Generación del 98
Contexto histórico y características
La Generación del 98 toma su nombre de la pérdida de las últimas colonias españolas de ultramar en 1898. Azorín popularizó este nombre y manifestó en sus escritos una actitud crítica. Esta actitud, aunque no nueva, se relaciona con el malestar de la cultura europea de la época que daría origen al movimiento modernista.
La génesis de la generación tiene la influencia de estos impulsos:
- Un deseo de renovación estética, reflejado tanto en los ensayos como en la práctica creativa de los hombres de la generación.
- Una actitud crítica ante el presente que entronca con los ilustrados, Larra, y con los liberales regeneracionistas de finales del siglo XIX.
- Diversas influencias culturales: vitalismo, existencialismo y pesimismo.
Autores representativos: Unamuno, Baroja, Valle-Inclán, Azorín y algunas obras de Machado.
Características principales
- Una actitud ética que les lleva a la reflexión sobre la sociedad española y una preocupación por sus problemas sociales y culturales. Inicialmente, se deseaba europizar España. Posteriormente, se centraron en el conocimiento de lo español, la búsqueda de su esencia, en su paisaje y en el idioma castellano, su intrahistoria. De esta búsqueda surge el interés por la primitiva literatura castellana y por los mitos literarios. El tema del paisaje castellano y la identificación de Castilla con España se convierte en uno de los temas característicos del grupo.
- Preocupaciones existenciales: el ser, el anhelo de la inmortalidad, el tema de la voluntad, la abulia, el paso del tiempo… son temas constantes.
- En el aspecto estético tienden a la sencillez, persiguen una expresión personal y se alejan de la retórica ampulosa y vacía.
- Cultivan todos los géneros literarios, pero será el ensayo, utilizado como vehículo para su ideología, el que adquiera mayor importancia.
Desde esta perspectiva, y teniendo claras sus diferencias personales, se puede hablar de un grupo de autores que, en los primeros años del siglo XX, tienen dos preocupaciones básicas: la renovación profunda de la literatura, desde la estructura al lenguaje, y la crítica de una sociedad y un país que desean renovar.
Generación del 98: La novela
Características de la novela del 98
Aspectos estilísticos
- Alteraciones en el transcurrir lineal del tiempo; introducción de pasajes ensayísticos y líricos; obras más breves; rechazo de la retórica y la grandilocuencia; léxico impregnado de valoraciones subjetivas.
- Frente a la exhaustiva descripción de la realidad de los escritores realistas del siglo XIX, se prefiere la técnica impresionista: pinceladas breves, impresiones subjetivas, visión personal de las cosas. Ruptura con el realismo.
- La fecha clave es 1902, año en que se publican tres novelas con una concepción nueva: La voluntad de Azorín, Camino de perfección de Baroja y Amor y pedagogía de Unamuno.
Autores representativos
Miguel de Unamuno
Su obra está marcada por su trayectoria personal; su carácter crítico, independiente y obsesivo se refleja en sus obras, a las que impregna un contenido filosófico. Sus novelas son una proyección de sus inquietudes personales. Su nueva técnica narrativa, la nivola, fue su aportación más importante a la novela y se manifiesta en la renovación de la técnica narrativa: renuncia a cualquier planteamiento previo, se suprimen las descripciones y situaciones, el protagonista aparece siempre en lucha existencial y el diálogo adquiere una importancia fundamental en la novela.
Su obra narrativa más destacada es Niebla, que tiene como tema central la angustia de la existencia humana, derivada de su destino último, la muerte. El personaje central nos muestra la relación personaje-autor. San Manuel Bueno, mártir es un relato corto que toma como protagonista a un sacerdote que pierde la fe. Unamuno lo utiliza para verter sus preocupaciones más acuciantes. Estructuralmente, la novela se presenta como las memorias de un personaje. Unamuno cultivó todos los géneros literarios; su estilo es seco, antirretórico y libre de adornos. En su lengua literaria aparecen dialectalismos, arcaísmos, neologismos y términos coloquiales. Como recursos utiliza fundamentalmente la paradoja y la contradicción.
Pío Baroja
El tono agrio y pesimista es una constante de su obra. Un tema recurrente será la protesta contra la sociedad del momento. Muestra un escepticismo absoluto por los aspectos religiosos y éticos; sus personajes serán siempre tristes, descontentos, sin esperanza de futuro. Muchas de sus novelas son un cúmulo de sucesos y episodios en los que la aventura constituye el argumento central. Su obra se comprende en 98 volúmenes. Casi la mitad de sus novelas están agrupadas en diez trilogías, siendo las más importantes Tierra vasca: La casa de Aizgorri, El Mayorazgo de Labraz…