La Narrativa del Siglo XX hasta 1939
1. La Prosa de Principios de Siglo
En el campo de la prosa se comprueba, como en el de la poesía, la progresiva crisis del realismo, que va dejando paso a las tendencias innovadoras. Lo característico es una prosa impresionista dominada por la sugerencia, la imprecisión, el gusto por la vaguedad simbolista, la pincelada rápida, así como la tendencia a lo inconcluso, fragmentario.
Los temas comunes de estos escritos de principios de siglo son el voluntarismo frente a la abulia, la pasión frente a la inteligencia, problemas de personalidad, críticas sociales diversas… Las novelas se pueblan, así, de personajes abúlicos, insatisfechos; y a su lado, como probable influencia de Nietzsche, abundan personajes con voluntad de acción: aventureros, arrogantes, amantes del peligro…
La crisis de la novela realista no conduce a un modelo de novela alternativo, sino a una diversidad de experimentos narrativos. Autores relevantes de este período son:
- Como Maeztu, Baroja y Unamuno, en su juventud defendió ideas políticas radicales (anarquistas) como en Anarquistas literarios (1895).
- Su primera novela, histórica o intrahistórica, fue Paz en la guerra (1897).
- La más importante de sus novelas es Niebla (1913), subtitulada «nivola», presenta novedades formales: el autor se convierte en personaje de ficción.
Las novelas de Unamuno son un juego intelectual en el que se abren ante el lector múltiples interrogaciones. Escribió casi una decena de libros de cuentos y relatos breves y más de 60 novelas. También escribe en esta época algunas novelas de aventuras y acción: Zalacaín el aventurero (1909), Las inquietudes de Shanti Andía (1911).
Podemos distinguir tres períodos en la obra de Valle-Inclán:
a) Etapa modernista. Las obras más importantes del período son las cuatro Sonatas (1902-1905): Sonata de otoño, Sonata de estío, Sonata de primavera y Sonata de invierno.
b) Etapa del primitivismo. En esta etapa escribe la trilogía La guerra carlista (1908-1909). Técnicamente, tienen rasgos que las alejan de la novela realista: fragmentarismo, estructura episódica, capítulos breves dislocados temporalmente…
c) Etapa de los esperpentos. Las grandes novelas de esta época (Tirano Banderas, El ruedo ibérico) están próximas a los esperpentos no sólo en el estilo, lenguaje y configuración de personajes, sino también en la importante relevancia del diálogo al que se subordinan narración y descripción.
2. La Prosa en el Novecentismo y las Vanguardias
Junto a la novela novecentista, abundan las narraciones realistas (Concha Espina, W. Fernández Flórez), las novelas galantes o eróticas (Pedro Mata, Alberto Insúa), los novelistas del 98… Una intención estilística más renovadora se advierte en la novela lírica de Gabriel Miró, la novela intelectual de Ramón Pérez de Ayala y en la novela vanguardista de Ramón Gómez de la Serna.
Sus dos novelas más ambiciosas son Nuestro padre San Daniel (1921) y El obispo leproso (1926).
Ramón Pérez de Ayala. Sus primeras cuatro novelas, Tinieblas en las cumbres (1907), A.M.D.G (1910), La pata de la raposa (1912) y Troteras y danzaderas (1913) tienen un marcado carácter autobiográfico. Relatan la crisis de conciencia individual, próxima a los tipos pasivos y existencialmente desorientados de las novelas de principios de siglo.
Lo importante de estas novelas no es la trama sino las reflexiones diversas (filosóficas, literarias, estéticas…) que las acercan al ensayo. Las greguerías son el eje de su extensa obra. Además escribió multitud de relatos breves, memorias, biografías, ensayos y novelas. Como novelista, defiende la introducción en la novela de lo inverosímil y fantasmagórico, reflexiona en ellas sobre el propio género, y dignifica en El torero Caracho (1926) o La Nardo la estética de la materia folletinesca.
La Prosa en la Generación del 27
Influyen decisivamente las ideas de Ortega sobre la novela. Estas novelas se plantean como un juego intelectual que el novelista plantea al lector y desdeñan la narración tradicional, contar una historia.
El Teatro del Siglo XX hasta 1939
En este periodo hay dos grandes grupos de autores: unos que realizan un teatro que cuenta con el favor del público (teatro triunfante) y otro que renueva las formas dramáticas (teatro innovador).
Teatro Triunfante en España
- Teatro continuador del realismo del siglo XIX, renovando algunos aspectos. Su principal representante es Jacinto Benavente (Los intereses creados y La malquerida).
- Teatro poético en verso: destacan Francisco Villaespesa y los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos).
- Teatro cómico: cuya intención es pasar un buen rato. Destacan los hermanos Álvarez Quintero («El genio alegre«, «La Puebla de las mujeres«), Carlos Arniches (La señorita de Trevélez) y Pedro Muñoz, inventor de un nuevo género.
Teatro Innovador
Los mejores autores serán Valle-Inclán y Federico García Lorca. Pero debemos señalar otros autores que plantearon en España un teatro distinto: Jardiel Poncela y Miguel Mihura realizan una interesante labor de renovación en el teatro humorístico español. Los dos alcanzan su máxima consideración después de la Guerra Civil.
Destacan dos figuras:
- Valle-Inclán: muy controvertido, extravagante y genial. Se inicia en el modernismo (Sonatas). Continúa en una etapa intermedia (Las comedias bárbaras). Su última etapa es la de los esperpentos («Divinas palabras» y «Luces de bohemia«). España es una deformación grotesca de la civilización europea. El sentido trágico de la vida española se da con una estética deformada: es el fundamento del esperpento. «Luces de bohemia» narra la última noche de vida del poeta Max Estrella, ciego, pobre, bohemio y desafortunado, que deambula por las calles de Madrid camino de su muerte y dando cuenta de la crítica situación del país.
- Federico García Lorca: representa una de las cumbres más altas de la dramática española moderna. Como dramaturgo muestra un concepto renovador del arte escénico que ha convertido a Lorca en el dramaturgo español más conocido de los tiempos. La mujer es la protagonista principal del teatro lorquiano. Una mujer que representa el ansia de libertad en una sociedad patriarcal y machista, marcada por un destino trágico, por pasiones que se verán condenadas al olvido. Las obras representan la tragedia de toda persona condenada a la frustración (amor imposible, conflicto de realidad y deseo). La frustración es un tema lorquiano (Bodas de sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba).