Panorama de la Narrativa y el Teatro Español e Hispanoamericano: De la Dictadura a la Actualidad

La Narrativa Española: Del Franquismo a la Democracia

Desde los años 60, España experimenta un proceso de modernización y democratización que la lleva desde la dictadura franquista a la democracia, pasando por el periodo de la transición.

La novela se convierte en el producto editorial estrella, motivando un cambio en la forma de hacer narrativa. Se pasa de una novela experimental de los años 60 y 70, compleja, con uso del monólogo interior y la fragmentación del relato que trata temas de carácter social, a una novela más sencilla y lineal que suele abordar diversos temas agrupados por géneros como la novela negra o policiaca, la histórica o la de pensamiento.

Narrativa de los Años 60 y 70

En la narrativa de los años 60 y 70, que inicia Tiempo de Silencio de Luis Martín Santos, destacan autores como Juan Goytisolo (Señas de Identidad) o Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa).

Renovación y Género: Años 80 y 90

A partir de los años 80 se renueva el realismo en La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza y en los 90 se produce el desarrollo de la novela de género con autores destacados como Antonio Muñoz Molina (Plenilunio), Javier Marías (Corazón tan blanco), Juan José Millas (Lo que sé de los hombrecillos). Dos autoras extremeñas destacan con el cambio de siglo: Dulce Chacón (La voz dormida) y Pilar Galán (Grandes superficies).

La Narrativa Hispanoamericana: Un Legado de Realismo Mágico

Desde los años cuarenta del siglo pasado, la narrativa hispanoamericana ha influido constantemente en la literatura en lengua española. La naturaleza exuberante americana, la peculiar organización social y el gusto por el realismo mágico —que convierte en maravilloso lo cotidiano y normaliza lo fabuloso— han marcado la producción de muchos autores que han recibido varios premios Nobel.

Autores Clave de los Años 40

Así, desde los años 40, destacan Jorge Luis Borges, con sus relatos culturales y míticos de carácter breve, recogidos en colecciones de cuentos como El Aleph; Juan Rulfo y su Pedro Páramo, que marcará la literatura mexicana; o Alejo Carpentier con El reino de este mundo.

El Boom Latinoamericano

A partir de los años 60 se desarrolla el Boom editorial de la literatura hispanoamericana. Autores como Julio Cortázar (Rayuela), Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros) o Gabriel García Márquez (Cien años de soledad) marcarán a toda una generación de lectores.

Últimas Generaciones

Entre las últimas hornadas, cabe destacar nombres como Augusto Monterroso (La vaca y otros relatos), Isabel Allende (La casa de los espíritus) y escritores más recientes como Roberto Bolaño (2666) o Pedro Mairal (La uruguaya).

El Teatro Español: De la Censura a la Renovación

En los años 40 y 50, España vive las consecuencias de la Guerra Civil: hambre, represión y censura, lo que afecta al teatro, que se considera un entretenimiento o tiene carácter moralizador. Los grandes autores del 27 han muerto, como Lorca, o se han exiliado, como Casona.

El Teatro en los Años 40 y 50

En los años 40, aparte del teatro más afecto al régimen franquista, aparece un teatro humorístico con dos grandes autores: Miguel Mihura (Tres sombreros de copa) y Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro). Es un teatro de un humor que roza el absurdo y con una velada crítica a las costumbres sociales de la España de esos años.

En los años 50, el carácter crítico del teatro se hace más abierto. Por un lado, con la figura de Antonio Buero Vallejo, en cuyas obras se manifiesta a través de símbolos un malestar existencial al que los críticos llaman posibilismo (es la crítica posible para evitar la censura). Entre sus obras destacan Historia de una escalera o El tragaluz. Mucho más político es el teatro realista de Alfonso Sastre, autor de Escuadra hacia la muerte, en cuyas obras se critica el militarismo o la precariedad de los obreros.

La Transición y la Democracia: Diversificación y Nuevas Corrientes

El fin del franquismo y la llegada de la transición suponen una renovación para la escena teatral. Se nota la influencia de corrientes dramáticas renovadoras que se han desarrollado en Europa, como el teatro del absurdo (Ionescu) o el teatro pobre (Grotowsky). La oferta teatral se diversifica:

Teatro Social y Experimental (Años 60 y 70)

En los años 60 y 70 proseguirá el teatro social o realista con las obras de Alfonso Sastre (La mordaza) o Buero Vallejo (La doble historia del doctor Valmy). Sin embargo, en estos mismos años se comienza a desarrollar un teatro mucho más experimental e impactante, como el de Francisco Nieva y su obra Pelo de Tormenta. Del absurdo será la obra de Fernando Arrabal, que incluye piezas como El triciclo.

El Teatro desde la Democracia

Desde la llegada de la democracia, el teatro —en permanente crisis comercial— ha visto confluir el éxito en las salas de obras de texto como Las bicicletas son para el verano de Fernando Fernán Gómez o Anillos para una dama de Antonio Gala, con un teatro independiente y colectivo, centrado en la puesta en escena, que tiene como grupos más representativos a las compañías catalanas Els Joglars, Els Comediants o La Fura dels Baus. Entre los nombres más actuales destacan Juan Mayorga y Angélica Liddell.

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