La Novela Española Post-1975 y el Grupo Poético del 27: Evolución y Análisis

La Novela desde 1975 hasta Nuestros Días: Tendencias, Autores y Obras Representativos

La llegada de la democracia supuso un enorme cambio político y social para España: se restaura la monarquía, se promulga la Constitución, desaparece la censura, y España se moderniza y se abre a Europa y al mundo. En este contexto, la narrativa española se diversifica y la novela presenta diferentes tendencias. Aun así, hay una serie de rasgos comunes que la caracterizan:

  • Se recupera la intriga, la importancia de la trama y se crean ambientes y personajes muy sólidos. Agotado el experimentalismo, se recobra el placer de contar historias y el resultado es una novela más accesible.
  • Se dirige a un lector medio que busca el entretenimiento y se convierte en un bien de consumo.
  • Muestra la crisis del individuo y la crisis de valores de la sociedad española. Con la llegada de la libertad, los autores se terminan de liberar ideológica e intelectualmente y reflejan la confusión del individuo moderno, que ha perdido la fe en la sociedad o en aquellos valores que con la llegada de la democracia se habían mitificado.
  • Se observa una diversidad de tendencias y subgéneros: novela policiaca, realista, de la memoria y de la historia, poemática… Entre estas destacan:

Novela de Intriga y Suspense

Comienzan a surgir novelas con tramas en la que la investigación de casos criminales se convierte en el tema central. Normalmente se desarrollan en ambientes urbanos y son narradas en primera persona por el protagonista, un detective, un tipo normalmente complejo, irónico y en crisis personal. Destacaron Eduardo Mendoza, con La verdad sobre el caso Savolta; Manuel Vázquez Montalbán, con su saga del detective Pepe Carvalho y títulos como Los mares del Sur; Antonio Muñoz Molina, con Plenilunio; o más recientemente Dolores Redondo, con El guardián invisible.

Novela Poemática

Centra su interés en un mundo más sugerente que concreto, con personajes-símbolo y una mayor tendencia al lenguaje poético y a la perfección formal. Obras representativas pueden ser: Mortal y rosa, de Francisco Umbral; Toda la noche oyeron pasar pájaros, de José Manuel Caballero Bonald o La lluvia amarilla, de Julio Llamazares.

Novela Histórica

Se trata de un tipo de novela de gran precisión histórica que obliga al novelista a documentarse con profundidad. Entre otras, destacan: Extramuros (1978) de Jesús Fernández Santos; El hereje, de Miguel Delibes; la saga de El capitán Alatriste de Pérez-Reverte; Tierra firme, de Matilde Asensi; o En busca del unicornio, de Juan Eslava Galán. Dentro de esta tendencia cabe citar aquella que se ocupa de la reconstrucción de la historia de la Guerra Civil: La voz dormida, de Dulce Chacón; Las trece rosas, de Jesús Ferrero; Soldados de Salamina, de Javier Cercas; o los relatos de Los girasoles ciegos, (2004) de Alberto Méndez.

Novela de Memorias

Este tipo de novelas, que tiene su inicio en los libros de diarios y en los de memorias, suele combinar elementos autobiográficos y ficticios. Los protagonistas suelen realizar reflexiones existenciales en busca de su identidad, deseosos de desprenderse del sentimiento de soledad o de encontrar su lugar en el mundo. Surgen especialmente con la llegada de la democracia novelas como El cuarto de atrás (1978), de Carmen Martín Gaite, Coto vedado, de Juan Goytisolo, o la trilogía El peso de la paja, de Terenci Moix. Este tipo de novelas suele combinarse con la metanovela, la novela reflexiva o la de testimonio.

