La Generación del 27: Poesía española de vanguardia y tradición
1. Aplicación del concepto de Generación
Pese a las precauciones que hay que tener, podemos considerarlos como un grupo compacto con variedades. El grupo lo forman Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Luis Cernuda y Rafael Alberti. Algunos críticos incluyen también a los malagueños Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Estos diez son los que se citan con mayor frecuencia, si bien ello deja fuera de lugar a muchos otros (Hinojosa, Garfias, Chabás…) que, por distintas razones, han quedado relegados a un segundo término.
- Todos nacen en un período menor a 15 años: desde 1891 (Salinas) a 1905 (Altolaguirre).
- Formación intelectual semejante: la mayoría son universitarios, algunos llegan a ser profesores. Casi todos pasaron por la Residencia de Estudiantes.
- El acontecimiento generacional que les une fue la celebración del tricentenario de la muerte de Góngora. Se oponen a los que no reconocían el talento de Góngora. Celebran un homenaje en el ateneo sevillano, invitados por Ignacio Sánchez Mejías. Colaboran en las mismas revistas (Revista de Occidente, Litoral). De 1920 a 1936 sus vidas están muy unidas.
- No hubo caudillo.
- No se alzan contra nada, son muy respetuosos con la tradición literaria española; de hecho, este dato impide que cuaje el nombre de «Generación vanguardista», ya que son tan vanguardistas como tradicionales.
- No existe un único estilo; eso sí, en todos se ve el deseo de renovar el lenguaje poético y a veces coinciden en su trayectoria, aunque cada uno mantiene un estilo muy personal. Para todos la poesía es algo muy serio, que hay que trabajar bien, buscando siempre la perfección formal y conceptual. Por eso Góngora es el modelo común. Además se rastrea una serie de contactos entre ellos:
- – Interés por el empleo más adecuado de la forma y de la lengua.
- – Desdén por el sentimentalismo y la retórica.
- – Rechazo de cualquier léxico particular como válido en sí.
- – Igualdad en el concepto de poesía como misterio.
Dámaso Alonso destaca otros puntos de conexión: «coetaneidad, compañerismo, reacción similar ante excitantes externos». En todo caso, sería partidario de reformar la idea de Petersen antes que renunciar al nombre de Generación del 27.
En cuanto a las características de la generación, habla de dos fases:
Hasta 1927:
Triple influencia:
- Del ultraísmo: ligar elementos distantes; ennoblecimiento del humor.
- Del cubismo: asimilan la técnica, el odio a la anécdota y a lo sentimental.
- De Paul Valéry: asepsia, deshumanización.
A partir de 1927:
«Aumento de la temperatura humana», progresiva «humanización».
2. Afinidades estéticas
En los autores del 27 es muy significativa la tendencia al equilibrio, a la síntesis entre polos opuestos, incluso dentro de un mismo autor:
- Entre lo intelectual y lo sentimental. La emoción tiende a ser refrenada por el intelecto. Prefieren inteligencia, sentimiento y sensibilidad a intelectualismo. Se observa muy bien en Salinas.
- Entre una concepción romántica del arte y una concepción clásica. Lorca decía que si era poeta «por la gracia de Dios (o del demonio)» no lo era menos «por la gracia de la técnica y del esfuerzo».
- Entre el arte para minorías y mayorías. Alternan el hermetismo y la claridad, lo culto y lo popular. Se advierte un paso del «yo» al «nosotros».
- Entre lo universal y lo español, entre los influjos de la poesía europea del momento (surrealismo) y de la mejor poesía española de siempre. Sienten gran atracción por la poesía popular española: cancioneros, romanceros…
3. Etapas en la evolución
La clasificación más aceptada es la de Lázaro:
3.1. Hasta 1927
Influjo de Bécquer y del Modernismo. Pronto aparecen las primeras Vanguardias. A la vez y, por influjo de Juan Ramón, se orientan hacia la «poesía pura». Esta poesía es bastante hermética y fría. También lo «humano» les influye, sobre todo a través de la lírica popular. La sed de perfección formal los lleva al clasicismo.
3.2. De 1927 a la Guerra Civil
Comienza a notarse cierto cansancio del puro formalismo. Se inicia un proceso de rehumanización (más notorio en algunos autores, pero presente en todos). Se dan las primeras obras surrealistas (radicalmente opuesto a la poesía pura). Pasan a primer término nuevos temas, más humanos: el amor, el deseo de plenitud, las frustraciones, las inquietudes sociales o existenciales… Nace la revista Caballo verde para la poesía, de Pablo Neruda (1935), donde aparece el «Manifiesto por una poesía sin pureza».
3.3. Después de la guerra
Lorca muere en 1936. El grupo se dispersa:
a) En el exilio:
Guillén escribe Clamor, obra en la que se aleja de la poesía pura. Aparece el tema de la patria perdida.
b) En España:
Quedan sólo D. Alonso y V. Aleixandre, que hacen poesía angustiada, existencial (Hijos de la ira, 1944).