El Teatro Español Anterior a 1939: Tendencias y Autores Clave
Intentos de Renovación Teatral
Los intentos renovadores más serios del teatro español anterior a 1939 vinieron de la mano de los hombres del 98, como Unamuno, Azorín y Valle-Inclán, y en los años treinta, de los poetas de la Generación del 27, especialmente de Federico García Lorca. Sin embargo, pocas de estas obras pudieron ser representadas en su momento.
Tendencias del Teatro Español Anterior a 1939
Los diferentes grupos y tendencias del teatro español anterior a 1939 pueden agruparse en los siguientes apartados:
1. El Teatro Comercial
a) La Comedia Burguesa de Benavente
Jacinto Benavente propuso un teatro sin grandilocuencia, alejado de los excesos, con atención preferente a los ambientes cotidianos. Su obra supone una crítica amable de los ideales burgueses. Ejemplos de ello son obras como Lo cursi, Rosas de Otoño y Los intereses creados.
b) El Teatro en Verso
Este tipo de teatro se caracteriza por la presencia en los escenarios del arte verbal modernista. Destacan autores como Francisco Villaespesa, con El alcázar de las perlas y La leona de Castilla, y Eduardo Marquina, con Las hijas del Cid y En Flandes se ha puesto el sol. También podemos incluir a los hermanos Machado, quienes triunfaron con La Lola se va a los puertos, una de las siete obras que escribieron juntos.
c) El Teatro Cómico
Los tipos y ambientes castizos, que habían sido la materia de los cuadros costumbristas del Romanticismo, vuelven a la escena de la mano de autores como los hermanos Álvarez Quintero. Estos presentan en sus obras la imagen de una Andalucía superficial, tópica e incluso falseada, como se aprecia en La reina mora, El ojito derecho, El patio y Las de Caín, entre otras. Carlos Arniches también se incluye en esta corriente con sainetes de ambiente madrileño y con obras que él denomina «tragedia grotesca», en las que se mezcla lo risible y lo conmovedor. Destaca su obra La señorita de Trévelez.
2. El Teatro Innovador
Muchos son los autores que pretenden hacer un teatro diferente en estos años, aunque en la mayoría de los casos cosecharon un rotundo fracaso con sus obras.
a) El Teatro en la Generación del 98
Estos autores (Unamuno, Azorín, Valle-Inclán) pretendían hacer un teatro que sirviera como cauce para la expresión de sus conflictos religiosos, existenciales y sociales.
- Miguel de Unamuno: Se acerca al teatro para expresar los conflictos humanos que le obsesionaban. Sus obras eran dramas de ideas expuestas a través de diálogos, con una acción prácticamente inexistente. Podemos destacar Fedra, Raquel encadenada y El otro.
- Azorín: Rompe con la realidad y apuesta decididamente por el surrealismo. Los temas principales son el paso del tiempo, la muerte y la felicidad. Entre sus obras destacan Old Spain y la trilogía Lo invisible.
- Ramón Gómez de la Serna: Escribió obras teatrales impulsado por un deseo antiteatral, obras para “el que no quiera ir al teatro”. Destaca Los medios seres.
- Alejandro Casona: Pone en escena un teatro más renovador que los anteriores. Destacan La sirena varada y Otra vez el diablo.
- Ramón del Valle-Inclán: Su obra teatral suele agruparse en los ciclos de mito, farsa y esperpento. En el primero, se agrupan varias obras bajo los títulos de Comedias bárbaras y Divinas palabras, cuya acción transcurre en una Galicia mítica e intemporal. El ciclo de la farsa consta de cuatro piezas situadas en un espacio más “ridículo”, propio del siglo XVIII (jardines, rosas, cisnes): La marquesa Rosalinda, Farsa y licencia de la reina castiza. Por último, en el ciclo del esperpento se incluye su obra maestra Luces de Bohemia (1920), la cual define este género: la tragedia es un género demasiado noble para recoger aquel ambiente; de ahí que “el sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada”: ese es el fundamento del esperpento. Este es un teatro de crítica de una realidad falsa y de unos valores que ya no tienen sentido.
b) El Teatro en la Generación del 27
Aunque la mayor parte de la producción del 27 está constituida por poesía, varios componentes de la generación se vieron tentados por el teatro. Son interesantes las obras escritas por Pedro Salinas (El dictador), Rafael Alberti (El adefesio) y Miguel Hernández (El labrador de más aire).
Sin embargo, será Federico García Lorca el mayor representante de la tendencia teatral de esta generación. Su obra puede agruparse en tres bloques:
- Primeras piezas teatrales: En 1920 estrena El maleficio de la mariposa, obra de influencia modernista sobre el amor entre una cucaracha y una mariposa, que inaugura ya el tema fundamental de la dramaturgia lorquiana: la insatisfacción amorosa. Con esta obra fracasó, pero tuvo más éxito con Mariana Pineda. A estas dos obras se unen las farsas trágicas sobre amores desgraciados de La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín.
- Teatro vanguardista: La técnica surrealista le sirve para explorar en los instintos ocultos del hombre. Así, en El público (incompleta), Lorca defiende el amor como un instinto ajeno a la voluntad, que se manifiesta de formas muy diversas, entre ellas, la homosexual; y critica a una sociedad que condena a todo el que es diferente.
- Etapa de plenitud: Lorca escribe durante los años treinta obras teatrales que sí alcanzan el éxito comercial: Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la soltera y La casa de Bernarda Alba. El rasgo común de todas ellas es el protagonismo de las mujeres y el tema de la marginación social.