Novela y Ensayo en España: Desde el Modernismo hasta la Generación del 27

La novela y el ensayo anteriores a la Guerra Civil

1.- Características generales de la novela anterior a 1936

La producción novelística del período comprendido entre el inicio del siglo XX y la Guerra Civil de 1936 es extensa y variada en temas y estilos. Considerándola en su conjunto, se pueden distinguir tres etapas que se corresponden con tres generaciones literarias:

  • La Generación del 98, volcada en la exploración de la singularidad española y en la valoración subjetiva de la realidad.
  • La Generación del Novecentismo o Generación del 14, más distanciada del llamado “problema de España” y más abierta a las novedades estéticas europeas.
  • La Generación del 27, entre la vanguardia y lo social.

Ya desde las primeras publicaciones se observa una serie de novedades:

  • Se produce una ruptura con la narrativa realista y naturalista, que, entre otros aspectos, refleja en sus obras una confianza grande en que las teorías científicas y racionalistas del último tercio del siglo XIX contribuirían a mejorar la sociedad. Pero, al comenzar el siglo XX, se advierte en Europa una crisis de fe en el racionalismo, que lleva a una actitud pesimista sobre los logros que la ciencia puede aportar al lado espiritual del hombre. La falta de asideros sólidos en los que fundamentar la esperanza de un mundo mejor produce una angustia existencial, que podemos advertir en las obras de Unamuno y Baroja.
  • Frente a un entorno hostil, el arte es considerado como un refugio espiritual, un consuelo que sirve para evadirse de una realidad que los jóvenes escritores del momento consideran prosaica y antiestética, sentimiento común con el modernismo, y que habían experimentado con anterioridad los escritores románticos.
  • A los nuevos autores no les interesa, por tanto, reflejar la realidad desde la óptica de la narrativa realista. En ocasiones, les atrae más el análisis de las circunstancias que la acción; más el efecto que produce la cosa, que la cosa misma. Y esta preferencia estética se expresa con una técnica impresionista, presente en el estilo de Azorín y de Gabriel Miró.
  • En general, la literatura se vuelve más meditativa y el argumento pierde interés. El escritor utiliza la novela como vehículo para reflexionar sobre distintos modos de concebir la realidad. De ahí que tienda a desecharse la perspectiva única, impersonal y omnisciente del escritor realista y se utilice a menudo el perspectivismo a través del diálogo de los personajes. Con este procedimiento, la misma realidad se presenta desde distintos puntos de vista. En relación con esta actitud reflexiva, la novela se aproxima al ensayo, y, con frecuencia, se interrumpe la acción narrativa para intercalar fragmentos ensayísticos, como hacen Unamuno, Azorín o Pérez de Ayala.

2.- Novela y ensayo en la Generación del 98

a).-Características:

  • Cuatro novelas que marcan una ruptura con los planteamientos y técnicas de la novela realista:
    • Amor y pedagogía, de Miguel de Unamuno
    • Sonata de otoño, de Ramón Mª del Valle-Inclán.
    • Camino de perfección, de Pío Baroja.
    • La voluntad, de Azorín
  • En ellas se advierte la organización del relato en torno a un personaje del que se van explicando su personalidad y su evolución psicológica, a imitación del Bildungsroman alemán o “novela de aprendizaje”.
  • También pierde interés el análisis de las costumbres sociales, y prevalece la reflexión que provoca una situación determinada.
  • El diálogo cobra gran importancia como procedimiento para retratar la mentalidad de los personajes y su postura ante la vida, acentuando la idea de que la percepción de la realidad es subjetiva.

b).- Novelistas: Miguel de Unamuno, Ramón Mª del Valle-Inclán, Pío Baroja y José Martínez Ruiz, “Azorín”. Aunque unidos por unas motivaciones comunes, cada uno muestra su peculiaridad en el estilo y tratamiento de los temas.

