El Teatro de Valle-Inclán
Modernismo y Comedias Bárbaras
El género teatral, querido por Valle-Inclán, tuvo en él un propósito renovador. Considerado hoy como una de las aportaciones más importantes a la escena del siglo XX, su primer teatro se inscribe en la corriente modernista, en su faceta más decadente, que da como resultado obras como Cuento de Abril o Voces de Gesta.
En 1907 escribe la primera obra de la trilogía Comedias Bárbaras, formada por Cara de Plata, Águila de Blasón y Romance de Lobos. Las historias giran en torno a Manuel de Montenegro, hidalgo gallego con comportamiento de señor feudal. La obra muestra un mundo lleno de violencia y pasiones, donde los hijos se enfrentan a los padres, saquean sus casas dominados por los vicios, y se comportan como seres primitivos.
Las Comedias Bárbaras representan un mundo opuesto al de las Sonatas. El personaje principal resulta de una fuerza trágica y el lenguaje está lleno de elementos poéticos. Los episodios truculentos suceden con un ritmo vertiginoso, ayudado por los cambios de escenario y la abundancia de personajes.
El Esperpento
La culminación del ciclo anterior será Divinas Palabras, que presenta un mundo rural con pasiones elementales y seres diabólicos, irracionales y lujuriosos. En la obra, el marido perdona a su esposa adúltera y, frente a los habitantes, pronuncia: «Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra».
En Luces de Bohemia aparece la teoría del esperpento, es decir, la deformación sistemática de los personajes y los valores, ofreciendo una denuncia de la sociedad. El esperpento nos revela el verdadero rostro de la vida española, y alguna formulación del mismo aparece en boca de, por ejemplo, Max Estrella.
El esperpento presenta algunos rasgos formales como:
- Uso del contraste (grotesco y doloroso, trágico y cómico)
- Riqueza del lenguaje (muy personal y cuidadosamente elaborado)
- Acotaciones teatrales
- Numerosos personajes y cambios de espacio y tiempo entre escenas
Luces de Bohemia es una serie de escenas más o menos independientes sobre los últimos tiempos de un bohemio y desgraciado poeta modernista, Max, acompañado de su lazarillo. A través de estas escenas, se nos ofrece una imagen deformada y caricaturesca de la vida española de comienzos de siglo, siempre con elementos de desolación. La obra está llena de expresiones «chulapas» y castizas que Valle-Inclán tomó de la calle. El lenguaje posee gran importancia.
Dentro de la formulación teórica del esperpento, Valle-Inclán escribió la trilogía Martes de Carnaval, formada por Los Cuernos de Don Friolera, Las Galas del Difunto y La Hija del Capitán, con una visión caricaturesca de temas como el honor español, la heroicidad y el falso patriotismo. También reunió cinco piezas bajo el nombre de Retablo de la Avaricia, la Lujuria y la Muerte.
El Teatro de Federico García Lorca
Poesía y Tragedia
El teatro de Lorca es fundamentalmente poético, no solo por el abundante uso del verso, sino también por sus argumentos y su lenguaje. Sus temas ya están presentes en sus libros de poemas: el enfrentamiento del individuo con sus armas (amor, deseo, libertad…) y la autoridad, es decir, con las convenciones sociales y colectivas.
Su primera obra resultó fallida, El Maleficio de la Mariposa (1919), pero en ella ya están presentes los temas posteriores: el amor, la muerte, el deseo… Entre las farsas del guiñol destacan La Tragicomedia de Don Cristóbal y Retablillo de Don Cristóbal. Las marionetas no ocultan el fondo triste del argumento: el matrimonio de interés. En esa línea aparecerán La Zapatera Prodigiosa (1929) y Amor de Don Perlimplín con Belisa en su Jardín (1930), representadas ya por actores, que tratan el tema de la mujer joven casada con un hombre mayor.
También Lorca toca el drama lírico en Mariana Pineda (1923), sobre una heroína ajusticiada por bordar la bandera republicana en la época absolutista de Fernando VII. La ingenuidad que preside la obra se rompe con la irrupción de la muerte y la destrucción de la belleza.
Surrealismo y Trilogía Rural
El Paseo de Buster Keaton (1928) y Así que pasen cinco años (1931) están inmersas en la corriente surrealista, que aparece en la obra lorquiana a raíz de su viaje a Nueva York. El Público, obra de una gran complejidad técnica, despliega la historia de un amor homosexual, viendo cómo el público mismo es el que coarta su realización.
En 1935 publica Doña Rosita la Soltera, drama sobre una solterona cursi y conmovedora que aguarda a su novio, que nunca vendrá.
Sus obras más célebres están incluidas en la Trilogía Rural, compuesta por Bodas de Sangre (1932), Yerma (1934) y La Casa de Bernarda Alba (1936). Las tres presentan rasgos comunes: la mujer como protagonista, su ambientación en el campo andaluz, los problemas de índole sexual y el final trágico. La primera, basada en un hecho real, cuenta la historia de un amor imposible que rompe estructuras sociales y familiares y, por ello, está condenado a no realizarse. Yerma trata el tema de la mujer estéril que se ve obligada a matar a su marido para perder definitivamente la esperanza. En La Casa de Bernarda Alba, Lorca combina sus grandes obsesiones y el lenguaje se hace poético hasta límites insuperables.