Episodios de Lázaro con el Ciego
Anécdotas del Ingenio del Ciego
f) ¿Qué dos anécdotas cuenta para demostrar el ingenio de su primer amo?
– 1) Sucedió que cerca de un pueblo que se llama Almorox, en la época que cogían las uvas, un vendimiador le dio un racimo de limosna. Se sentaron en una valla del camino y el ciego le dijo que iban a comer el racimo de uvas entre los dos, y que lo comerían a partes iguales, que se repartirían de esta manera: Lázaro picaba una vez y el ciego otra, y que le prometiera no coger más de una uva a la vez. El ciego comenzó a comer las uvas de dos en dos. Como Lázaro vio que él rompía el trato, él comió las uvas de dos en dos y de tres en tres. Acabado el racimo, el ciego le dijo que le había engañado, que Lázaro había comido las uvas de tres en tres. Lázaro dijo que no las había comido así, el ciego le dijo que él sospechaba porque las había comido de dos en dos y Lázaro callaba.
– 2) Estaban en un mesón y el ciego le dio a Lázaro longanizas para que se la asase. Después sacó un maravedí de la bolsa y le mandó por vino. El caso fue que había junto al fuego un nabo pequeño, larguito y ruinoso. Mientras el ciego sacaba de la bolsa el dinero, él sacó la longaniza y en su lugar metió muy de prisa el nabo. El ciego le dio el dinero para el vino, luego agarró el asador con el nabo ensartado y comenzó a darle vueltas al fuego. Cuando volvió, el ciego aún no se había dado cuenta del cambiazo, se llevó las rebanadas a la boca y las mordió. Se alteró y le preguntó qué era eso. Lázaro contestó que él venía de traer el vino, que alguien que andaba por allí habría hecho eso. El ciego dijo que no, que él no había soltado el asador de la mano. El ciego se levantó, le agarró por la cabeza y se acercó a olerle; le abrió la boca más de lo normal y metió la nariz dentro. Fue tal el coraje del ciego que, si la gente no llega a acudir, no le hubiera dejado con vida. La cara la tenía toda arañada, el cuello y la garganta lleno de rasguños.
La Relación entre Lázaro y el Ciego
g) ¿Por qué crees que, como protagonista y narrador del relato, a Lázaro puede interesarle poner de relieve las cualidades de su maestro y oponerse? – Porque a pesar de lo mal que se portaba con él, también le aprendió muchas cosas.
La Venganza de Lázaro
h) ¿Qué trampa le tiende entonces? ¿En qué se parece a la burla cruel que el ciego le hizo al niño apenas salieron de Salamanca? ¿Quién es ahora el burlador y quién el burlado?
– Tenía que cruzar un río ancho con mucha agua. Lázaro le dijo al ciego que él miraría por donde podían cruzarlo sin mojarse. Lázaro vio la oportunidad de cumplir su deseo, lo sacó de los soportales y lo llevó frente a un pilar de piedra. Una vez allí le dijo que ese era el paso más estrecho, el ciego le creyó y le dijo que le pusiera derecho. Lázaro le puso derecho al pilar, él saltó y se colocó detrás y le dijo al ciego que saltara. El ciego dio un paso atrás, arremetió con toda su fuerza y dio con la cabeza en el poste. Luego cayó para atrás, medio muerto y con la cabeza rota.
– Se parece por el cabezazo que le metió el ciego a Lázaro contra el toro de piedra.
– Ahora Lázaro es el burlador y el ciego el burlado.
Lázaro y el Clérigo: Hambre y Desesperación
La Avaricia del Clérigo
1.2 a) ¿Qué alimentos guarda el clérigo en casa? ¿Qué ración le corresponde a Lázaro? En cambio, ¿qué come el clérigo a diario? ¿Con qué «obsequia» los sábados a su criado?
– En toda la casa no había ninguna cosa de comer, como suele haber en otras. Sólo había una ristra de cebollas, que estaba bajo llave en un cuarto alto de la casa. Su ración era una de estas cebollas cada cuatro días. A diario el clérigo gastaba cinco blancas en carne para comer y cenar. Los sábados se solía comer en esa tierra cabeza de carnero, el clérigo le mandaba a Lázaro a por una que costaba tres maravedís. Entonces la cocía, y se comía los ojos, la lengua, el cogote, los sesos y la carne de las quijadas. A Lázaro le daba todos los huesos roídos.
Lázaro al Borde de la Muerte
b) ¿En cuántas ocasiones y con qué palabras dice Lázaro que se encuentra al borde de la muerte? ¿Qué sucede cuando el mozo acompaña al clérigo a visitar a los moribundos?
- «Vi que iba claramente a la sepultura, si Dios y mi saber no me remediaban.» (pág. 56)
- «No fui capaz de cogerle una blanca durante todo el tiempo que viví con él, o, para decirlo mejor, morí.» (pág. 57)
- «Así que en nada hallaba descanso, salvo en la muerte. Yo la deseaba a veces también para mí como para los demás, pero no la veía, aunque estaba siempre en mí.» (pág. 58)
- «Porque estaba seguro de que bajaría otro peldaño más hacia la tumba. Y entonces, adiós Lázaro.» (pág. 60)
– Que Lázaro en los mortuorios comía bien. Él deseaba y rogaba a Dios que cada día matase a una persona. Él era el que más rezaba, pero en vez de pedir al Señor la mejoría del enfermo, le rogaba con todo su corazón y buena voluntad que se lo llevase de este mundo. Y cuando alguno se escapaba de la muerte, él lo mandaba al diablo mil veces. En cambio, al que se moría le echaba mil bendiciones.