Miguel de Unamuno

a).- Características:

  • Se distingue Miguel de Unamuno de cualquier otro escritor por la extensión, complejidad e integración de su universo creado, que lo señala como pensador político, filósofo, ensayista, dramaturgo, novelista y poeta. Toda su obra- ensayos, dramas, novelas o poemas- es expresión (“grito, aullido”, dice Unamuno) de las mismas profundas vivencias, surgidas de sus ideas: la inmortalidad, el hambre de infinitud, la angustia del yo al borde de la nada, la realización de la persona, el sentido positivo del universo, la existencia de Dios.
  • Más que convencer, la palabra unamuniana busca poner en marcha las posibilidades pensantes del lector, para llevarlo a sus propios “descubrimientos” en la interioridad de su ser. Casi siempre se trata de descubrir un conflicto: el de la cabeza y el corazón, el del ser y la nada, el del hombre y la naturaleza, o, en el terreno personal, el del yo íntimo y el yo público.
  • Tras la época de juventud, marcada por el estudio de la ciencia y la tensión europeísta, Unamuno se centra en España, especialmente, en la lengua y en la historia, y trata de convertir lo hispánico en tema de investigación. Buceando en el alma colectiva, alumbra el concepto mismo de intrahistoria y busca lo español con ella. Leyendo a nuestros clásicos descubre nuestra filosofía española, que constituye el sentimiento trágico de la vida, lo más íntimo del espíritu español, el quijotismo y la vida como sueño.

b).-Obra:

1.-Ensayos.-

  • En torno al casticismo. Examina en él la conciencia española desde la atmósfera crítica que caracteriza al 98. Repasa los valores tradicionales de España y pone de manifiesto la importancia de la mística y del humanismo, que abrieron España a otras corrientes, aunque la Contrarreforma ocasionara un importante atraso cultural.
  • Vida de don Quijote y Sancho. En este ensayo, comenta cada capítulo de El Quijote. Acepta la locura de don Quijote y la interpreta como manifestación de una intensa espiritualidad que le lleva a luchar contra los intereses materialistas, causantes de la ruina moral del ser humano.
  • Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos. Expone el que para él es el único verdadero problema vital, el de nuestro destino individual y personal, el de la inmortalidad del alma.
  • La agonía del cristianismo, la palabra agonía está empleada con su sentido etimológico de “lucha”. Se expone en él el conflicto que vive un auténtico cristiano para instalar su vida en las exigencias de la religión.

2.- Narrativa.-La especial condición de las novelas unamunianas llevó a la crítica de la época a negarles la condición de novelas. Unamuno, en su introducción a Niebla, respondió con ironía, subtitulándolas, en lo sucesivo, nivolas.

Su estilo se caracteriza por un lenguaje, vivo y apasionado, lleno de procedimientos enfáticos- exclamaciones, interrogaciones retóricas y términos paradójicos-. Al léxico, sencillo y culto, incorpora a menudo palabras ya en desuso, pero de gran valor expresivo.

  • Paz en la guerra, centrada en la Guerra Carlista que se desarrolló en Bilbao y que Unamuno vivió siendo niño.
  • Amor y pedagogía. Con innegable tono satírico, defiende que el ser humano escapa a toda planificación, y ridiculiza el positivismo decimonónico que trataba de aplicar al hombre las leyes generales de la naturaleza.
  • Niebla. La obra plantea diversas cuestiones, como el problema de la realidad-irrealidad de la existencia humana, la posibilidad de que los hombres seamos sueños de Dios, la incomunicación entre las personas y la fuerza de la pasión.
  • San Manuel Bueno, mártir es su gran obra de madurez. Utiliza la técnica del “manuscrito encontrado”, y, aparentemente, se limita a transcribir las memorias de Ángela Carballino, que cuenta la historia de don Manuel, el sacerdote que duda de la existencia de otra vida después de la muerte, pero que lucha para que sus feligreses, ignorantes de su conflicto interior, conserven la fe.

Otros relatos de Unamuno son: Abel Sánchez, donde trata el tema de la envidia y el cainismo; y La Tía Tula.

