El Renacimiento en España: Contexto Histórico, Social y Cultural (Siglos XIV-XVI)
1. El Renacimiento: Orígenes y Expansión
El Renacimiento se desarrolló en Italia entre los siglos XIV y XVI, difundiéndose posteriormente por otros países europeos. El dominio aragonés en Nápoles (1442) permitió el contacto de escritores y pensadores españoles con el mundo italiano desde mediados del siglo XV.
Aspectos Políticos, Sociales y Económicos
En España, el siglo XVI estuvo marcado por la estabilidad política, la paz interior (salvo disturbios localizados) y la abundancia de oro y plata procedentes de América. Además, España se erigió como potencia mundial, con posesiones en Europa, América y Asia (Filipinas), lo que originó conflictos y guerras con los Países Bajos, Gran Bretaña y Francia. Debido a su política imperialista, Carlos V, nombrado emperador del Sacro Imperio Germánico en 1519, tuvo que afrontar guerras con Francia, los turcos y los protestantes, que endeudaron las arcas españolas. Tras la Paz de Augsburgo (1555), que estableció la libertad religiosa en el Imperio, Carlos I abdicó en favor de su hijo, Felipe II. Este heredó un Estado en quiebra y continuaron los conflictos exteriores. Además, se acentuaron el control religioso y la represión contra la libertad de pensamiento. La sociedad era estamental, con una nobleza que gozaba de privilegios. La burguesía creció y se enriqueció, mientras que sobre los campesinos recaía la mayoría de los impuestos.
Reforma y Contrarreforma
En 1517, el fraile y teólogo alemán Martín Lutero expuso sus 95 tesis, en las que cuestionaba el alcance de las indulgencias papales y exhortaba a la Iglesia a retornar a las enseñanzas de la Biblia. Gracias a la imprenta, estas tesis se propagaron por Alemania y toda Europa, originando la Reforma protestante. Esta surgió entre sectores minoritarios cultos y urbanos, influidos por el humanismo. En España, Erasmo de Rotterdam defendió la religiosidad interior, la reforma del clero y el regreso a la Biblia, respetando la Iglesia de Roma. En respuesta a la Reforma, la Iglesia Católica organizó la Contrarreforma y convocó el Concilio de Trento (1545), que fijó los principios del catolicismo y estableció las medidas de renovación. En 1559, la Inquisición publicó el Índice de libros prohibidos (Lazarillo, obras protestantes…), y los españoles no podían estudiar en el extranjero.
Creencias Colectivas
En una sociedad donde el miedo y lo sagrado impregnaban la vida cotidiana, se extendieron creencias que confundían lo religioso y lo mágico. Imperaban valores como la limpieza de sangre (no descender de judíos o musulmanes), la valoración y el orgullo del cristiano viejo, la importancia de la honra pública (que, en caso de verse afectada, justificaba el recurso a la violencia) y la honra del hombre, que dependía de la conducta de las mujeres, consideradas posesión masculina y sobre las que podían ejercer el control y la violencia.
La Cultura en el Renacimiento
Durante el Renacimiento tuvo lugar un cambio en el ser humano y en sus relaciones con Dios y con la naturaleza. Dotado de libertad, dignidad y capacidad de actuación por sí mismo, el ser humano se situó como centro del universo (antropocentrismo).
El Humanismo
El humanismo fue una corriente de pensamiento basada en los «studia humanitatis» (estudios humanísticos), que imponía el aprendizaje del latín clásico. Esto permitió el acceso directo a obras de la Antigüedad, así como la imitación poética de sus autores. Se consideraba que el humanismo desarrollaba capacidades en el ser humano y le proporcionaba ideas filosóficas para afrontar la vida cotidiana. En sus obras se exaltan la naturaleza y el placer, con una visión optimista y confiada del mundo. Los humanistas, muy apreciados entre la población, participaron en el desarrollo de la vida urbana.
Humanismo y Renacimiento en España
En España, el humanismo cobró importancia a finales del siglo XV. En el siglo XVI, el cardenal Cisneros impulsó reformas, promovió la edición de la «Biblia Políglota Complutense» y fundó la Universidad de Alcalá de Henares. También se comenzó a estudiar la lengua nacional (algo que también ocurrió en Italia) y se tradujeron obras latinas. Elio Antonio de Nebrija publicó la «Gramática de la lengua castellana«. Además, durante el Renacimiento se produjo un resurgir del ideal caballeresco fusionado con la cultura. Con Carlos I, apareció el ideal de cortesano (poeta que milita en misiones diplomáticas), así como el prototipo de caballero renacentista que fue retratado por Baltasar Castiglione en «El Cortesano» (1528).
2. La Lírica Renacentista: Características y Temas
La renovación de la poesía cancioneril se produjo a causa de la difusión del humanismo. Petrarca influyó en poetas españoles como el Marqués de Santillana, Juan de Mena, Juan Boscán y Garcilaso de la Vega. Petrarca armonizó la herencia de la lírica culta provenzal con la literatura clásica.
Aspectos Formales
La poesía italiana aportó dos innovaciones rítmicas: el uso del endecasílabo y el encabalgamiento. Incorporó estrofas y tipos de composiciones habituales de la lírica italiana: tercetos encadenados, lira, octava real, estancia, soneto y estrofa sáfica. El estilo era sencillo y natural. Cobran importancia la adjetivación, el empleo del epíteto para describir la hermosura del paisaje, el uso de metáforas para los rasgos físicos de la dama y el uso del hipérbaton.
Temas y Motivos Poéticos
La imitación de los autores clásicos tuvo dos referentes principales: en el bucolismo, el modelo fue Virgilio, y para las odas y las epístolas, Horacio. Además, se adquirieron temas e ideales del neoplatonismo, como son: la belleza del mundo, el amor humano y una naturaleza perfecta y armoniosa. El tema principal de la lírica renacentista es el amor. El yo poético manifiesta su sufrimiento por la amada, por su muerte, ausencia o falta de correspondencia. Apenas hay versos que expresen el goce de los amantes; más bien, se describe el dolor del amor, su poder y la lucha entre la razón y el deseo. La descripción de la mujer corresponde al canon de belleza renacentista (piel blanca, cabellos rubios, ojos claros). Otro tema frecuente es la naturaleza, que aparece descrita con el tópico del locus amoenus (lugar agradable). También destaca el tópico del carpe diem (goza el día), asociado al amor, ya que incita a su disfrute. La mitología clásica sirve también para expresar la relación amorosa. Ejemplo de ello son las «Metamorfosis» de Ovidio. Otros temas menores son la amistad (solo entre hombres) y el elogio cortesano (a nobles). En la lírica reflexiva de carácter ético (poesía religiosa y moral) destaca el tópico del beatus ille (feliz aquel) como búsqueda de perfección en la naturaleza y el conocimiento de sí mismo (introspección).