El Modernismo y la Generación del 98
El simbolismo y el parnasianismo llegaron a España en 1888 de la mano de Rubén Darío. Las innovaciones que Rubén Darío trajo fueron una revolución similar a la que supusieron Boscán y Garcilaso en el siglo XVI con la introducción de la poesía italianista del Renacimiento. El modernismo nace como expresión de la «crisis finisecular» e inaugura la poesía moderna. El modernismo en España tendrá una ramificación literaria nacional, la llamada «Generación del 98″. Comenzarán en el modernismo poetas como los hermanos Machado, Francisco Villaespesa, Eduardo Marquina, Juan Ramón Jiménez, y en prosa poética, con las Sonatas, Valle-Inclán.
Vanguardias y poesía pura
Tras el fin de la Primera Guerra Mundial comienzan a vislumbrarse nuevos caminos poéticos que pretenden despojar al arte de su raíz sentimental y confesional: se trata de un proceso que quedó definido como la «deshumanización del arte» y que llevaron a cabo los escritores e intelectuales del Novecentismo.
Vanguardias
Surgen diferentes tertulias vanguardistas al calor de los ecos europeos, franceses e italianos sobre todo.
Poesía pura
De Paul Valéry es la máxima de la «poesía pura», correlato del concepto «arte por el arte». En España hay un maestro de esta poesía, Juan Ramón Jiménez.
Generación del 27
Inicia su andadura poética bajo el influjo de las Vanguardias y la poesía pura, pero también influyen Bécquer y la tradición literaria del Siglo de Oro, especialmente Góngora. Su maestro inicial será Juan Ramón Jiménez.
Hay 3 etapas:
- Hasta 1927: Etapa de deshumanización del arte. Esta primera etapa se caracteriza por la influencia de las vanguardias y la poesía pura.
- Desde 1927 hasta 1936: Rehumanización. Las convulsiones histórico-sociales que azotarán al mundo a partir de la crisis de 1929 llevarán a una rehumanización del arte que, en el terreno de la Vanguardia, tendrá su base en el Surrealismo. Con la entrada de la década de los treinta, comenzará lo que Neruda llamará en su revista «Caballo verde para la poesía» la «poesía impura». Y pronto, con la amenaza y la llegada de la Guerra Civil, muchos de los poetas del 27 convierten su «poesía impura» en «poesía comprometida», un compromiso que llevará a muchos al exilio.
- La guerra y el exilio: Marcan el fin de la Generación como tal. El grupo se dispersa: Lorca murió asesinado; Salinas, Guillén, Cernuda y Alberti tuvieron que exiliarse; Alonso, Aleixandre y Diego permanecieron en España.
Miguel Hernández y la Generación del 36
Hernández pertenece a la Generación del 36; sin embargo, su evolución poética reproduce en gran medida las etapas de la poesía del 27. Su primer poemario, Perito en lunas, es una colección de octavas reales que fusionan gongorismo, simbolismo y ultraísmo.
- En 1933, Almarcha ayudará a Hernández a publicar su primer poemario, Perito en lunas. Es por entonces que conoce a Federico García Lorca.
- Con El rayo que no cesa se adentra en el camino de la poesía impura.
- Hernández se adentra en la poesía comprometida con Viento del pueblo y El hombre acecha. Ya en la cárcel, encontramos al Miguel Hernández más original y maduro: poesía popular y poesía íntima, humanísima y depurada será la del Cancionero y romancero de ausencias.
Biografía de Miguel Hernández
En Orihuela nació Miguel Hernández el 30 de octubre de 1910. Estudió en la Escuela del Ave María, donde estudió gramática, aritmética, geografía y religión, descollando por su extraordinario talento. A los 15 años, tiene que abandonar el colegio para volver a conducir cabras por las cercanías de Orihuela. A veces se pone a escribir sencillos versos a la sombra de un árbol realizando sus primeros experimentos poéticos. Ramón Sijé, le orienta en sus lecturas, le guía hacia los clásicos y la poesía religiosa, le corrige y le alienta a proseguir su actividad creadora. Poco a poco irá leyendo a los grandes autores del Siglo de Oro. En el horno de Efrén Fenoll pasa largas horas en agradable tertulia discutiendo de poesía, recitando versos y recibiendo preciosas sugerencias del culto Ramón Sijé. Su nombre comienza a sonar en revistas y diarios levantinos.
Primer viaje a Madrid
En 1931 se lanza a la conquista de Madrid con un puñado de poemas. Acusan su presencia en la capital y piden un empleo o apoyo oficial para el «cabrero-poeta», las semanas pasan y tiene que volverse fracasado a Orihuela. Los gustos de la capital le inspiran a hacer Perito en lunas. Tras este esfuerzo el poeta ya está forjado y ha logrado hacer de la lengua un instrumento maleable. En Orihuela continúa sus intensas lecturas y sigue escribiendo poesía.
Segundo viaje
Un día, al salir de su trabajo, una notaría, conoce a Josefina Manresa y se enamora de ella. En la obra Quien te ha visto y quien te ve y sombra de lo que eras le abrirá las puertas a Madrid a su segunda llegada en la primavera de 1934.
Guerra Civil
El estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 le obliga a tomar una decisión. Hernández la toma con entereza y entusiasmo por la República. Como voluntario se incorpora al 5º regimiento, se le envía a hacer fortificaciones en Cubas. Emilio Prados logra que se traslade a la 1ª Compañía del cuartel general de caballería como comisario de cultura del batallón de El Campesino. En plena guerra logra escapar brevemente a Orihuela para casarse el 9 de marzo de 1937 con Josefina Manresa. Tiene una vida de continuos viajes y actividad literaria. Todo esto y la tensión de la guerra le ocasionan una anemia cerebral aguda que le obliga por prescripción médica a retirarse a Cox para reponerse.
En la cárcel
Hernández intenta cruzar la frontera portuguesa, pero es detenido y devuelto a las autoridades españolas. A mediados de septiembre de 1939 es puesto en libertad. Se dirige a Orihuela, donde es encarcelado de nuevo en el seminario de San Miguel, convertido en prisión. El 28 de marzo de 1942 expira en la prisión a los 31 años.
Obra poética de Miguel Hernández
El estilo de su obra y su relación con los representantes de la Generación del 27 hacen que se le considere el miembro más joven de esta última. Los poetas del 27 se caracterizan por haber conseguido un equilibrio entre las vanguardias y la tradición y entre lo culto y lo popular. Todo ello caracteriza también en mayor o menor medida la obra de Hernández. Su primer volumen de versos, Perito en lunas, está formado por 42 octavas reales en las que los objetos cotidianos y humildes son descritos con un hermetismo formal en el que trasluce claramente el magisterio gongorino. El rayo que no cesa fue considerada su obra maestra y de madurez. La vida, la muerte y el amor son los ejes de un libro compuesto mayoritariamente por sonetos y deslumbrante en su conjunto. Durante la Guerra Civil cultivó la llamada poesía de guerra.