Ramón María del Valle-Inclán

a).- Características:

  • En Valle-Inclán, su evolución estética es paralela a su evolución ideológica y política, que le llevó del carlismo romántico de su juventud a la ideología socialista de su madurez. Como Antonio Machado, se inicia en el modernismo y se aleja de él hacia un mayor compromiso político y social. Lo que no varía es su afán por conseguir la perfección estilística y el logro estético en todos los géneros cultivados; poesía, novela, cuento, teatro, ensayo y periodismo.
  • En su obra narrativa, como en el resto de su producción, se diferencian dos estilos: el influido por la estética modernista y simbolista y el influido por el expresionismo, correspondiente a la estética del esperpento. El escritor, en ambos casos, manipula la realidad, bien a través de la idealización, eliminando lo feo y prosaico de la misma- estética modernista-, bien a través de la caricaturización, eliminando lo que de noble, heroica y bella puede tener-estética expresionista-.

b).- Obra narrativa.-

1.- Etapa Modernista:

  • Féminas es su primera obra narrativa.
  • Las Sonatas, subtituladas Memorias del Marqués de Bradomín. Cada una lleva el nombre de una estación del año, que alude metafóricamente a la edad y fuerza del protagonista, el Marqués de Bradomín.

Los temas- la aventura, el amor galante, la nostalgia del pasado caballeresco-, reflejan el gusto por los ambientes aristocráticos y exóticos, donde la violencia y la muerte se hermanan con el erotismo y la lujuria; la religiosidad y el misticismo con la superstición y con la transgresión moral.

La Guerra Carlista inspira tres novelas: Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera y Gerifaltes de antaño.

De temática social, nos ofrecen una panorámica del acontecer histórico de su época, con un estilo que se va alejando progresivamente del modernista. Algunos personajes habían aparecido ya en las Sonatas o en las Comedias bárbaras, como el Marqués de Bradomín y don J. M. de Montenegro.

2.- Etapa Esperpéntica:

  • Tirano Banderas y las novelas de El ruedo ibérico. La novela cuenta una historia que sirve para denunciar la situación social y política de algunos países hispanoamericanos y la injusticia social en la que vive el pueblo, con especial simpatía hacia los indios, víctima del caciquismo y los dictadores. Este relato se considera fundacional de la novela política.
  • El ruedo ibérico está compuesto por dos novelas: La corte de los milagros y ¡Viva mi dueño!, que suponen una sátira feroz del ambiente en que se mueve la corte de Isabel II, inmerso en la mediocridad, corrupción y ceremonias ridículas. Las dos novelas forman parte de un proyecto, inicialmente más extenso, que se proponía dar una visión esperpéntica de España hasta 1898, a modo de antiepisodios nacionales, es decir, con una óptica radicalmente distinta de la de Galdós.

Pío Baroja

a).- Pensamiento e Influencias:

  • Schopenhauer y Nietzsche.
  • Proyecta su ojo crítico sobre una realidad que se le representa hostil.
  • La experiencia negativa de la vida explica que su literatura se configure en su totalidad como una gran negación del mundo.
  • Debido al pesimismo existencial y al escepticismo que le caracterizan, su obra destila, en general, un tono amargo y decepcionado, en consonancia con su crítica a un mundo que no le gusta.
  • No propone soluciones políticas, religiosas ni filosóficas porque no cree en ellas.
  • Es frecuente que sus personajes se sientan desorientados y fracasados, al margen de las reglas de juego sociales, y experimenten un hastío por la vida que puede llevarlos incluso al suicidio.

b).-Características de sus novelas:

