Expresividad Romántica y Premodernismo en la Poesía de Pérez Bonalde

Recursos Expresivos de la Lírica Romántica

  1. Uso de adjetivos o serie de adjetivos que sirven para dar mayor énfasis a la expresión.
  2. La lengua poética romántica no se caracteriza por el exceso de adornos o figuras, sino por el predominio de las imágenes, mucho más abundantes que las metáforas.
  3. Predomina la emoción y tiende más que todo a conmover, por esto las figuras literarias son la interrogación y la exclamación, «como si el auditorio estuviera presente».
  4. Uso de la hipérbole romántica para exaltar emocionalmente las cosas.
  5. Uso frecuente de las licencias métricas como una tendencia a la libertad de la expresión poética.

Características Premodernistas en la Lírica de Pérez Bonalde

El crítico Emilio Carilla, en su obra El romanticismo en la América hispana, señala que entre 1880 y 1890 hay un periodo de transición en que los poetas, aunque siguen siendo románticos, ya sienten la necesidad de una renovación inmediata, de un cambio de actitud poética. Es como si hubiera una coincidencia entre la última generación romántica y la primera generación modernista, por ello en estos poetas encontramos características románticas y premodernistas. En Venezuela, el poeta Juan Antonio Pérez Bonalde será la figura representativa de este momento poético. Como ya hemos señalado sus caracteres románticos, ahora precisaremos algunos rasgos de la poesía premodernista, especialmente en su Poema del Niágara, donde mejor se manifiesta.

Rasgos Premodernistas en la Poesía de Pérez Bonalde

  1. La evasión modernista: Los poetas modernistas constantemente evaden la realidad y se remontan a países y culturas lejanos, ya sea mediante imágenes comparativas o referencias concretas a los mismos. En Vuelta a la Patria podemos encontrar algunos ejemplos. Por ejemplo: cuando el poeta compara a Caracas con una odalisca rendida a los pies del sultán enamorado. En el Poema del Niágara están presentes alusiones a Virgilio, a Dante, al monte Sinaí y a Horeb.
  2. Presencia del elemento cromático: El modernismo introdujo en la poesía y en la prosa el uso abundante de los colores para conseguir el efecto plástico de la luminosidad y, a la vez, de deslumbramiento. En la primera parte de Vuelta a la Patria son frecuentes los colores para resaltar el paisaje marino y la montaña. Ejemplos serían las siguientes expresiones: cumbre azul, atmósfera azulada, onda de zafiro, cáliz áureo y blanco, blanca torre amarilla. En el Poema del Niágara los colores también contribuyen a la plasticidad del paisaje: ondas de plata, blancas naves, cárdenos reflejos, blanco vapor, campo azul, vorágine de plata.
  3. Ampliación de la realidad sensorial: Los modernistas no solo fueron atraídos por el mundo de los colores, también ampliaron los demás campos del mundo sensorial: visual, auditivo, olfativo, gustativo y táctil; y lo más importante fue que combinaron imágenes de distintos campos, dando origen a las imágenes sinestésicas. Tanto en Vuelta a la Patria como en el Poema del Niágara encontramos profusión de imágenes sensoriales que contribuyen a una mayor amplitud del mundo poético.
  4. Preocupación por el ritmo y la musicalidad: Uno de los grandes logros de la poesía modernista fue la gran musicalidad alcanzada tanto en el verso como en la prosa. Los poetas, mediante la distribución de los acentos y la repetición de frases y palabras, buscan producir efectos rítmicos y, a veces, onomatopéyicos. En el Poema del Niágara, cuando se describe el torrente, se persigue con el ritmo dar la sensación de tenerlo por delante, y lo logra de tal manera que el crítico Pedro Pablo Paredes nos afirma al respecto: “Los endecasílabos remedan en lentitud, en sonoridad, en potencia la marcha del agua; el heptasílabo, repentino, dando sensación de caída, corta la respiración; el otro endecasílabo luego, erizado de fonemas fricativos, nos da la imagen musical y térmica de la catarata”.
  5. Presencia del elemento simbolista: Los modernistas incluyen con frecuencia en sus poemas elementos de carácter simbólico. No debemos olvidar la importancia del pavo real, el cisne o la flor de lis en la poesía de Rubén Darío, como la personificación de la belleza y la perfección. En el Poema del Niágara observamos el elemento simbólico en la manera como el poeta transforma el fenómeno natural, o sea la cascada, en un símbolo. Al respecto nos dice el ya citado crítico Pedro Pablo Paredes: “Nuestro autor la corporiza, elaborando el tema a la manera símbolo más significativo de la lírica de sus días”.

Tales son, a grandes rasgos, los aspectos premodernistas que podemos señalar en los poemas comentados de J. A. Pérez Bonalde.

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