Acto I: La Desaparición
En una familia asturiana, la felicidad se desvanece con la desaparición de Angélica en el río hace cuatro años. Todos creen que se ahogó, excepto su esposo Martín, quien conoce la verdad pero guarda silencio. La familia vive recluida, los niños no van a la escuela para evitar el río. La madre, la más afectada, espera el regreso de su hija manteniendo intacta su habitación. Un día, llega una peregrina que al abuelo le resulta familiar.
Acto II: La Peregrina
El abuelo reconoce a la peregrina como la Muerte, a quien vio en un accidente minero años atrás. Le pide que deje en paz a su familia. La Muerte, con una perspectiva humana, explica que solo obedece órdenes. Iba por Martín, pero perdió su oportunidad. Anuncia su regreso en siete lunas llenas, el 24 de junio, noche de San Juan. Martín trae a Adela, una joven que intentó suicidarse en el mismo río. Adela se integra a la familia, inconscientemente asumiendo el rol de Angélica. La madre la viste y peina como su hija perdida.
Acto III: La Noche de San Juan
Siete lunas después, en la noche de San Juan, la Peregrina regresa confundida sobre su misión. Martín revela a Adela dos secretos: Angélica no murió, sino que huyó con un amante; y él está enamorado de Adela. Deciden bailar en la fiesta del pueblo antes de la partida de Martín. La Peregrina, tras escuchar la conversación, comprende su misión.
Acto IV: El Retorno
Angélica regresa durante la fiesta, sin ser vista. La Peregrina le revela que ha sido reemplazada por Adela y que su regreso causaría más dolor. Le propone unirse a ella en el río. El cuerpo de Angélica aparece en el remanso, en perfectas condiciones. La madre llora de alegría, finalmente pudiendo darle sepultura. El final es una mezcla de melancolía y alegría.