Las Crónicas Catalanas
El origen de las crónicas se encuentra en las canciones de gesta, narraciones en verso y en lengua vulgar sobre hechos heroicos de interés general, difundidas por juglares. Las crónicas catalanas utilizaron las canciones de gesta como fuentes de información, pero también hacían propaganda sobre las casas reales y los monarcas. Las crónicas son narraciones de hechos históricos acaecidos durante un período determinado, un reinado o una dinastía. De carácter bélico, las primeras fueron escritas en latín y dirigidas a un público culto. En el siglo XIII encontramos algunas traducciones. En los siglos XIII y XIV se encontraron las primeras redactadas en catalán.
Crónica de Jaime I (Libro de los Hechos)
Redactada entre 1244 y 1276. Formada en cuatro partes, narra los acontecimientos históricos sucedidos alrededor de su reinado.
- Primera parte: menos precisa debido a la distancia en el tiempo, hechos acaecidos entre 1028 y 1228. Es muy conocida la narración que el rey Jaime I hace de su propio engendramiento, explicado con una buena dosis de ironía y muy original.
- Segunda parte: más detallada, explica acontecimientos sucedidos entre 1228 y 1240, como la toma de Urgell.
- Tercera parte: la más breve.
- Cuarta parte: vuelve a ser más detallada y llega hasta la muerte del monarca.
El Libro de los Hechos es una especie de libro de memorias, donde Jaime I describe su reinado. El rey es descrito como un héroe medieval y el verdadero protagonista de la crónica. Destacan: la utilización de la primera persona y el tono intimista. El estilo es propio de la lengua oral: vivo, directo, popular, coloquial, con repeticiones y poco cuidado. Cuando aparecen personajes forasteros, les hace hablar en su lengua propia.
Crónica de Bernat Desclot (Libro del rey Pedro)
Escrita entre 1283 y 1288. Centrada en el reinado de Pedro II el Grande, describe los hechos anteriores a partir de Alfonso I el Casto. Tres apartados: primero, formado por los capítulos que hacen referencia a los reinados anteriores a Jaime I; el segundo, centrado en este monarca; y el tercero, formado por los capítulos dedicados a Pedro II. El protagonista es el rey y no el autor. Desclot usa canciones de gesta para describir los acontecimientos ocurridos con anterioridad al reinado de Pedro II. En cambio, los hechos contemporáneos del autor se narran con cuidado y precisión propias de un cronista oficial, culto y con acceso a documentos de la caballería real. El tema tratado son los hechos y las conquistas de varios reyes de la corona catalana, y destacan primordialmente dos reinados: la conquista de Sicilia y la lucha contra los franceses.
Crónica de Ramón Muntaner
Es el autor de la tercera y más extensa de las cuatro crónicas. Redactada entre 1325 y 1328, recoge el período comprendido entre el engendramiento de Jaime I (1207) y la coronación de Alfonso III el Benigno (1328). Los protagonistas de la crónica son los reyes de la casa aragonesa, pero también aparece el cronista. El libro tiene forma de recopilación de memorias. La intención del autor es alabar la casa de Aragón. Muntaner es un patriota apasionado, defensor del bello catalanesc y de la unión de las tierras de la Corona. El tema más importante es la expedición catalana a Oriente. La obra de Muntaner es un texto muy valioso desde el punto de vista historiográfico. El estilo de la crónica de Muntaner es ágil, vivo, colorido y directo. Para conseguirlo, el autor recurrió a procedimientos juglarescos. El lenguaje, de una gran pureza, está lleno de giros populares y refranes. La crónica fue concebida para una lectura colectiva, para ser leída en voz alta, dirigida a los oyentes, más que para una lectura individual. Destaca el carácter didáctico de la obra.
La Crónica de Pedro III el Ceremonioso
Fue terminada entre 1383 y 1385. Recoge los reinados de Pedro III y de su padre. Fue concebida como un libro de memorias, del cual Pedro III es el autor. De los hechos relatados en la crónica hay que destacar la reincorporación del Reino de Mallorca a la Corona catalano-aragonesa y las luchas contra la nobleza de Aragón y Valencia. Su forma autobiográfica permite conocer algunos aspectos de la personalidad del rey. Es la única crónica que no utiliza leyendas ni canciones de gesta prosificadas. Su estilo es diferente del de las otras, seco y monótono, menos en los episodios en los que se narran hechos íntimos ligados al monarca, en que el estilo es más emotivo. Formada a partir de documentos diversos y recuerdos del propio monarca, que es visto como un príncipe del Renacimiento, intrigante y a veces cruel. Los textos narrados, en que se utiliza el plural mayestático, se explican con una notable voluntad de exactitud. En general, destaca la ausencia de tono épico.