  • Entiende la novela como un “género abierto, donde cabe todo”, y que permite al novelista actuar con total libertad.
  • Se encuentra más cerca de la narrativa realista que de sus coetáneos del 98.
  • Escribía sin tener un plan determinado, inspirándose en las gentes y situaciones que le rodeaban, improvisando y dejándose llevar por la intuición.
  • Propone una novela abierta, que presente a los personajes en un punto cualquiera de su trayectoria vital, porque la vida que inspira la novela se nos ofrece abierta
  • Posee una gran perspicacia para retratar un ambiente con breves y precisas descripciones.
  • Dinamismo de la acción.
  • Vivacidad de los diálogos.
  • Variedad de registros idiomáticos que caracterizan admirablemente a sus personajes.
  • Es un maestro en el arte de contar que ha influido notablemente en otros escritores, como Cela o Hemingway.

c).- Obra narrativa: Baroja escribió más de sesenta novelas, la mayor parte agrupadas en trilogías. Cada trilogía lleva un nombre referido al tema que trata. Son las principales trilogías:

  • Tierra vasca
    • La casa de Aizgorri (1900)
    • El mayorazgo de Labraz (1903)
    • Zalacaín el aventurero (1909)
  • La vida fantástica
    • Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvest Paradox (1901)
    • Camino de perfección (1902)
    • Paradox, rey (1906)
  • La lucha por la vida
    • La busca (1904)
    • Mala hierba (1904)
    • Aurora roja (1905)
  • El árbol de la ciencia (1911)
  • Las ciudades
    • César o nada (1910)
    • El mundo es ansí (1912)
    • La sensualidad pervertida (1920)
  • El mar
    • Las inquietudes de Santi Andía (1911)
    • El laberinto de las sirenas (1923)
    • La estrella del capitán Chimista (1930)
  • La selva oscura
    • La familia de Errotacho (1931)

También escribió Memorias de un hombre de acción, compuesta por veintidós novelas protagonizadas por un conspirador y antepasado suyo, llamado Eugenio de Aviraneta. Escribió, además, libros de memorias (Juventud, egolatría; Desde la última vuelta del camino), cuentos, artículos periodísticos, ensayos y poemas.

  • Zalacaín el aventurero nos da una visión de la Guerra Carlista a través de un joven humilde, valiente y animoso, que no se arredra ante la adversidad ni el peligro.
  • La busca es una característica novela de aprendizaje, en la que el protagonista va descubriendo la vida a través de distintas experiencias.
  • El árbol de la ciencia, en gran medida autobiográfica, es también una novela de aprendizaje, la más próxima a las inquietudes del 98 y una de sus mejores creaciones.

José Martínez Ruiz “Azorín”

Azorín es, ante todo, un magnífico ensayista, aunque su obra tenga forma de novela o de teatro.

a).- Temas:

  • La meditación sobre el paso del tiempo.
  • La evocación del pasado.
  • La recreación subjetiva del paisaje.

b).- Características de su obra:

  • Desinterés por la acción.
  • La acción transcurre lentamente, sin apenas argumento, en medio de extensas descripciones y reflexiones filosóficas. Este tratamiento del tiempo narrativo es compartido por otros escritores del momento, influidos por Bergson, como Marcel Proust, Virginia Wolf o Antonio Machado.
  • No describe el paisaje tal como es en realidad. Su mirada sobre el paisaje es enteramente subjetiva.
  • El arte de Azorín se manifiesta especialmente en la descripción, donde muestra unas dotes magistrales que le han convertido en maestro de escritores.
  • Su técnica es impresionista, es decir, atiende a la impresión que le produce la realidad contemplada, y actúa como una cámara cinematográfica.
  • Su prosa, muy cuidada y estética, de admirable pulcritud estilística.
  • Asombra con la palabra inesperada y precisa, utilizando con frecuencia numerosos arcaísmos y una adjetivación abundante, sin caer nunca en el retoricismo.
  • En su sintaxis predomina la oración breve y la coordinación; sobre todo, la yuxtaposición.

c).- Obra:

1.-Ensayos: Azorín realiza una espléndida labor ensayística en la visión de personajes y situaciones, rememorando acciones como si volvieran a suceder, a través de la contemplación de lugares, personas y hechos del pasado. Sus ensayos más importantes son:

  • La ruta de don Quijote, visión personalísima sobre la geografía manchega que recorrieron juntos caballero y escudero.
  • Los pueblos, donde intenta penetrar en el alma española mediante la observación, siempre lírica y subjetiva, de calles, plazas, rincones de pueblos castellanos, andaluces y levantinos.
  • Castilla, dedicado a la región más estimada del 98, la que mejor ha conservado, a su entender, lo esencial español.