Novela de Testimonio

Ambientada en momentos de la historia reciente de España, se cuestionan en ellas las conductas humanas y las actitudes morales de la sociedad. Destacan, pues, su compromiso y su carácter crítico, pues reflejan también la situación de ciertos grupos sociales (las mujeres, los jóvenes…). Autoras como Rosa Montero profundiza en la naturaleza femenina en Te trataré como a una reina. También lo hace Almudena Grandes en Malena es un nombre de tango; en sus últimos años abordó la memoria de los vencidos en novelas como Inés y la alegría. Por su parte, Fernando Aramburu muestra las heridas del terrorismo en Patria.

Novela Reflexiva

Alejada del realismo y en la que la narración compite con el pensamiento. Destacan aquí, Corazón tan blanco, de Javier Marías o La soledad era esto, de Juan José Millás.

Metanovela

Este tipo de novelas, que suele mezclarse con otras modalidades, cuenta una historia y, al mismo tiempo, cómo se está relatando la historia. El narrador suele ser un escritor, un editor o periodista, que irónicamente comparte con el lector las dificultades de la construcción narrativa. También se insertan en estas novelas citas literarias y otras obras. Destacan El cuarto de atrás, de Carmen Martín Gaite o Mazurca para dos muertos de Cela.

Novela Gráfica

Heredera del cómic y de los álbumes de historietas, desarrolla historias complejas, recurriendo a técnicas narrativas de la novela común. Destacan Arrugas, de Paco Roca, o Dublinés, de Alfonso Zapico.

La Poesía del Grupo Poético del 27: Etapas, Autores y Obras Representativos

En 1927 se organiza en el Ateneo de Sevilla un acto para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Góngora. Este acto reunirá a un grupo de poetas, que llegará a ser conocido como la Edad de Plata de nuestra literatura. Entre las razones que los conforman como grupo están el hecho de haber nacido entre fines del s. XIX y principios del XX, el contacto habitual que mantienen entre ellos (muchos de ellos coincidieron en la Residencia de estudiantes de Madrid y llegaron a entablar una importante amistad), y, además, colaboraron en las mismas revistas: Revista de Occidente, La Gaceta Literaria, Litoral… Hay que recordar que en este grupo también se integra un buen número de mujeres, conocidas como “las Sinsombrero” (el nombre procede de la actitud transgresora de haberse quitado el sombrero en la Puerta del Sol de Madrid durante un paseo, hecho por el que fueron insultadas). Entre ellas, destacan Concha Méndez, Ernestina de Champourcín, Josefina de la Torre o Carmen Conde. En lo literario, este grupo se caracteriza por una tendencia al equilibrio, por integrar las nuevas corrientes sin rechazar la tradición literaria:

  • Equilibrio entre una poesía intelectual, pura, deshumanizada y una poesía sentimental, impura, humanizada.
  • Equilibrio entre lo culto y lo popular.
  • Equilibrio entre lo universal y lo español.
  • Equilibrio entre la tradición y la innovación.

Se podría decir que todos los integrantes evolucionan conjuntamente y que se pueden señalar tres grandes etapas:

Primera etapa (hasta 1927 aproximadamente)

En esta etapa las influencias del grupo son muy diversas: por un lado, Bécquer y el posmodernismo; por otro, Juan Ramón Jiménez y su “poesía pura” y el influjo de las vanguardias. Por último, la admiración por los clásicos los lleva a cultivar estrofas tradicionales. Aunque pueda parecer una poesía deshumanizada, también se aprecia “lo humano” en la influencia de Bécquer y en el aprecio por la lírica popular. Destacan en esta etapa estos autores del grupo, con las siguientes obras:

Vanguardistas”: Imagen, de Gerardo Diego.

Tradicionales”: Marinero en tierra, de Rafael Alberti; Poema del cante jondo y Romancero gitano, de Federico García Lorca.

