Ideas y Cultura del Siglo XV
Gran trascendencia por la invención de la imprenta por el alemán Gutenberg. Todos los libros impresos durante el siglo XV recibieron el nombre de incunables. La imprenta y el papel supusieron el abaratamiento de los libros, lo que permitió el alcance de un público más amplio.
Situación en la Península
Los Reyes Católicos empiezan a finales del siglo XV a poner los pilares del Estado moderno. Se estableció el Tribunal de la Inquisición. Conquista de Granada en 1492. Colón llega a América. Antonio de Nebrija publica la primera gramática castellana.
Poesía Cortesana
Los creadores son los trovadores y el tema es el amor. La novedad era que la mujer se consideraba un ser superior al que el enamorado rinde culto y vasallaje. Este amor se llamará amor cortés. Su importancia es grande en la poesía italiana con autores como Petrarca, que dará lugar a una corriente literaria: el petrarquismo. La temática de la poesía cancioneril es mayormente amorosa. Los tres poetas más conocidos son: el Marqués de Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique.
Jorge Manrique
Las Coplas a la muerte de su padre lo hacen uno de los más grandes escritores de la literatura castellana. La desaparición de Rodrigo Manrique conduce al poeta a una meditación sobre la vida y la muerte. Las coplas se ocupan del tema de la muerte. Jorge Manrique recoge una serie de ideas: el menosprecio de la vida terrena, la convención del ubi sunt y la presencia igualadora de la muerte implacable. Métricamente, el poema está escrito en coplas de pie quebrado.
Prosa
Aparece en la mitad del siglo XIII por el rey Alfonso X el Sabio, por utilizar el castellano como lengua de cultura. Sus obras son muy variadas: obras históricas, jurídicas, científicas y de entretenimiento. Dentro de estos cuentos o exemplos medievales se incluye la obra de Don Juan Manuel, El conde Lucanor. La unidad de la obra viene dada por la constante intención didáctica.
La Prosa del Siglo XV
Durante este siglo, la prosa es muy notable: las narraciones sentimentales (análisis de las relaciones amorosas) y los libros de caballerías (libros de aventuras protagonizadas por caballeros cuya misión era restablecer el orden y salvar a los indefensos). Los personajes no tienen evolución ni desarrollo psicológico; el amor es el tema central; están divididos en buenos y malos; escenarios imaginados y a veces maravillosos.
Teatro y La Celestina
La obra más importante es La Celestina. Se publicó en 1499, anónima, como La Comedia de Calisto y Melibea, constaba de 16 actos. Al año siguiente se reedita acompañada de unos preliminares donde aparece el nombre del autor, Fernando de Rojas. En 1502 se imprime con un nuevo nombre, Tragicomedia de Calisto y Melibea, siendo este el texto definitivo conocido actualmente como La Celestina. Sobre La Celestina, algunos creen que es una novela dialogada y otros, una obra de teatro, aunque no está destinada a la representación pública sino a una lectura colectiva. En cuanto a la lengua y estilo, coinciden en la obra la lengua culta y erudita y la lengua popular. Hay dos tipos de personajes: los de elevada clase social y los de las clases sociales populares. Calisto es el galán. Melibea, de buena familia, no oculta su pasión y muere por ella. Celestina es el gran personaje de la tragicomedia, tiene un gran conocimiento de la vida y del corazón humano; se muestra cegada, lo que la conducirá a la muerte. El contenido se centra en temas como el amor, la muerte, la ambición, el egoísmo, la codicia y la lucha de clases. La intención es de dos tipos: unos dicen que tiene un fin moral, otros ven la visión pesimista que ofrece de esa realidad conflictiva.
Romancero Viejo
Conjunto de romances que se cantaban a finales de la Edad Media, algunos de los cuales se han conservado escritos. El corpus de romances constituye el Romancero Nuevo. El romancero nació como la invención de algún poeta que habría tenido inmediata y numerosa continuación. La recreación de los romances a través de su difusión oral hace que haya muy diversas variantes, como las repeticiones, enumeraciones, uso de fórmulas y epítetos épicos, llamadas al oyente y diálogos de sencillez sintáctica. Los romances viejos se suelen clasificar en: de tema épico castellano, fronterizos y moriscos, y novelescos y líricos.
Épica
Es la narración de las hazañas de un héroe antepasado del pueblo que las canta. Estos poemas recibían el nombre de cantares de gesta porque se recitaban o cantaban acompañados de una melodía y porque relataban gestas o hazañas de grandes héroes.
Cantar de Mio Cid
Se conserva en un manuscrito de la Biblioteca Nacional copiado en el siglo XIV. Sobre su autoría y fechación, algunos piensan que el texto es de dos o más juglares, mientras que otros apuntan a un solo autor culto, hombre de leyes o quizás un clérigo. En cuanto a la métrica, lengua y estilo, los versos están divididos en dos hemistiquios con fuerte cesura intermedia. En su lengua destaca la claridad, concreción y sobriedad expresivas. Su carácter oral lleva al uso de epítetos épicos que sirven para magnificar a los héroes. La estructura y contenido están divididos en tres partes o cantares: El Cantar del destierro, Cantar de bodas y Cantar de la afrenta de Corpes. Su estructura interna está marcada por el doble proceso de pérdida y recuperación del honor.
Mester de Clerecía
Son obras escritas por autores cultos, habitualmente clérigos. Estos textos no están hechos para el cante y su métrica está bien determinada. Sus temas son religiosos, aunque también hay de carácter histórico y novelesco, todos con intención didáctica. Gonzalo de Berceo es el más destacado del mester de clerecía durante el siglo XIII, siendo su obra más conocida Milagros de Nuestra Señora. Después, en el siglo XIV, Juan Ruiz con su Libro de buen amor mantuvo vivo el mester de clerecía.
Libro de buen amor
Se ha conservado en tres copias manuscritas y varios fragmentos. Ninguno de los manuscritos aparece titulado, por eso se le puso el nombre de Libro de buen amor, bien aceptado en general. En cuanto a la métrica, lengua y estilo, es un extenso poema de más de 1700 estrofas, lo que revela que Juan Ruiz tiene un gran dominio de la métrica. En su lengua y estilo abundan los recursos retóricos, así como los rasgos procedentes del lenguaje popular. La estructura y contenido están compuestos de materiales muy heterogéneos hilvanados por el hilo narrativo en primera persona. El libro expresa una fuerza vitalista, donde la sexualidad y el erotismo de los seres encarnan a los personajes.