Realismo y Naturalismo en la Literatura Española
El Prerrealismo
La etapa denominada como Prerrealismo comienza en 1849 con la publicación de La gaviota de Fernán Caballero y se caracteriza por una abundante presencia de elementos costumbristas, un estilo claro y sencillo, así como diálogos realistas. Los relatos prerrealistas, llamados así por su similitud con el siguiente paso evolutivo cultural, suelen ser escritos con un propósito moral y presentan un mundo dividido entre buenos y malos, por lo que la objetividad es muy limitada, hecho que los aleja de la clasificación dentro del campo propiamente realista. Los escritores prerrealistas son: Cecilia Böhl de Faber, conocida como Fernán Caballero (con La Gaviota como obra principal) o Pedro A. de Alarcón con El sombrero de tres picos.
El Realismo
El Realismo propiamente dicho empieza, como anteriormente hemos citado, en 1868 con La fontana de oro de Benito Pérez Galdós. Los autores que se inscriben dentro de este movimiento, incluyendo al propio Galdós, describen la realidad de manera más objetiva que los prerrealistas, alejándose así del dualismo anterior y centrándose en descripciones más ricas y precisas, que, a nivel de personajes, se caracterizan por el minucioso análisis de gran profundidad psicológica que supone en muchos casos el hecho de “dejarlos” actuar con libertad, de modo que su comportamiento dependa de las circunstancias en que viven y su propia psicología. Los escritores realistas son: Juan Valera, con novelas como Pepita Jiménez (de gran profundidad psicológica), Doña Luz, Juanita la larga, etc.; José Mª Pereda (Peñas arriba y Sutileza) o Benito Pérez Galdós, político y escritor profesional que escribió 80 novelas, 24 obras de teatro y numerosos artículos, discursos, memorias y cuentos.
El Naturalismo
Esta última variante realista surge en 1880 con la influencia francesa del escritor Emile Zola. El Naturalismo no sólo refleja la novela con mayor realismo (llegando incluso a lo más desagradable), sino que intenta explicar los comportamientos humanos a través de la experimentación. Presentan como personajes a seres desagradables y sórdidos como borrachos, vagabundos, prostitutas… que no tienen libertad y son víctimas de sus circunstancias. Esta característica ayuda a fortalecer la aparición de un nuevo concepto literario, llamado Determinismo, que dictaba que el destino de los personajes a nivel literario o real estaba marcado de antemano, hecho que les privaba de la libertad de la que hasta ahora se suponía que ellos eran los únicos administradores. Es de suponer pues que, con la utilización de personajes de tal naturaleza y la aparición del determinismo, se les situara en ambientes tristes, sobrios o desagradables con tal de reflejar su suerte, y que se usara una técnica narrativa observativa a partir de la documentación propia del realismo llevada a la máxima expresión. El naturalismo en España se destapa con la publicación de una serie de artículos bajo el título La cuestión palpitante de Pardo Bazán, y viene marcado por el rechazo a la técnica determinista, ya que se creía en la libertad del individuo para poder cambiar su destino, a pesar de sus circunstancias fisiológicas, genéticas, etc. Algunas novelas naturalistas de interés son La desheredada de B. Pérez Galdós, Los pazos de Ulloa, La madre naturaleza de Emilia Pardo Bazán (situadas en la Galicia rural), La Regenta o Su único hijo de Leopoldo Alas Clarín y La barraca o Cañas y barro de Blasco Ibáñez.
Leopoldo Alas Clarín: Vida y Obra
Fue un liberal aferrado al libre examen y al espíritu crítico reformador. Las crisis religiosas marcaron su vida y se reflejaron en muchos de sus personajes; en esta lucha entre fe y razón terminó llevándole a una honda religiosidad, aunque no a un catolicismo ortodoxo, ya que lo que más repudió fue la intransigencia e intolerancia del dogma, de ahí su profundo anticlericalismo. Como crítico literario fue muy poco indulgente. Su labor está relacionada con su ansia de reforma y educación. Destacan en su producción de artículos dos modalidades:
- La crítica satírica, en la que predomina el humor, la ironía, la censura y el sarcasmo (Solos y Palique).
- La crítica expositiva, en la que realiza un examen elaborado y sugerente de una obra literaria (Ensayos y revistas).
En sus cuentos recrea las vidas de personajes humildes víctimas de la sociedad. Destacaremos Pipá y ¡Adiós cordera!. Como novelista se burla del Romanticismo en Su único hijo. En su obra cumbre, La Regenta, el autor pasa revista a toda la sociedad de su época a través de la historia central de Ana Ozores, que se inspira en Enma Bovary, cuyo perfil psicológico es extraordinario y rico en matices. La novela está cargada de crítica social y de un fuerte anticlericalismo: Vetusta nos muestra una sociedad en la que la revolución burguesa no se ha consolidado y se ha aliado con el antiguo régimen para esconder baja una máscara de modernidad los modos de vivir tradicionales. También hay que destacar el desarrollo del estilo indirecto libre.
Benito Pérez Galdós: Trayectoria Novelística
Fue un escritor muy prolífico que pudo vivir de su pluma: 32 novelas, 42 Episodios Nacionales, 24 obras dramáticas, prólogos, artículos y cuentos. Sus muchos viajes por España le pusieron en contacto con la vida y los problemas de las gentes: no le gustaba lo que veía y decidió buscar la raíz de los males que acuciaban al país. Captó como nadie los cambios de la vida colectiva y personal, centrándose en la vida de Madrid. Se fue desengañando poco a poco de la clase media: de un “radicalismo” burgués inicial llegó a una crítica amarga del “quiero y no puedo” de las clases medias. En su trayectoria novelística podemos destacar:
a. Los Episodios nacionales
46 relatos que reconstruyen la historia de España desde la batalla de Trafalgar hasta la Restauración borbónica, y con los que crea una nueva forma de novela histórica en la que ficción y realidad se funden para dar una imagen verosímil del país.
b. Novelas de la primera época
Entre las que mencionaremos La Fontana de Oro, El audaz o La sombra.
c. Novelas de la intolerancia religiosa
Centradas en la denuncia del clericalismo, como Doña Perfecta, Gloria y La familia de León Roch. De esta misma época es Marianela.
d. Novelas contemporáneas
En Misericordia da cabida al naturalismo europeo: el determinismo ambiental pesa a lo largo de todo el relato. Madrid aparece casi siempre como personaje colectivo. Esta tendencia continuará en Tormento, Miau o Tristana. La cumbre de este periodo es Fortunata y Jacinta.
e. Novelas de la última etapa
En la que predomina el espiritualismo y la pobreza como modo de vida, y en las que se aprecia la influencia de Tolstoi o Dostoievski: Misericordia y Nazarín.
La Novela Naturalista en España
Está representada por autores como Emilia Pardo Bazán, que ensayó el naturalismo pleno en Los pazos de Ulloa, y Blasco Ibáñez, de cuya producción destacaremos Cañas y barro y Entre naranjos.