Clásicas”: Versos humanos, de Gerardo Diego; Cal y Canto, de Rafael Alberti; Égloga, elegía, oda, de Luis Cernuda;…

Segunda etapa (de 1927 a la Guerra Civil)

Esta etapa de plenitud coincide con la irrupción del surrealismo y con un proceso de rehumanización de la poesía. Se produce una liberación de la palabra, del verso (se empieza a usar el verso libre y el versículo) y de la imagen, lo que permite expresar los más profundos sentimientos: el amor, el deseo de plenitud, las frustraciones e inquietudes existenciales o sociales. Destacan los siguientes poetas:

  • Pedro Salinas: La voz a ti debida, Razón de amor.
  • Jorge Guillén: Cántico.
  • Vicente Aleixandre: Espadas como labios, La destrucción o el amor.
  • Federico García Lorca: Poeta en Nueva York, Sonetos del amor oscuro.
  • Rafael Alberti: Sobre los ángeles, El poeta en la calle.
  • Luis Cernuda: Los placeres prohibidos, Donde habite el olvido.

Tercera etapa (después de la guerra)

Lorca ha sido fusilado en 1936; los demás se exilian, a excepción de Aleixandre, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Josefina de la Torre o Carmen Conde. El grupo se dispersa y cada uno sigue su rumbo sin abandonar el camino de una poesía profundamente humana. En el exilio es común el tema de la patria perdida. En España, la poesía muestra un humanismo angustiado, de tono existencial. Destacan:

  • Jorge Guillén: Clamor.
  • Dámaso Alonso: Hijos de la ira.
  • Carmen Conde: Mujer sin edén.
  • Vicente Aleixandre: Sombra del paraíso, Historia del corazón.
  • Rafael Alberti: Entre el clavel y la espada.
  • Luis Cernuda: Las nubes, Desolación de la quimera.

Análisis de La casa de Bernarda Alba

1. Contexto y género

-Escrita en 1936, pocos meses antes de la muerte de Lorca al inicio de la Guerra Civil Española. Fue estrenada póstumamente en 1945 en Buenos Aires y no se representó en España hasta 1964.

-Subtitulada Drama de mujeres en los pueblos de España, refleja un enfoque realista sobre las dinámicas humanas y conflictos internos de las protagonistas.

-Aunque comparte rasgos de tragedia, se clasifica como drama por la ausencia de elementos míticos, el lenguaje realista y algunas expresiones humorísticas (especialmente en boca de la Poncia).

-Basada en personajes reales, como Frasquita Alba, vecina de la familia Lorca en Valderrubio, y ambientada en un espacio cerrado que simboliza opresión y control.

2. Temas principales y secundarios

Tema central:

-Moral autoritaria vs. deseo de libertad: Bernarda, con su autoridad tiránica, representa la tradición rígida y el «qué dirán», mientras que Adela y María Josefa encarnan el anhelo de libertad, aunque este solo puede expresarse a través de la locura (María Josefa) o el suicidio (Adela).

Temas secundarios:

-El amor sensual y la búsqueda de varón: Las hijas, condenadas a un encierro forzado, sufren por la represión sexual y afectiva. Adela, con su vestido verde y abanico colorido, simboliza la rebeldía contra esta represión, que culmina en su pasión por Pepe el Romano.

-La hipocresía social: Bernarda oculta las tensiones familiares tras una fachada de perfección y limpieza. La blancura de la casa refleja esta obsesión por las apariencias.

-Odio y envidia: Dominan las relaciones humanas en la obra. Las hermanas envidian a Angustias por su riqueza y compromiso con Pepe, mientras que Martirio, resentida por su apariencia física y su amor no correspondido, actúa con malicia hacia Adela.

-Injusticia social y desigualdad de género: Se muestran las jerarquías sociales de la época, desde Bernarda y su familia hasta la mendiga. Las mujeres están marginadas y sometidas, obligadas a obedecer normas restrictivas, mientras los hombres disfrutan de privilegios y libertad.

-La marginación de la mujer: Lorca denuncia la discriminación de género, mostrando cómo las mujeres deben elegir entre la sumisión (hijas de Bernarda) o la condena social (Paca la Roseta, hija de la Librada).

