Evolución del Teatro Español hasta la Guerra Civil: Innovación y Tradición

El Teatro Español hasta la Guerra Civil: Tendencias, Autores y Obras Clave

Introducción

A comienzos del siglo XX, hacia 1900, la afición al teatro era muy grande en España. El teatro de consumo, destinado a un público popular, era el más abundante. El género chico dominaba la escena, fragmentado en múltiples fórmulas comerciales: parodias de óperas y zarzuelas de éxito, operetas, revistas, espectáculos eróticos, etc.

Estos espectáculos supusieron importantes cambios estructurales:

  • Representaciones de número cada vez más cortas (unos 10 minutos por número).
  • La canción ocupaba el puesto de honor.
  • Predominio de los locales privados, con lo que el empresario buscaba satisfacer principalmente el gusto de un público burgués, que era el que acudía a las funciones. Esto tuvo dos consecuencias:
  • El teatro que criticaba la ideología y el modo de vida burgués tuvo pocas posibilidades.
  • Gran resistencia a la innovación escénica y a las nuevas tendencias, como el teatro realista.

Ante esta situación, los autores innovadores se vieron obligados a crear un teatro de corte burgués o bien resignarse a que sus obras fueran leídas por una minoría.

Grandes Tendencias del Primer Tercio del Siglo XX

Las principales tendencias del teatro español en el primer tercio del siglo XX fueron el teatro poético, el drama burgués, el teatro social, las modalidades cómicas y el teatro de experimentación y vanguardia.

Teatro Triunfante

Continuador del teatro de finales del siglo XIX, a este teatro triunfante pertenece la comedia burguesa de Benavente, que se especializa en retratar los conflictos surgidos en el seno de la clase media-alta de la sociedad, la cual se convierte en su público más asiduo.

Autores destacados: Jacinto Benavente, Gregorio Martínez Sierra, Alejandro Casona.

1. La Comedia Benaventina

El teatro de Jacinto Benavente es una fina representación de ambientes cotidianos. Destaca por su habilidad escénica, ingenio y la fluidez de sus diálogos.

Tuvo un comienzo innovador con El nido ajeno (1894), cuyo tema es la situación opresiva de la mujer casada en la sociedad burguesa. Esta ópera prima fracasó y fue retirada del cartel ante la indignación del público por la carga crítica del tema, así que Benavente tuvo que evolucionar hacia el conservadurismo estético e ideológico.

Entonces tomó el camino del teatro triunfante. Estéticamente, quedó anclado en el realismo. Ideológicamente, siguió retratando la hipocresía y el conservadurismo de las clases altas, aunque de forma moderada. Obras destacadas: Rosas de otoño (1905); Los intereses creados (1907), que es su obra maestra y aporta una visión cínica de los ideales burgueses; La malquerida (1913), un intento de drama rural cuyo tema es la pasión incestuosa.

2. El Teatro en Verso

Este teatro constituye una mezcla de posromanticismo con rasgos modernistas. Es un intento de aproximación del género dramático a la poesía lírica para constituir un drama lírico. Una vez integrado socialmente, triunfa un teatro histórico en verso y posteriormente un teatro casticista, que reivindica una vuelta a la tradición teatral española, recreándose en asuntos de la historia nacional con una ideología tradicionalista de exaltación de valores nobiliarios y de grandes acciones del pasado.

Autores: Francisco Villaespesa, Eduardo Marquina y los hermanos Machado.

3. El Teatro Cómico

Dentro de la tendencia de la comedia costumbrista, los hermanos Álvarez Quintero presentan una Andalucía tópica, con problemas sentimentales únicamente, donde todo el mundo es bueno y gracioso.

Los hermanos Álvarez Quintero, sevillanos, son los principales representantes del costumbrismo teatral andaluz. Sus obras están llenas de tópicos: el andaluz es alegre y gracioso, no tiene problemas. Los ambientes suelen ser amables y desenfadados, y los argumentos, sencillos y basados en el enredo.

El teatro de los hermanos Álvarez Quintero ha recibido numerosas críticas por olvidarse de la trágica realidad andaluza (atraso cultural y económico, pobreza, marginación) y por presentar una sociedad andaluza idealizada, perfecta.

Obras: El patio, Las flores, Malvaloca.

Carlos Arniches escribió sainetes de ambiente madrileño. Se centra en el Madrid de principios de siglo y en sus tipos: el albañil, el sereno, el chulo, la moza y la vecina criticona. Además de imitar en sus obras el habla típica madrileña, crea expresiones. Aparte de los sainetes, Arniches cultiva la tragedia grotesca, fusión de lo dramático y lo caricaturesco.

Obras: El santo de la Isidra, Los milagros del jornal, El amigo Melquiades, La cara de Dios.

Pedro Muñoz Seca crea el astracán, subgénero de escasa calidad literaria en el que abundan los chistes y los juegos de palabras. Su obra principal es La venganza de don Mendo.

Teatro que Pretende Innovar

Los intentos de renovación de la escena española fracasan por el predominio de locales privados, para los que el empresario buscaba obras del gusto de la burguesía. Los intentos renovadores fueron protagonizados por los autores de las dos primeras generaciones del siglo.

