Poetas del 27: La Generación que Redefinió la Poesía Española

El Grupo Poético del 27

1. Introducción

En 1927, al conmemorarse el tercer centenario de la muerte de Góngora, un grupo de jóvenes poetas se reunió en Sevilla, dando origen al grupo poético más importante del siglo XX: la Generación del 27.

2. Líneas de la Poesía del 27

Estos poetas muestran una clara predilección por la estética vanguardista, sin embargo, no rechazan la literatura anterior. Combinan en sus obras la tradición y el vanguardismo.

  • Tradición: Líneas popular y culta. Heredan de la literatura tradicional española formas y motivos temáticos propios de la lírica popular y culta.
  • Renovación: Línea vanguardista. Con la adopción de formas vanguardistas, desaparecen las medidas, las pausas y los acentos fijos de los versos. El ritmo se logra mediante otros procedimientos como la repetición de ideas y estructuras paralelísticas. Se emplean formas métricas innovadoras. Las innovaciones vanguardistas también introducen nuevos temas relacionados con el mundo moderno: la máquina de escribir, el radiador, el automóvil…

3. Estilo

Es común el uso de numerosos recursos literarios, destacando la metáfora y la imagen visionaria. De esta manera, crean un complejo juego poético que busca coincidencias sensoriales: no se pretende establecer parecidos físicos, sino provocar sensaciones semejantes. Estos recursos dificultan la comprensión textual desde la lógica; la aproximación debe ser desde la intuición o el impacto sensorial. Crean, al igual que Góngora, una lengua de uso exclusivamente poético.

4. Temática

Los grandes ejes temáticos del Grupo poético del 27 son: amor, preocupaciones sociales, inquietudes íntimas y muerte-sentido trágico.

5. Los Poetas

Aunque no es un número cerrado, se destacan los más importantes:

  • Pedro Salinas (1892-1951): Su producción se divide en tres etapas: poesía pura (Presagios, 1923; Seguro azar, 1929); poesía amorosa (La voz a ti debida, 1933; Razón de amor, 1936) y la poesía del exilio (El contemplado, 1946; Todo más claro, 1949). Su métrica se basa en versos cortos y libres; el léxico es sencillo y coloquial, con frases cortas y simples.
  • Jorge Guillén (1893-1984): Intentó construir toda su poesía como una unidad orgánica a la que denominó Aire nuestro, compuesta por tres libros: Cántico, Clamor y Homenaje. Es el máximo representante de la poesía pura, con un lenguaje preciso y riguroso, y de métrica clásica.
  • Vicente Aleixandre (1898-1984): Para él, la poesía es comunicación. Destaca su poesía surrealista (Espadas como labios, 1932; La destrucción o el amor, 1935). Escribió poesía más solidaria (Historia del corazón, 1954); poesía de meditación (Poemas de la consumación, 1968; Diálogos del conocimiento, 1974).
  • Luis Cernuda (1902-1963): Agrupó toda su obra en La realidad y el deseo. Se distinguen tres etapas: poesía surrealista (Los placeres prohibidos, 1931; Donde habite el olvido, 1933); poesía del exilio (Las nubes, 1940); y una poesía más personalizada e intimista (Desolación de la quimera, 1962).
  • Gerardo Diego (1896-1987): Es uno de los que mejor compagina la tradición y la vanguardia. En su poesía popular y tradicional desarrolla multitud de temas en estrofas tradicionales (El romancero de la novia, 1918; Versos humanos, 1925); en su poesía vanguardista se acerca al Creacionismo (Imagen, 1922; Manual de espumas, 1924).
  • Federico García Lorca (1898-1936): Toda su obra gira en torno al destino trágico del ser humano, fruto de su frustración personal. Hasta 1928 su poesía es de marcado carácter popular y tradicional, pero con características muy personales (Poema del cante jondo, 1926; Romancero gitano, 1928); de 1928 hasta su muerte, adopta las técnicas surrealistas sin abandonar sus raíces (Poeta en Nueva York, compuesto en 1929-30).
  • Rafael Alberti (1902-1999): Toda su poesía es una nostalgia de lo perdido. Escribe poesía neopopular y neotradicional (Marinero en tierra, 1924); poesía culta, donde mezcla el culteranismo barroco con el surrealismo (Cal y canto, 1927); poesía vanguardista (Sobre los ángeles, 1928); poesía comprometida (El poeta en la calle, 1936); poesía del exilio, donde aparece todo lo anterior (Entre el clavel y la espada, 1941).
  • Dámaso Alonso (1898-1990): Es el autor que menos se sintió atraído por las vanguardias. Su poesía está llena de humanidad frente a la poesía deshumanizada de la época (Poemas puros. Poemillas de la ciudad, 1921). Tras la Guerra Civil publica Hijos de la ira (1944), donde expresa el anhelo y la angustia del ser humano.
  • Miguel Hernández (1910-1942): Es más bien un epígono. Sus temas predominantes muestran una lírica llena de sentimientos humanos: el amor, la vida… Su producción se inserta en un tríptico temático: vida, amor y muerte. (Perito en lunas, 1933), (El rayo que no cesa, 1936), (Viento del pueblo, 1937) y (El hombre acecha, 1938).

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