3. Personajes y relaciones

Caracterización de los personajes:

-Bernarda Alba: Figura autoritaria, clasista y obsesionada con las apariencias. Su bastón simboliza el poder. Representa el orden patriarcal y moral tradicional.

-Adela: Rebelde y apasionada, busca escapar del control materno. Su vestido verde y sus palabras directas reflejan su deseo de libertad.

-María Josefa: A través de su locura, expresa las ansias de libertad y amor de las mujeres oprimidas.

-Hijas de Bernarda:

  • Angustias: Mayor y enfermiza, es objeto de envidia por su riqueza.
  • Magdalena: Resignada, es la más compasiva.
  • Amelia: Temorosa y sumisa, con escaso peso en la trama.
  • Martirio: Envidiosa y rencorosa, guarda un odio hacia Adela por su relación con Pepe.

-Poncia: Crítica y ambigua, se posiciona entre la sumisión y el desafío a Bernarda.

-Pepe el Romano: Figura ausente pero central, cataliza los conflictos. Su presencia simboliza el deseo y la frustración.

Relaciones:

-Bernarda mantiene una relación tiránica con sus hijas y criadas, quienes la temen pero la desprecian.

-Entre las hermanas predominan el odio y la envidia, con algunas excepciones de solidaridad.

-La relación entre Bernarda y el pueblo se caracteriza por el temor y desprecio mutuos.

4. Espacio y simbolismo

-La obra transcurre en un espacio cerrado: la casa de Bernarda, símbolo de opresión y represión. Cada acto se desarrolla en un lugar diferente dentro de la casa, reflejando un progresivo descenso hacia la tragedia.

-Espacio aludido: El exterior, asociado a la libertad y las pasiones, contrasta con la casa como lugar de reclusión.

-Elementos simbólicos:

-Colores: El blanco de la casa (apariencias) frente al negro del luto (opresión).

-El bastón de Bernarda: Símbolo de autoridad.

-El vestido verde de Adela: Rebeldía y vitalidad.

-El caballo garañón: Deseos sexuales reprimidos.

-El agua: Ríos (vida) frente a pozos (represión y muerte).

5. Estructura

-La obra sigue una estructura clásica en tres actos:

-Acto I: Introducción del conflicto y presentación de la casa como lugar de reclusión.

-Acto II: Crecimiento de las tensiones y deseos reprimidos.

-Acto III: Culminación en la tragedia con el suicidio de Adela.

-La obra tiene una estructura cíclica, marcada por la repetición de temas, conflictos y símbolos (el adverbio «ya», el inicio y final con la palabra «¡Silencio!», el doblar de campanas, etc.).

6. Estilo y lenguaje

-Combina realismo y poesía, creando un «realismo poético».

-Diálogos: Intensos, fluidos y cargados de simbolismo.

-Lenguaje:

-Realismo: Uso de coloquialismos, insultos y refranes populares.

-Poesía: Metáforas, comparaciones e imágenes líricas (ej.: «Déjame que el pecho se me rompa como una granada de amargura»).

-Las acotaciones detallan gestos, tonos y elementos visuales para intensificar la dimensión simbólica.

7. Significado social

-Lorca utiliza la obra para denunciar las injusticias sociales y la opresión de las mujeres en la España rural de los años 30. Aborda:

-El autoritarismo.

-Las desigualdades de género.

-La hipocresía y las apariencias sociales.

-La obra no es solo un drama familiar, sino una crítica a las normas patriarcales y tradicionales que limitan la libertad y los deseos humanos.

Conclusión

La casa de Bernarda Alba es una obra de gran riqueza simbólica y profundidad psicológica que explora los conflictos entre libertad y opresión. A través de un lenguaje poético y realista, Lorca captura el drama de las mujeres atrapadas en una sociedad patriarcal y ofrece una crítica atemporal sobre la lucha por la emancipación.

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