2.- Narrativa:

  • La voluntad, Antonio Azorín, y Las confesiones de un pequeño filósofo forman una trilogía protagonizada por Antonio Azorín, personaje del que tomó el autor su seudónimo. Refleja en ellas la actitud de apatía espiritual que recorre la geografía española.
  • La voluntad, con muchos datos autobiográficos del Azorín periodista en Madrid, libro ante todo de ambientes y de ideas (Kropotkin, Nietzsche, Schopenhauer).

3.- El Novecentismo

a).- Definición: El Novecentismo, Generación del 14 o Generación de Ortega, se instala entre la Generación del 98 y la literatura de vanguardia de la década de los años veinte. La denominación de novecentismo se debe, en gran medida, a Eugenio D’Ors.

b).- Miembros:

  • Novelistas: Gabriel Miró, Ramón Pérez de Ayala, Wenceslao Fernández Flórez y Benjamín Jarnés.
  • Ensayistas e intelectuales: Ortega y Gasset, Eugenio D’Ors, Gregorio Marañón, Manuel Azaña, Salvador de Madariaga, Claudio Sánchez Albornoz, Américo Castro y Julio Camba.
  • Poetas: Juan Ramón Jiménez, José Moreno Villa y León Felipe, aunque la poesía de este último no sigue la estética de la poesía pura.

c).- Características:

  • Frente a la Generación del 98, más apasionada, intuitiva y agónica, los novecentistas abordan la tarea literaria con menor pasión y mayor rigor.
  • La formación universitaria de todos ellos se traduce en un enfoque más intelectual y erudito.
  • Lo que importa es el resultado, es decir, la obra bien hecha.
  • Muchos de los miembros de esta generación han ampliado estudios en universidades europeas y conocen bien las corrientes artísticas e ideológicas de los países más avanzados culturalmente. Esta formación les hace mirar a España desde una actitud racional y distanciada afectivamente, sin dejarse arrastrar por el pesimismo y el dramatismo existencial del 98.
  • En el análisis de la realidad, se fomenta la idea de que la verdad no es sólo una, sino el resultado de su observación desde una suma de perspectivas.
  • Adquiere importancia el “yo pensante” en el entorno, intentando captar al hombre en su circunstancia. Recordemos la famosa frase de Ortega: “Yo soy yo y mi circunstancia”.
  • Los intelectuales novecentistas tienden a participar activamente en la vida pública a través de conferencias, ensayos y artículos periodísticos, tratando de ejercer una labor educadora en la sociedad. Herederos del pensamiento ilustrado y discípulos de la Institución Libre de Enseñanza, sostienen que el progreso de los pueblos comienza con el progreso moral de los individuos, tarea que corresponde a la minoría ilustrada. Mantienen, por tanto, una actitud elitista.
  • En la producción literaria se advierte un distanciamiento de lo sentimental. El novecentismo se inclina por concebir el arte como algo autónomo e independiente de otras manifestaciones de la vida. El ideal es el arte puro, actitud analizada por Ortega en La deshumanización del arte. Se produce una corriente deshumanizadora que establece una distancia entre la producción artística y la biografía de su autor. Todo ello conduce a una literatura para minorías, que exige un receptor reflexivo y culto.

d).- Novela: La narrativa novecentista deriva con frecuencia hacia planteamientos intelectuales, en la línea de la deshumanización. Muchos de estos escritores han comenzado su carrera con el magisterio del Modernismo, del que han aprendido la exigencia de perfección estilística.

d1).- Autores:

Gabriel Miró

a).- Características:

