El Modernismo: Definición y Características
El Modernismo es el movimiento literario que nació en Hispanoamérica en el último cuarto del siglo XIX y se difundió en España gracias a Rubén Darío, a raíz de la publicación de Prosas profanas (1896). Surgió como fuerza subversiva y expresión de la resistencia al mercantilismo de la cultura burguesa. Los modernistas se alzaron contra el materialismo, el imperialismo (español y norteamericano, en el caso de Darío), la burguesía y lo utilitario.
El clima que vivieron, con la mezcla de arte, vida bohemia y sensibilidad, fue similar al del París de los simbolistas y parnasianos del último cuarto del siglo XIX, autores que influyeron mucho en ellos. Aunque el período de auge del Modernismo fue breve (sus logros se pueden considerar agotados hacia 1915), su importancia fue decisiva para la evolución de la poesía española, ya que supuso una renovación total de la misma. El Modernismo fue, sobre todo, un movimiento poético, aunque también se encuentran ejemplos en la novela y en el teatro.
Cabe señalar que entre el Modernismo y la Generación del 98 (corriente hispánica que se desarrolla también durante aquel período) no existe una separación tajante y absoluta. Durante los primeros años del siglo XX, al menos, se pueden encontrar características comunes a los escritores de ambos movimientos. Por eso, se puede hablar del Modernismo, en una acepción general, como la versión hispánica de la crisis artística y espiritual europeas de finales del siglo XIX, dentro de la cual podemos hallar orientaciones diversas:
- Una que se inclina hacia una literatura de evasión y elitista (el Modernismo en sentido estricto).
- Otra que se caracteriza por un temperamento más crítico y radical (la Generación del 98, movimiento más ideológico que artístico).
Muchos de los grandes poetas españoles del momento pasan por dos etapas: inicialmente son modernistas y luego, acentúan la presencia en sus obras del tema de España, los planteamientos religiosos y filosóficos y el espíritu crítico, en la línea del 98 (como Antonio Machado).
Características del Modernismo
- Influencias: el Parnasianismo y el Simbolismo franceses (Rimbaud, Verlaine, Baudelaire) y la obra de los decadentistas ingleses e italianos (Oscar Wilde y Gabriele d’Annunzio); la poesía romántica de autores como Víctor Hugo y, especialmente, Gustavo Adolfo Bécquer.
- Aire aristocrático: desdeña lo vulgar y lo cotidiano y se consagra a la exaltación de la Belleza. Esta exquisitez se muestra en la elección de temas, en el cuidado de la forma y en el despliegue de elementos sensoriales en que se va a convertir el poema.
- Estilo de vida bohemio: el escritor adopta un estilo de vida acorde con su concepción del arte: la bohemia. Su mundo es el de los cafés, las tertulias, la noche. Pero su altivez de artistas contrasta casi siempre con su miseria moral. Valle-Inclán inmortalizará para siempre este modo de vida en Luces de bohemia.
- Temas: dos líneas principales se distinguen entre las temáticas del Modernismo:
- Línea escapista: representa una evasión en el espacio y en el tiempo. Es la más representada del movimiento, la más imitada y, a la larga, la más satirizada. El poeta se evade de la realidad reflejando lugares exóticos (palacios, jardines, pagodas, castillos, princesas tristes, guerreros legendarios, ninfas, cisnes, sátiros y centauros, Japón o París) y épocas antiguas (la Edad Media, el Renacimiento, la Grecia clásica…). También el erotismo y las conductas inmorales se localizan en esta línea temática como demostración de su espíritu rebelde y antiburgués. En esta temática se incluye además el cosmopolitismo: el anhelo de perseguir lo aristocrático, París con sus barrios bohemios y sus cabarés.
- Línea íntima: permite translucir el malestar del poeta con el mundo que le rodea. El amor y el mundo son vistos con ojos melancólicos y llenos de tristeza. En los poemas, esta nostalgia y este desasosiego se enmarcan en paisajes otoñales o despoblados jardines crepusculares, de clara raíz romántica (próximo a Bécquer y Rosalía de Castro).
- Estilo: los poetas modernistas explotan todas las posibilidades que el lenguaje les ofrece para conseguir la ansiada Belleza. El poema no sólo expresa la sensorialidad del poeta, sino que es también causa de sensaciones. El color es un elemento fundamental; la musicalidad del verso es otro de sus instrumentos (ritmos muy marcados para grandes asuntos como el desfile de un cortejo, la hazaña de un guerrero o una tormenta en el trópico; melodías suaves acompañan a emociones delicadas tales como la tristeza de una princesa o el momento del atardecer) y el mismo léxico modernista es muy musical y escogido. Asimismo, son abundantes las aliteraciones, las sinestesias y las imágenes audaces.
- Métrica: los versos de mayor tradición, como el octosílabo y el endecasílabo, se emplean habitualmente, pero las preferencias modernistas se inclinan por el alejandrino, el dodecasílabo o el eneasílabo, poco usados hasta entonces. En cuanto a las estrofas, se busca la variedad, modificando las estructuras tradicionales o introduciendo estrofas innovadoras.