Poesía Medieval: Lírica, Trovadores y el Dolce Stil Nuovo

La Poesía Medieval: Lírica, Trovadores y el Dolce Stil Nuovo

La Poesía Lírica Medieval y los Trovadores

La poesía medieval fue principalmente poesía lírica, ya que era cantada por personas que, además de poetas, eran músicos. Los libros donde se recogieron estas composiciones recibieron el nombre de Cancioneros. Paralelamente al desarrollo de una lírica popular, surgió una lírica culta, que tuvo su máximo exponente en la poesía provenzal o trovadoresca. A comienzos del siglo XII, en el sur de Francia, apareció la primera escuela de lírica culta, cuyo influjo propició la aparición de imitadores en otras lenguas, como el francés, el catalán, el gallego-portugués (“cantigas”) o el alemán.

Estas nuevas composiciones presentaron varias novedades:

  • Ya no son anónimas, pues las componían trovadores, quienes difundían sus obras acompañadas de música.
  • El público estaba compuesto por una aristocracia cada vez menos guerrera y más refinada.
  • Surgió una nueva concepción del amor, el “amor cortés”, cuyo espíritu quedó resumido en el tratado “Sobre el amor” de Andreas Capellanus (s. XII). En este tratado se hablaba del amor imposible que un vasallo siente hacia la dama, que es además su señora.
  • Se produce una reflexión del yo sobre su estado de ánimo y su amor hacia una mujer a la que llama domna (de “domina”) o midons (de “meus Dominus”).

El lenguaje de estas composiciones es una adaptación a la lírica del lenguaje técnico del mundo medieval. Según el tema, en la poesía trovadoresca se distinguen estos subgéneros:

  • Cansó”: poesía amorosa de refinada expresión literaria.
  • Sirventés”: poema satírico, de ataque personal o crítica moral.
  • Pastorela”: encuentro de un caballero con una bella pastora.
  • Planh”: lamento por la muerte de una persona o por otra desgracia.
  • Tensó”: debate entre dos poetas sobre diversos temas.
  • Alba”: separación de los amantes al amanecer tras pasar la noche juntos.

Entre los autores destacados se encuentran:

  • Guilhem de Peitieu (primer poeta románico conocido).
  • Bernart de Ventadorn (importante poeta amoroso).
  • Arnaut Daniel.
  • Guillem de Berguedà.
  • Peire Vidal.
  • Bertran de Born (compuso poemas de tema político).
  • Giraut de Bornelh.

Existieron dos estilos a adoptar como trovador: el estilo trobar leu (una actitud poética de expresión fácil y de clara comprensión, alejada de la repetición y la vulgaridad) y el estilo trobar clus (una actitud hermética, artificiosa en sus aspectos verbales y métricos).

El Dolce Stil Nuovo

A mediados del siglo XIII apareció la primera escuela poética culta en lengua vulgar italiana: la Escuela Siciliana, que se extendió por el resto de la península itálica dando lugar al “dolce stil nuovo” (nombre tomado del canto XXIV del Purgatorio de la “Divina Comedia” de Dante). Este movimiento englobó a un grupo de poetas que escribieron entre 1280 y 1310, formado por Guido Guinizzelli, Guido Cavalcanti, Cino da Pistoia y el mismo Dante Alighieri.

Dante empleó el término “dolce” para referirse a una forma y un léxico basados en la musicalidad, la suavidad y la euforia. Con la palabra “nuovo” se destaca la idea de cambio estilístico y temático. La poesía debía ser sincera, siendo sus principales temas el amor y la naturaleza. Estos poetas entienden la poesía como resultado de un impulso del corazón que provoca el nacimiento de las palabras adecuadas sin necesidad de mayores esfuerzos.

El amor supera los límites del amor cortés y se convierte en una virtud identificable con la nobleza de espíritu. La dama y la belleza son hitos necesarios en el camino de perfección que lleva a Dios, naciendo así el tópico de la “donna angelicata” (la mujer angelical que es puente entre el género humano y Dios).

Dante Alighieri y la Divina Comedia

Para Dante (autor de tratados como “De vulgari eloquentia” o “De monarchia”, y de obras literarias como “Vita nuova”, “Canzoniere” o “Convivio”), su “donna angelicata” fue Beatriz, quien le guía en su paso por el Paraíso en la “Divina Comedia”. Esta obra, escrita entre 1306 y 1320, consta de tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso. En la primera y segunda, Dante recorre con Virgilio los nueve círculos del Infierno y las nueve gradas del Purgatorio, y en la tercera recorre con Beatriz las nueve esferas del Cielo. Destaca en esta obra la simbología alrededor del número tres (tres partes de 33 cantos escritos en tercetos).

Petrarca y su Influencia en el Renacimiento

A la poesía de alabanza a la dama del “dolce stil nuovo” se añadió el tema de la introspección psicológica y el uso de una lengua refinada y de estructuras métricas más o menos fijas. Todos estos elementos pasaron a la poesía posterior, llegando a Petrarca a mediados del siglo XIV. Nacido en Arezzo en 1304, Petrarca fue un gran estudioso y admirador de los autores grecolatinos. Toda su obra poética en italiano fue inspirada por su musa, llamada Laura, cuya muerte le hundió en una profunda crisis espiritual.

Considerado como uno de los primeros humanistas, escribió obras en latín, como “África”, pero debe su fama a sus poemas en italiano, como “Los triunfos” o el “Canzoniere”. Este último está compuesto de 300 sonetos y 49 composiciones varias, y su tema central es el amor hacia Laura. Con esta obra, aparece en la lírica la introspección amorosa y el análisis minucioso de los sentimientos personales. La influencia de Petrarca fue notable en el Renacimiento (por ejemplo, en Garcilaso o en Boscán).

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