  • Está al margen de la tendencia antisentimental de su época.
  • Es un creador de novela lírica.
  • Su inconfundible estilo recuerda, en muchos aspectos, al de Azorín, especialmente en el predominio de lo descriptivo frente a la acción y en la morosidad narrativa.
  • No escribe literatura de ideas, sino de sensaciones, y lo hace con un lenguaje particularmente intimista y lírico, no exento de ironía y sutil humorismo. Sus páginas están inundadas de colores, sonidos, sabores y perfumes, combinados sabiamente mediante la metáfora y la sinestesia.

b).-Novelas:

  • Las cerezas del cementerio.
  • Nuestro Padre San Daniel y su continuación, El obispo leproso, sus mejores novelas. Situadas en el ambiente provinciano de Oleza- nombre literario de Orihuela-, describe en ellas el clima opresor de los imperativos sociales, la beatería y la intolerancia religiosa.
  • Figuras de la Pasión del Señor.
  • El libro de Sigüenza, protagonizado por el personaje Sigüenza, que es un trasunto del autor.

Ramón Pérez de Ayala

a).- Características:

  • Toda su obra es de carácter intelectual y crítico.
  • Los personajes de sus novelas debaten problemas de moral, estética, filosofía o política.
  • La enorme erudición del autor, reflejada en diálogos y digresiones, dota a sus novelas de una dimensión ensayísitica, que las convierte en el tipo de relato del que habla Ortega en su ensayo Ideas sobre la novela.
  • Sus novelas son intelectuales por sus temas y también por el empleo de técnicas narrativas innovadoras, como la pluralidad de perspectivas sobre la realidad y por la ironía con que se distancia afectivamente de sus personajes.

b).- Novelas:

1ª Etapa: está marcada por el pesimismo vital y una enérgica crítica a la sociedad española, desde inquietudes muy próximas a la Generación del 98. Tinieblas en las cumbres, A.M.D.G., La pata de la raposa y Trotteras y danzaderas son novelas de corte autobiográfico, protagonizadas por Alberto Díaz de Guzmán, trasunto del autor.

2ª Etapa: Novelas de madurez, más logradas en la organización narrativa, aborda Pérez de Ayala distintos temas de carácter filosófico.

  • Belarmino y Apolonio.
  • Luna de miel, luna de hiel y Los trabajos de Urbano y Simona constituyen una novela única.
  • Tigre Juan y su continuación, El curandero de su honra, exponen los problemas del amor, el honor, y el donjuanismo.

Wenceslao Fernández Flórez

a).- Características: Este autor encarna los conflictos humanos con el claroscuro de un agudo humorismo, que oscila entre lo corrosivo y lo condescendiente, y que pone de manifiesto un claro pesimismo vital. En ocasiones se aproxima al esperpento mostrando el lado ridículo y hasta grotesco de personajes y situaciones, pero, a la vez, es capaz de mostrar una faceta muy humana, benevolente y llena de ternura.

b).- Novelas:

  • El bosque animado. En esta novela supo expresar el paisaje de su tierra gallega con gran emoción.
  • Voltereta.
  • El malvado Carabel.

Benjamín Jarnés

Se encuentra a caballo entre dos generaciones: Novecentismo y Generación del 27. Si lo incluimos en este apartado es porque su narrativa sigue una línea muy próxima a las ideas de Ortega sobre la novela, especialmente en su obra El profesor inútil.

e).- Ensayo: Los intelectuales novecentistas se sirvieron del ensayo para divulgar sus ideas, dada la capacidad expositiva y analítica y la eficacia pedagógica de este género; por ello se ha llamado también “Generación de los ensayistas”. Dos importantes focos culturales, uno en Madrid, en torno a Ortega y Gasset, y otro en Barcelona, con Eugenio D’Ors, adquirieron un gran protagonismo cultural, por su actividad en el análisis de las manifestaciones estéticas de su tiempo.

e1).- Autores:

José Ortega y Gasset

a).- Características:

