Compendio de ejemplos y lecciones morales del Conde Lucanor

El Conde Lucanor, preocupado por diversas situaciones, pide consejo a su consejero Patronio. Este le responde siempre con un ejemplo, un cuento del que se extrae una enseñanza moral.

Ejemplo 1: El mago de Toledo

Un deán de Santiago deseaba aprender magia y acudió a Don Illán. Mientras aprendía, recibió una carta anunciando la muerte de su tío. Decidió no ir a verlo. Días después, llegaron dos escuderos, le besaron la mano y le informaron de que era el nuevo arzobispo. Finalmente, llegó a ser Papa. Cuando Don Illán le reclamó lo prometido, lo silenciaron. Don Illán regresó a casa a asar las perdices que había dejado para otro día. Moraleja: Patronio aconseja al conde que aquel a quien has ayudado y no te lo agradece, no merece la pena seguir con él.

Ejemplo 2: La zorra y el gallo

Un hombre tenía muchos gallos, y un día uno se escapó. Una zorra lo vio y lo persiguió, pero el gallo subió a un árbol. La zorra lo halagó sin éxito, luego lo amenazó y empezó a roer el árbol. El gallo se asustó e intentó volar a otro árbol, pero la zorra lo alcanzó y se lo comió. Moraleja: Patronio advierte al conde que nunca se deje asustar por sus enemigos, o tendrá un final como el del gallo.

Ejemplo 3: El cazador de perdices

El conde se queja de que hay gente que hace daño, pero se excusa diciendo que fue necesario. Patronio le cuenta la historia de un hombre que cazaba perdices, pero lo hacía con dolor, ya que cuando las cogía para matarlas, se le veía llorar. Moraleja: Patronio aconseja al conde que nunca se deje engañar ni dañar por alguien, por mucho que luego lo sienta.

Ejemplo 4: Milagro de Santo Domingo

Patronio cuenta que un hombre reunió mucho dinero por todos los medios, pero cuando cayó enfermo, no fue el santo quien lo ayudó. Tras su muerte, el santo estuvo en el funeral y citó unos versos de la Biblia que dicen que donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón. El hombre solo tenía un arca, ya que lo demás era robado; allí encontraron su corazón podrido. Moraleja: Patronio indica al conde que, aunque el dinero es bueno, hay que conseguirlo por medios honrados.

Ejemplo 5: Don Lorenzo Suárez

El conde tiene una enemistad con un hombre que puede acabar en guerra. Patronio le cuenta la historia de tres caballeros que se enfrentaron en Sevilla a los moros para demostrar quién era el mejor. Al ver la cantidad de enemigos, se escondieron. Primero fue uno, luego un segundo algo más escondido, y después un tercero que tardó más tiempo. Moraleja: Patronio aconseja al conde que sea como el tercer caballero, sin prisa y sin ponerse nervioso a la hora de enfrentarse a ese hombre.

Ejemplo 6: El hombre que convidó con otro

Un hombre rico se arruinó y no tenía para comer. Un amigo lo invitó a su casa y, al ver que estaba comiendo, lo convidó, y él aceptó sin replicar, ya que no tenía nada que comer. Moraleja: Patronio aconseja al conde escuchar el ofrecimiento de esa persona sin importar el pensamiento que tenga y así ser solidario con los demás.

Ejemplo 7: La respuesta de Fernán al conde

El conde le dice a Patronio que quiere olvidarse del reinado y vivir la vida sin preocupaciones. Un hombre llamado Fernán le dice que no haga eso, ya que no puede abandonar el poder y olvidarse de las guerras mientras tenga enemigos tan fuertes como los moros y los leoneses. El conde se aplicó el cuento y no dejó el reino, y le fue bien. Moraleja: No se debe abandonar el poder y las responsabilidades cuando se tienen enemigos fuertes.

Ejemplo 8: Don Pedro Meléndez

El conde y otro hombre se juegan una villa al que llegue primero. Al conde no le importa perder la villa, sino lo que dirían de él si la pierde. Patronio le cuenta la historia de un hombre acusado de muchos crímenes que, al dirigirse hacia el rey que quería matarlo, cayó y se rompió una pierna. El rey, al ver que pasó mucho tiempo sin cabalgar, se dio cuenta de que era inocente y mandó ejecutar a los que lo criticaban. Este hombre decía que todo lo que le pasaba eran cosas que Dios hacía por su bien. Moraleja: El conde Lucanor decidió que todo lo que hace es cosa de Dios para ayudarle y que así le vaya bien.

Ejemplo 9: Los cuervos y los búhos

Los cuervos y los búhos estaban en guerra, y los cuervos eran atacados por la noche. Un cuervo sabio se hizo desplumar y fue a buscar a los búhos para decirles que querían ventaja por lo que le habían hecho. Idearon una estrategia para matar a los cuervos, pero cuando al cuervo sabio le volvieron a crecer las plumas, se fue con los suyos y les contó la estrategia de los búhos. Los cuervos reaccionaron y mataron a tantos búhos que salieron victoriosos. Moraleja: Patronio advierte al conde que nunca se fíe de nadie, o puede que acabe como los búhos.

Ejemplo 10: El rey y el hombre que hacía oro

Un hombre le propuso al conde obtener mucho poder y riquezas, pero antes necesitaba un anticipo. Patronio le contó la historia de un pícaro que se aprovechó de un rey diciendo que sabía hacer oro. Lo engañó con un truco, y el rey se lo creyó. El pícaro le pidió mucho dinero para ir a buscar las cosas necesarias para el oro, se lo dio y el pícaro no volvió a aparecer nunca. Después, en su pueblo, se hizo una lista con los más tontos y los más valientes, y el rey salía en cabeza de la lista de los más tontos por ser engañado. Moraleja: Patronio aconseja al conde que no le dé dinero a ese hombre para evitar que le pase como al rey del cuento.

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