, ejercen una influencia omnipresente. Pepe el Romano, sin aparecer, es el centro de las tensiones y deseos en la casa, catalizando los conflictos que llevan al final. Lorca utiliza esta ausencia masculina para enfatizar el mundo cerrado y asfixiante de las mujeres, donde el control, los celos y las apariencias dominan sus vidas.

Estructura, Técnicas Dramáticas y Lenguaje

Se trata de un texto literario del género dramático y de subgénero drama, como afirmó Lorca en el subtítulo de su obra, subgénero de “dramas rurales” ambientados en un pueblo. La obra también presenta rasgos del subgénero de la tragedia como la fatalidad del destino y el final trágico. Posee una estructura circular clásica, con tres actos: planteamiento, nudo y desenlace. Las técnicas dramáticas son recursos empleados por el autor, así analizamos el espacio, el tiempo y el lenguaje teatral.

El Espacio

En esta obra se distinguen dos espacios, uno visible y otro no visible. El interior de la casa representa el encierro, la opresión y el dominio al que están sometidas las hijas de Bernarda y su madre. El exterior representa la libertad, el amor, el sexo y el deseo.

El Tiempo

Cada acto se realiza en un momento del día diferente, la acción transcurre durante un periodo de tiempo de alrededor de un mes. El paso del tiempo se deduce de las acciones y de los diálogos de los personajes. Las acotaciones son un elemento que sirve para informarnos sobre la puesta en escena de los personajes y de la verdadera intención comunicativa de los personajes.

El Lenguaje Teatral

Dentro del lenguaje teatral destacamos el diálogo, y se manifiesta por recursos propios de la lengua oral, como coloquialismos, uso de oraciones exclamativas e interrogativas y de la 1ª y 2ª persona. En la obra predominan los diálogos rápidos, incisivos y breves que expresan el carácter y el estado de ánimo, así como ofrecen fluidez y dinamismo. Los apartes son un recurso para que el espectador conozca los verdaderos sentimientos u opiniones de un personaje.

En La casa de Bernarda Alba los personajes se caracterizan por técnicas dramáticas como los comentarios de otros personajes, los personajes se definen a sí mismos, caracterización por los actos, las palabras, objetos simbólicos…

Por último, aludimos a las figuras retóricas como la comparación, símiles, hipérboles y metáforas populares, mediante una sintaxis poco compleja. Vulgarismos y expresiones populares del habla rural andaluza. El uso de los símbolos, en los que se condensan los temas o las pasiones de los personajes, propios de la influencia vanguardista que se hace visible en el lenguaje teatral de su autor, símbolos en los colores, los nombres de los personajes, etc.

Lorca ha procurado crear la impresión de verosimilitud, realismo, pero esta realidad está contemplada desde una dimensión poética. En definitiva, para Lorca, el teatro poético era sinónimo de teatro humano. “El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana.”

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