Novela Social Española de los 50: Realismo, Objetivismo y Obras Clave

La Novela Social en la España de los Años 50

En la década de los años 50 se produce el triunfo de la novela social, una corriente de base realista que denuncia las injusticias y las diferencias de clase en la sociedad española de la época, adquiriendo un carácter testimonial. El precursor de esta corriente es Camilo José Cela con La Colmena, obra que posteriormente se ramificaría en dos vertientes.

Objetivismo: Reflejo Imparcial de la Realidad

Por un lado, emerge una novela donde la denuncia social es explícita, limitándose a narrar hechos sin emitir juicios de valor. Esta vertiente, denominada objetivismo, tiene raíces en la literatura estadounidense de la «generación perdida». Se caracteriza por el uso del flashback, la narración desde diferentes puntos de vista, la estructura en secuencias, la ausencia de un protagonista individual y la descripción del microcosmos que envuelve a los personajes. Entre las obras emblemáticas de esta corriente destacan Los bravos de Jesús Fernández Santos y Las últimas horas de José Antonio Suárez Carreño.

Realismo Crítico: Conciencia y Denuncia Directa

Por otro lado, encontramos el realismo crítico, una corriente que denuncia sin tapujos con la voluntad de concienciar al lector. En estas obras, los personajes asumen el rol de manifestar la tesis del autor. Ejemplos representativos son La zanja de Alfonso Grosso y La mina de Jesús López Pacheco.

La novela social española también se ve influenciada por obras internacionales como Manhattan Transfer de John Dos Passos y encuentra paralelismos en La noria de Luis Romero. Además, se observa una tendencia existencialista de tipo católico con un hondo componente moral, como se aprecia en El otro árbol de Guernica de Luis de Castresana.

Características de la Novela Social Española

Temáticas

  • Voluntad testimonial: Reflejo de la vida cotidiana, especialmente las dificultades de las clases obreras y campesinas.
  • Consecuencias de la guerra: El recuerdo del conflicto bélico y sus secuelas.
  • Soledad e infructuosidad: La desolación y la falta de oportunidades.

Técnicas Narrativas

  • Objetivismo: Presentación de la realidad sin la intervención del autor.
  • Narración en tercera persona: Desaparición de la omnisciencia narrativa.
  • Estructura fragmentada: Relato articulado en secuencias aisladas, similar a la mirada de una cámara cinematográfica.

Personajes

  • Predominancia de obreros y campesinos, así como burgueses desocupados.
  • Protagonismo colectivo.
  • Descripciones basadas en acciones y diálogos, sin profundizar en la psicología.

Lenguaje

  • Reproducción del habla cotidiana.
  • Uso de coloquialismos, vulgarismos y expresiones populares.
  • Incorporación de argot relacionado con las ocupaciones de los personajes.

Tiempo y Espacio

  • Empleo del flashback y la narración discontinua.
  • Tiempo explícito y condensado, centrado en un momento específico de la comunidad.
  • Espacios realistas: campos, aldeas, carreteras, barrios urbanos.

Obras Representativas

La Colmena de Camilo José Cela

Esta obra marca el inicio de la novela social en España. Presenta una acción fragmentada en secuencias, centrada en los personajes más que en una trama lineal. Destaca la desmitificación del héroe, la angustia existencial y la búsqueda de objetividad. El tiempo narrativo abarca tres días y parte de otro, sin seguir un orden cronológico.

El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio

Considerada una de las obras cumbres del objetivismo, aunque con intervenciones puntuales del narrador. Combina prosaísmo y lirismo, con diálogos que prevalecen sobre la intriga y la descripción. La acción es mínima, centrada en las conversaciones banales de un grupo de jóvenes a orillas del río Jarama durante dieciséis horas. Técnicamente, destaca la simultaneidad de escenas y el uso del lenguaje coloquial.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *