Escritores de Fin de Siglo
Los escritores de fin de siglo fueron Antonio Machado, Miguel de Unamuno, Pío Baroja, José Martínez Ruiz (Azorín) y Ramón María del Valle-Inclán.
El tema de España
En las últimas décadas del siglo XIX, España atravesaba una profunda crisis política y social que culminó en el llamado desastre de 1898, por el que se perdieron los últimos restos del imperio colonial español (Cuba, Puerto Rico y Filipinas). Con ellos, el país perdía también su antiguo prestigio internacional. Los escritores de fin de siglo reaccionaron ante esta situación y reflexionaron sobre las causas de la decadencia. Más adelante, desembocaron en una idealización de lo español y reflejaron positivamente los paisajes de Castilla, la historia y las obras artísticas y literarias clásicas.
La existencia
Inmersos en la crisis de fin de siglo, estos escritores vertieron en sus textos doloridas y personales reflexiones sobre el destino del hombre y el sentido de la vida. La muerte, el paso del tiempo, la religiosidad, el dolor de vivir… fueron temas recurrentes en ensayos, poemas y novelas.
Lenguaje
Para plasmar estas ideas, fue necesario emplear una expresión precisa, exacta; los autores no buscaron ya el adorno o la grandilocuencia, sino que se inclinaron por la sencillez y el rigor, contribuyendo así a la renovación del lenguaje literario.
Antonio Machado
La obra más representativa del modernismo machadiano es Soledades, galerías y otros poemas, cuyo tema esencial es la angustia existencial.
Soledades
Dentro de la corriente modernista. Se caracteriza por su tono íntimo y melancólico.
Temas: Paisajes decadentes con los que identifica su estado de ánimo.
Simbolismo:
- Tarde, noria y caminos – Paso del tiempo
- Mar – Muerte
- Colmenas y galerías del corazón – Poesía creadora
- Sueños – Conocimiento verdadero
Campos de Castilla
Motivo poético: el paisaje de Soria.
Temas:
- Reflexión sobre los habitantes de Castilla
- Su actitud
- Su historia
- Dolor existencial a menudo derivado de circunstancias personales
Miguel de Unamuno
La producción de Unamuno comprende ensayos, novelas, poesía y obras dramáticas, géneros de los que se valió para reflejar sus ideas filosóficas. En sus primeras obras, Unamuno criticó la situación española y propuso tomar a Europa como modelo para salir del atraso social, científico y político. Luego, se volcó hacia preocupaciones íntimas, como el sentido de la existencia, la fe religiosa, la pervivencia tras la muerte…
Ensayos
En ellos expresó sus ideas sobre España y volcó sus reflexiones filosóficas: el conflicto entre razón y fe, la inmortalidad… destaca La agonía del cristianismo.
Novelas
Los protagonistas de San Manuel Bueno, mártir encarnan las obsesiones del autor. En estas obras, la acción es escasa: predominan los diálogos y monólogos. Ante las críticas de que sus novelas no podían considerarse como tales, Unamuno las denominó nivolas.
Pío Baroja
Las novelas de Baroja incorporan preocupaciones filosóficas que reflejan su idea de la existencia: una dura lucha por sobrevivir en un mundo hostil. Sus temas principales son la recreación de ese mundo hostil y el análisis de cómo enfrentarse a él. La crítica social se manifiesta en la alabanza de personajes que se rebelan contra la sociedad, del hombre de acción o del que se separa del mundo por haber perdido la fe en cambiarlo. Muchas de sus novelas aparecen agrupadas en trilogías: Tierra Vasca, La casa de Aizgorri, La raza, El árbol de la ciencia. En estas novelas sobresale la capacidad del autor para plasmar lugares y ambientes con plasticidad, y la viveza y la naturalidad del diálogo.
Ramón María del Valle-Inclán
Valle fue poeta, novelista y un excelente dramaturgo. Se inició literariamente en el modernismo, período en el que sobresalen las Sonatas, un ciclo de cuatro novelas líricas que presentan un mundo en decadencia. Están protagonizadas por el marqués de Bradomín, <>. El esperpento consiste en abordar asuntos graves desde una perspectiva burlesca. Al combinar la seriedad de los asuntos con la risa, brota lo grotesco.
Divinas palabras
Con este drama de 1920, Valle se aproxima por primera vez al mundo del esperpento. La obra está ambientada en la Galicia rural, llena de personajes inhumanos, regidos por la lujuria y la avaricia, que se sirven de cualquier procedimiento para satisfacer sus instintos más primarios.
Luces de bohemia
Considerado el primer esperpento, este drama de 1920 escenifica la última noche de vida del ciego y bohemio escritor Max Estrella. Acompañado por don Latino de Híspalis, personaje que simboliza <>, el personaje recorre los diferentes ambientes de Madrid —una taberna, una buñolería, la cárcel, un ministerio…— y acaba muriendo en la puerta de su casa, abandonado y traicionado por su lazarillo.