  • Es el filósofo más importante de este siglo y uno de los mejores prosistas en lengua castellana.
  • Su pensamiento, sistemático y riguroso, se sitúa entre el racionalismo y el vitalismo (raciovitalismo).
  • La obra de Ortega se centra en el conocimiento de la vida humana y su entorno- “yo soy yo y mi circunstancia”- a través de la historia.

b).- Obra: Gran parte de estos ensayos están recogidos en los ocho volúmenes de El espectador. Otros muy conocidos son:

  • La deshumanización del arte donde defiende las novedades vanguardistas frente al arte romántico y trascendente de épocas anteriores. Ortega opina que el arte nuevo, el vanguardista, es minoritario e impopular, e irrita a las masas porque no lo entienden. “El arte es un juego” y no tiene trascendencia alguna.
  • En Ideas sobre la novela habla de la decadencia del género. La novela tiene un número de temas limitado; es casi imposible hallar nuevos temas y esto le quita “novedad” al género. Lo que interesa a la novela no es relatar sino presentar: la trama es un pretexto para exponer ideas. Es natural a la novela la morosidad y el detenerse en los personajes. La novela debe describir “un puro vivir” y no el hecho de que pase algo.
  • Meditaciones del Quijote
  • España invertebrada
  • El tema de nuestro tiempo
  • La rebelión de las masas.

Eugenio D’Ors

Su obra fundamental es el Glosario, colección de artículos periodísticos, de corte filosófico y moral, escritos a lo largo de su vida profesional. Fue también un finísimo y prestigioso crítico de arte, como se aprecia en Tres horas en el Museo del Prado; y novelista, en La bien plantada.

4. Entre el Novecentismo y las Vanguardias: “Ramón”

Difusor de las Vanguardias, desde su revista Prometeo, publica en 1931 Ismos, verdadera proclama vanguardista. Su obra constituye una ruptura continua de lo convencional y una fuente de inspiración permanente para quien participa de ese juego creativo. Anticipa y encarna, como nadie, el espíritu transgresor y las actitudes de la vanguardia. Su arte personalísimo tiene como eje y base la greguería, género que inventa hacia 1910. “Ramón” la define como: Humorismo + Metáfora =Greguería. Son famosos sus varios tomos de Greguerías, su novela El torero Caracho y su autobiográfica y poética Automoribundia.

5. La prosa de la Generación del 27

El grupo de escritores en prosa de la Generación del 27 se sitúa entre el vanguardismo inspirador de la generación y la novela de inclinación social y política de los años treinta. Cuatro novelistas se dan a conocer en los años treinta. Sus obras de madurez no llegan hasta después de la guerra, en el exilio (la “España peregrina”, la llamó José Bergamín):

  • Ramón J. Sender es un gran fabulador y el más importante novelista de los exiliados. Antes de la guerra había escrito Imán y Mr. Witt en el Cantón con la técnica realista del periodismo-reportaje, sobre la realidad política y social. Después de la guerra, en el exilio, escribe hasta cuarenta novelas, con diferentes temas y estéticas. Son muy famosas las que recrean personajes históricos o legendarios, como El bandido adolescente y La aventura equinoccial de Lope de Aguirre, así como la autobiográfica Crónica del alba y Réquiem por un campesino español), considerada una obra maestra.
  • Max Aub como novelista escribe un amplio ciclo sobre la Guerra Civil y el exilio, de gran valor literario y testimonial. Su novela más famosa y leída es La calle de Valverde.
  • Rosa Chacel discípula de Ortega, bajo cuya mirada escribe Teresa. Quizá sea la más intelectual y exquisita de nuestras novelistas contemporáneas. Son famosas Memorias de Leticia Valle y Barrio de Maravillas, de corte autobiográfico
  • Francisco Ayala cultivó la estética vanguardista, antes de la guerra, en obras como Cazador en el alba. Muertes de perro y El fondo del vaso, sus novelas más apreciadas, que muestran un estilo intelectual e irónico, próximo al realismo crítico. Premio Cervantes en 1911.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *