La Fundación de Sastre: Realidad, Apariencia y Lucha en un Contexto de Opresión

Resumen de La Fundación

En una residencia, seis individuos comparten habitación: Tomás, Asel, Tulio, Max, Lino y un hombre enfermo que permanece postrado en su cama sin comer ni beber. Los cinco primeros son becarios de una Fundación, supuestamente para ampliar estudios. El primer día, Tomás limpia la habitación, recibe la visita de Berta, su novia, y le habla al enfermo. Al regresar sus compañeros, charlan mientras esperan la comida (parte primera I). Por la tarde, observan un libro de pintura, pero les molesta un fuerte olor que, según Tomás, proviene del baño averiado. La tranquilidad se rompe cuando el enfermo pide insistentemente comida y bebida, clamando que se muere. El encargado y su ayudante retiran el cadáver tras preguntar a los compañeros cuánto tiempo lleva muerto. Ellos afirman que seis días y que lo han ocultado para quedarse con su ración de comida. Todos, excepto Tomás, se alegran del descubrimiento, esperando ser trasladados (parte primera II). Tres días después, Tomás nota la desaparición de objetos de la habitación (revistas, lámpara, pantalla). Uno de sus compañeros le explica, con tacto, que esos objetos nunca estuvieron allí, intentando que Tomás recuerde dónde está y por qué. Asel, al ver que no los trasladan tras tres días, sospecha. El encargado y su ayudante se llevan a Tulio, ordenándole recoger sus cosas. Ante la ingenuidad de Tomás, Lino le revela que lo van a matar al amanecer, al igual que a todos. Se acuestan y Tomás recibe la visita de Berta. Sus compañeros lo oyen hablar en voz alta y él jura que habla con su novia, escondida tras la cortina. Finalmente, asume que son imaginaciones. Con la ayuda de Asel, recuerda que están allí por haber sido capturado distribuyendo octavillas y, tras ser torturado, delató a los miembros de su organización clandestina (parte segunda I). Tomás también recuerda su intento de suicidio en prisión, evitado por Asel. A partir de ahí, comenzó a soñar despierto, creando una realidad ideal. Llaman a Max al locutorio y todos creen que está delatando el plan de fuga de Asel. Los guardianes se llevan a Asel, sin sus pertenencias. Asel, temiendo no resistir la tortura, se suicida. Lino, aprovechando el caos, arroja a Max por la barandilla. Solo quedan Tomás y Lino. Los encargados se los llevan, sin saber si al paredón o a las celdas de castigo, desde donde podrían ejecutar el plan de fuga de Asel (parte segunda II).

Temas Principales en La Fundación

La Apariencia Frente a la Realidad

Algunos símbolos en la obra, como los hologramas, demuestran la fragilidad de la frontera entre apariencia y realidad, cuestionando la fiabilidad de nuestros sentidos. La búsqueda de la verdad por parte de Tomás es central: aunque al inicio todo parece idealizado, ciertos elementos (el mal olor, el enfermo que no come) revelan la verdad que Tomás busca desde el principio.

Reflexión sobre la Condición Humana

La Fundación invita a la reflexión sobre la realidad social en dos sentidos: a) la realidad política bajo regímenes totalitarios, con su autoritarismo, tortura y represión; b) la tiranía de la sociedad de consumo, que enmascara lo negativo de la existencia (insolidaridad, injusticia, muerte). La Fundación representa las ataduras, conscientes o no, que nos impiden ser libres.

Denuncia de la Violencia

La obra condena la violencia gratuita (tortura, represión, pena de muerte), aunque reconoce la necesidad de luchar contra ciertas condiciones sociales para lograr un mundo mejor.

Culpabilidad: Víctimas y Verdugos

Los personajes son víctimas de un sistema opresivo, pero algunos también son culpables: Asel y Tomás por delatar bajo tortura, Lino por convertirse en verdugo al matar a Max. Se establecen grados de culpabilidad, siendo justificable la delación bajo tortura, pero no la de Max, que busca favores personales. La culpa se extiende a la sociedad que tolera la represión.

Tema Existencial

La cárcel como metáfora de la vida humana, donde la muerte es una amenaza constante.

Amistad, Solidaridad y Lealtad

Encarnados en la figura de Asel.

Alfonso Sastre: Teatro Social y Compromiso Político

Sastre se dio a conocer como teórico en artículos y revistas especializadas, defendiendo un teatro social de denuncia y protesta, un instrumento para agitar y transformar la realidad. En su obra, predomina el tema de la opresión y el aspecto social sobre el individual.

En 1950, firmó con José María de Quinto el Manifiesto del teatro de agitación social, iniciando polémicas en defensa de la modificación activa de la sociedad a través del teatro. Sufrió continuas prohibiciones. En 1953, estrenó con éxito Escuadra hacia la muerte, un drama sobre el destino de una escuadra castigada en una Tercera Guerra Mundial, prohibida tras su tercera representación. Un año después, publicó La mordaza, sobre la dictadura, la represión y la censura.

En 1960, redactó el Manifiesto del Grupo de Teatro Realista, abogando por un teatro de calidad. Su Teatro Penúltimo representa una nueva evolución, destacando La taberna fantástica. En 1974, fue encarcelado junto a su mujer. Recibió el Premio Nacional de Literatura. Escribió cuentos de terror, crítica literaria y política, y una autobiografía, Sonata en mi menor. Comprometido contra el franquismo, polemizó con Buero Vallejo sobre el modo de luchar con el teatro: Buero defendía el posibilismo (aprovechar resquicios de la censura), mientras que Sastre optaba por un teatro extremista, representado fuera de los circuitos comerciales debido a la censura.

El teatro de Sastre no solo atiende al contenido, sino también a cuestiones formales y estructurales, buscando la renovación que provoque la concienciación política y el resquebrajamiento del teatro burgués.

Personajes en La Fundación

En La Fundación, hay once personajes «visibles»: los cinco condenados, Berta, los cuatro carceleros y el preso muerto. Los protagonistas y Berta son los más relevantes:

  • Tomás (joven escritor): Detenido por repartir octavillas, sufre una enfermedad mental como refugio ante la culpa de haber delatado a sus compañeros bajo tortura. Cree vivir en una fundación becado. Es comprensivo y solidario, y al avanzar la obra, confiesa su delación y se suicida para no volver a delatar.
  • Tulio (fotógrafo): Inicialmente antipático y contrario a seguirle la corriente a Tomás, se revela como comprensivo y soñador, identificándose con él. Su «rehumanización» hace su muerte más cruel.
  • Max (tenedor de libros-matemático): Al principio, parece el más comprensivo, pero luego se descubre que es un «vulgar soplón», por lo que Lino lo mata.
  • Lino (tornero-ingeniero): Impulsivo y brusco, intenta decir la verdad a Tomás violentamente. Inicialmente pasivo, acaba matando a Max.
  • Berta: Se distinguen dos Bertas:
    • La Berta imaginaria de Tomás, que evidencia sus dudas subconscientes: aborrece la fundación, ve ratones enjaulados, cuestiona la inhospitabilidad del lugar y lleva un ratón muerto, simbolizando la recuperación de la cordura de Tomás. Comparte el número A-72 con Tomás.
    • La Berta real, vista en el locutorio, vestida con ropa vieja y llorando.

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