Poesía del Modernismo a las Vanguardias: Autores y Obras Clave

La poesía desde el Modernismo a las Vanguardias: Autores y Obras Representativos

Primera Etapa: El Modernismo

El término «Modernismo» hace referencia a una serie de tendencias artísticas europeas y latinoamericanas que revolucionaron el arte de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Ofreciéndose como alternativa a la literatura burguesa y realista de la segunda mitad del siglo XIX, el Modernismo consistía en la búsqueda de nuevas formas y de la belleza ornamental. Como movimiento literario, surge en Nicaragua a manos del poeta Rubén Darío y pasa por dos etapas que, impregnadas de un mismo espíritu, son diferentes entre sí:

  • Modernismo canónico: Más esteticista, sensorial e influido por el Parnasianismo francés, con Théophile Gautier y su lema «El arte por el arte». Ejemplo hispano: Manuel Machado.
  • Modernismo tardío o postmodernismo: Menos esteticista, más íntimo, con cierto compromiso e influido por el Simbolismo, representado por Verlaine, Rimbaud y Mallarmé. Este movimiento pretende superar la mera realidad percibida por los sentidos y llegar a sus significados más profundos y ocultos, utilizando los símbolos. Dentro de esta línea se encuentran los primeros poemarios de Juan Ramón Jiménez, en su «etapa sensitiva», con obras como Arias tristes o Platero y yo, y las Soledades, galerías y otros poemas de Antonio Machado, donde el poeta reflexiona en tono melancólico sobre temas como el paso del tiempo o la muerte, con una estética renovada y una simbología propia: galerías, sueño y agua. Se trata de un paisaje subjetivo.

La Generación del 98

El movimiento noventayochista, si bien está inmerso en ese clima generalizado de fin de siglo al que hemos llamado Modernismo, presenta unas características propias que lo diferencian. La primera de ellas es que se trata de un movimiento exclusivamente español; la segunda sería su carácter sociopolítico, mientras que el Modernismo era tan sólo un movimiento cultural y artístico. Así, dentro del ambiente modernista finisecular, en España surgirá un grupo de autores, conocidos como Grupo del 98, que reaccionarán ante la llamada crisis del 98. Efectivamente, tras la pérdida de las últimas colonias, a la crisis económica, política y social en que estaba sumida la nación, se le une una crisis de ideas que se manifiesta especialmente en la tambaleante «idea de España». En los versos de Machado, que da un giro en Campos de Castilla, y de Unamuno se denuncia el atraso y la miseria del campesino castellano y se reivindica esa necesidad de regeneración nacional. A todos los poetas noventayochistas, en palabras de Unamuno, «les duele España». En cuanto a la estética, la poesía de este grupo limaba ya alguno de los excesos modernistas y mostraba cierta depuración formal: léxico menos retórico y versos más cortos. Se trata de un paisaje objetivo.

Segunda Etapa: Las Vanguardias y la Generación del 14

En torno a 1914 surge en España una nueva generación de intelectuales, formados en universidades y de clara vocación europeísta que, influidos por el clima de las nuevas vanguardias europeas, reacciona contra el sentimentalismo en el arte y propone un nuevo concepto de poesía intelectual. Se les conoce como novecentistas o Generación del 14. A esta corriente de poesía nueva pertenece la «poesía pura» de Juan Ramón Jiménez, una poesía desnuda e intelectualizada, con obras como Diario de un poeta recién casado. Otro nombre clave es el de Ramón Gómez de la Serna, introductor de las Primeras Vanguardias en España con su traducción del Manifiesto futurista de Marinetti y creador de sus famosas greguerías, pequeñas composiciones que aúnan metáfora y humor.

Las Primeras Vanguardias

  • Futurismo: Marinetti, Manifiesto futurista (1909). Rechazo del pasado, atracción por las máquinas, apología de la violencia, celebración de la técnica, el deporte, etc.
  • Dadaísmo: Tristan Tzara (1916). Rechazan los valores establecidos, se niegan a sí mismos, propugnaban la fantasía, el irracionalismo, el rechazo de la lógica y la incoherencia. El azar sustituye a la inspiración.
  • Surrealismo: André Breton publica el Manifiesto en 1924. Si en las primeras vanguardias hablábamos de poesía pura, ahora se hablará de poesía impura y se reivindica una poesía que sirva para liberar al hombre, liberarse de sí mismo, de su conciencia, como proponía el psicoanálisis de Freud, y liberarlo de su alienación social, como proponía el marxismo.

La Rehumanización del Arte y el Ultraísmo

En los primeros años 30 se volverá a una poesía de denuncia y de contenidos sociales que se expresa por medio de:

  • La escritura automática.
  • Los cadáveres exquisitos.
  • El versículo.
  • La libertad en la creación de imágenes.

Lo onírico y lo irracional se reivindican como material poético. Tras los cambios sufridos en la sociedad del momento, en el nuevo contexto social, con el advenimiento de la República, y por influencia del surrealismo francés, la poesía española sufre el proceso que se conoce como rehumanización del arte.

  • Ultraísmo: Cuyo manifiesto se debe a Rafael Cansinos Assens y del que participarán, entre otros, Guillermo de Torre, Juan Larrea o Gerardo Diego. El Ultraísmo suponía una ruptura definitiva con los excesos verbales del Modernismo y la incorporación en la lírica del mundo contemporáneo y urbano, eliminando del poema los elementos narrativos o sentimentales y realzando la importancia de la metáfora, el humor y la sorpresa.

El Creacionismo

Algunos autores establecen los antecedentes de la vanguardia de nuestro país en la visita del chileno Vicente Huidobro a Madrid, tras haber pasado un tiempo en París en contacto con los vanguardistas franceses. Su venida estimuló a los incipientes ultraístas y su Creacionismo influyó en autores como los mencionados Gerardo Diego y Juan Larrea. Se busca no imitar la realidad, sino crearla en el poema.

  • Cubismo: Mezcla pintura y literatura. Destacan los caligramas.

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