Anselm Turmeda
Anselm Turmeda nació en la ciudad de Mallorca a mediados del siglo XIV y murió en Túnez hacia 1430. Fraile franciscano que renegó del cristianismo, se convirtió al islam y llegó a ser un personaje venerado en el mundo islámico y a la vez un autor prohibido por la Inquisición. Su obra más extensa, de la que se ha perdido el texto original y nos ha llegado una versión francesa del siglo XVI, es la Disputa del asno contra fray Anselm Turmeda sobre la naturaleza y nobleza de los animales (1418).
La Novela Caballeresca y la Materia de Bretaña
La novela caballeresca tiene sus orígenes en unas narraciones en verso, llamadas romans courtois. El roman era un género cortesano destinado a la lectura que tenía en cuenta los ideales caballerescos y también la participación de la dama en la vida de la corte. Este carácter cortesano, la transmisión por medio de la lectura y la incorporación del elemento amoroso a la trama distancian el roman de la canción de gesta. Las canciones de gesta, recordemos, las cantaban los juglares en las plazas y los castillos, y hablaban exclusivamente de las grandes hazañas que los caballeros y héroes protagonizaban ante los ejércitos sarracenos. Los protagonistas de los romans son caballeros andantes vinculados a la corte del rey Arturo, y las narraciones se desarrollan en la Bretaña continental o insular. Los caballeros abandonan la corte e inician un viaje para cumplir su cometido, deberán superar una serie de pruebas y vencer las amenazas. En todas estas aventuras, intervienen elementos maravillosos y mágicos, y tiene mucha importancia la incorporación de la dama y, por tanto, del elemento amoroso. Estas obras son conocidas como romans de la materia de Bretaña. El Romance de Tristán e Isolda y las composiciones del autor Chrétien de Troyes, que se introdujeron en Cataluña a finales del siglo XII, son las más célebres. Fueron muy bien aceptadas y se hicieron muy populares. Durante el siglo XIV, se hicieron traducciones de los grandes romans. La difusión de esta terminó con la aparición de las novelas artúricas originales, es decir, escritas por autores catalanes.
Los Libros de Caballerías
Se trata de un género que se desarrolló fundamentalmente en la literatura castellana. El Amadís de Gaula y el Palmerín de Inglaterra son las dos obras más representativas. Los libros de caballerías narran las aventuras y las hazañas de un caballero andante dotado de un valor y una fuerza exagerados que vence todo tipo de enemigos. La acción se sitúa siempre en parajes lejanos y exóticos y en un tiempo remoto. Se trata de novelas de carácter inverosímil, que reproducen un ambiente de fantasía y de ensueño. Los libros de caballerías tuvieron mucho éxito, sobre todo entre los caballeros del siglo XV. Estos caballeros mitificaron la figura de los héroes y los imitaron: se convirtieron en caballeros andantes de verdad y buscaron honor y prestigio superando adversos torneos, justas, pasos de armas y otras acciones caballerescas.
Las Novelas Caballerescas del Siglo XV
En el siglo XV, y fruto de la interrelación entre la realidad y la ficción, surgió otro género, la novela caballeresca, género en el que situamos la obra anónima Curial e Güelfa y Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell. El protagonista es también un caballero fuerte y valiente, pero lo es en una medida humana. En definitiva, son novelas verosímiles que, como ya hemos dicho, se inspiran en la vida real de los caballeros de la época.
Curial e Güelfa
Es anónima y fue escrita hacia mediados del siglo XV. La novela está estructurada en tres libros: el primero narra la educación y formación de Curial; el segundo se centra en el torneo de Melún (Francia) en el que Curial participa como caballero andante; y el tercero explica el cautiverio de Curial en Tierra Santa y el retorno a Montferrato.
Rasgos Característicos de la Obra
El realismo que caracteriza el género está presente en esta novela, tanto en lo referente al tratamiento del protagonista como en lo relativo a la sucesión lógica de las acciones. Para acentuar el verismo de la narración, los personajes de la novela, salvo los protagonistas, tienen nombres y apellidos contemporáneos de la época, que resultaban del todo familiares. La novela incluye algunos pasajes alegóricos y elementos mitológicos. Aparecen justo en los momentos en que la suerte de Curial cambia. También hay que considerar un rasgo de modernidad y realismo el tema central de la novela: la ascensión social de un joven de baja condición por medio de la caballería. La novela contiene un toque humorístico.