1. Autores de la Generación del 98

Unamuno presentaba mediante el teatro los conflictos humanos. Obras: Fedra, Soledad y Raquel encadenada.

Azorín cree en la necesidad de renovar y abrir nuevos cauces expresivos al teatro español. Obras: Old Spain, Brandy, mucho brandy y Lo invisible.

Valle-Inclán (ver sección específica más adelante).

2. Teatro de Vanguardia

Jacinto Grau fue uno de los pocos dramaturgos que pretendió encontrar nuevos cauces de expresión. Comenzó componiendo un teatro de fondo y forma trágicos que buscaba la inspiración en motivos clásicos: el Romancero en El conde Alarcos, el mito de don Juan en Don Juan de Carillana, o la Biblia en El hijo pródigo.

Su obra maestra es El señor de Pigmalión, que desarrolla un tema mítico: en ella unos muñecos se rebelan contra su autor. Plantea diversos temas: la sublevación de los personajes a su creador, el ansia colectiva de libertad o los rencores humanos.

El propósito renovador queda claro desde el prólogo, donde critica a los empresarios cuya única motivación es el dinero. Formalmente, su teatro de vanguardia es una mezcla de diversas tradiciones literarias, cultivo de la farsa, uso de muñecos y marionetas del teatro de guiñol e incluso técnicas del expresionismo alemán.

Ramón Gómez de la Serna es el padre del vanguardismo español. Realiza un intento de un modo nuevo de ver la escena. Obras: La utopía, El laberinto.

3. Teatro del Grupo del 27

Los poetas del grupo del 27 destacan también como dramaturgos. Su teatro presenta como características la depuración del “teatro poético”, la incorporación de las formas de vanguardia y el intento de acercamiento del teatro al pueblo.

Pedro Salinas sobresale por sus valores poéticos. Obras: La fuente del arcángel y La cabeza de medusa.

Rafael Alberti se inicia como autor de vanguardia con El hombre deshabitado. Después cultiva un teatro político con Noche de guerra en el Museo del Prado.

Miguel Hernández comienza su producción con el auto sacramental Quien te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras, para cambiar a una temática social con Los hijos de la piedra. Durante la guerra hace teatro de combate, Teatro de guerra.

Alejandro Casona mezcla magistralmente la realidad y la fantasía. La sirena varada.

Max Aub presenta una temática que gira en torno a la incapacidad del hombre para comprenderse a sí mismo. Obras: Crimen, Narciso.

Teatro Cómico Innovador

Jardiel Poncela: su teatro gira en torno a la comedia burguesa poética, con elementos costumbristas y experimentales. Persigue la diversión. En su comedia Eloísa está debajo de un almendro, el autor combina el diálogo realista con la acción disparatada.

Autores Innovadores con Excelentes Resultados

1. Valle-Inclán

Comienza su producción dramática en 1899 y acaba en 1927. Su constante a lo largo de todos los años es la voluntad de ruptura formal y temática respecto a la dramaturgia realista.

Su esfuerzo por renovar e innovar la escena española es constante. Representa varias tendencias paralelas agrupadas en tres ciclos: mito, farsa y esperpento.

Al ciclo del mito pertenecen Comedias bárbaras y Divinas palabras. Representan ambas un espacio gallego primitivo. Aparecen extraños personajes, violentos o tarados, tiránicos. Resulta difícil de representar por su longitud y sus cambios rapidísimos de escenario.

Al ciclo de la farsa pertenecen La marquesa Rosalinda y Farsa y licencia de la reina castiza. Se trata de sátiras muy críticas contra la mediocridad de la España de los Borbones. En ambas aparece un espacio más estilizado y ridículo.

El ciclo del esperpento es una desmitificación del presente vivo del escritor. Martes de Carnaval, compuesta por tres obras: Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán. Luces de Bohemia.

El autor refleja la realidad mediante una estética deformante a través de la satirización, la muñequización y las reducciones al absurdo.

Características del esperpento: mezcla de lo cómico y lo serio, de lo sublime y lo vulgar; concepción de personajes como títeres; deformación de la realidad; intención satírica y burlesca; múltiples referencias a las tradiciones literarias.

Ciclo final: lleva a su extremo las propuestas dramáticas anteriores: presencia de lo irracional, personajes deshumanizados y guiñolescos. Obras: Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte.

2. Federico García Lorca

La experiencia vanguardista de Lorca parte de una doble crisis (vital y estética). En lo vital, la crisis tiene que ver con su homosexualidad. En lo estético, sus inquietudes y ciertas críticas le hacen buscarse nuevos fundamentos para su creación y nuevo lenguaje.

En Granada se impregna del ritmo de la poesía tradicional, canciones y romances, las leyendas y sucesos populares. El ideal lorquiano respecto al teatro parte de tres principios: depurar el teatro poético, incorporar las tendencias vanguardistas y acercar el teatro al pueblo.

La mujer es la protagonista principal de su obra, marcada por un destino trágico. Representa el ansia de libertad en una sociedad patriarcal y machista.

Fundó la compañía teatral La Barraca en su anhelo de acercar el teatro al pueblo.

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