El Teatro Español desde 1940 hasta Nuestros Días
Las duras condiciones de la posguerra afectaron a la creación literaria y, aún más, al teatro, precisamente por su necesidad de ser representado en público. El teatro vivió durante la posguerra una intensa crisis general: los autores escaseaban y padecían una férrea censura; por otra parte, el público y los empresarios no estaban dispuestos a la innovación, lo que hizo que el teatro quedara reducido a un mero espectáculo para la diversión. Además, en esta época aparece el cine como competidor. Durante la posguerra, diferentes tendencias dan fe de la evolución política e intelectual del país: teatro del exilio, conservador, de humor, social, experimental. Con la llegada de la democracia, se estrena de todo.
Teatro del Exilio
Los autores en el exilio no verán representadas sus obras hasta finales de los 60 en adelante. Destacaron Rafael Alberti y Max Aub.
Teatro Conservador
Hasta los años 50 predomina un teatro conservador, triunfante en la inmediata posguerra, que propone una clara continuidad con los temas dramáticos anteriores a la Guerra Civil. Conciben el espectáculo teatral a la manera de Jacinto Benavente. Sobresale José María Pemán.
Teatro de Humor
Además de la comedia benaventina, el panorama dramático de la posguerra muestra una clara tendencia al teatro de humor. Los representantes más destacados son Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura.
Jardiel Poncela busca el humor en el planteamiento de situaciones inverosímiles y absurdas. La evolución literaria de Miguel Mihura está marcada por la imposibilidad de representar. Del resto de su producción destacamos Maribel y la extraña familia.
Teatro Social
En los años 50 surge el teatro social, comprometido con los problemas del ser humano. Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre son los autores más sobresalientes.
De Buero Vallejo destaca su teatro de inmersión, en el que el espectador observa la historia desde el punto de vista de un personaje: La Fundación.
Por su parte, para Alfonso Sastre, el escritor debe actuar como si no existiera un teatro imposible de estrenar; hay que actuar como si hubiera libertad. Temáticamente, investiga la condición del ser humano y su relación con la sociedad, y elabora un teatro de protesta que invita a reflexionar sobre la necesidad de un cambio social: Escuadra hacia la muerte.
Teatro a partir de los años 60
A partir de los 60 continúa esta línea más tradicional del teatro con nuevos autores como Antonio Gala, José Sanchís Sinisterra o Fernando Fernán Gómez. En una vertiente mucho más rompedora, experimental desde el punto de vista formal, nos hallamos con autores como Fernando Arrabal, creador del teatro «pánico»: Pic-Nic.
También asistimos al florecimiento de diversos grupos teatrales que representan, hoy por hoy, lo más innovador de la escena española: Els Joglars, Els Comediants, Fura dels Baus.
Teatro en la Democracia
En la democracia confluyen todas las tendencias: un teatro alternativo que solo se representa en salas pequeñas; en 1983 se funda la Compañía Nacional de Teatro Clásico; se adaptan novelas, se recupera a los exiliados; los realistas siguen teniendo éxito…
Teatro en Nuestros Días
En nuestros días no hay novedades significativas, salvo que el texto se revaloriza y se produce un boom del género del musical (Mamma Mia). Hay dos líneas diferenciadas: la neorrealista, que ambienta sus obras tanto en el presente como en el pasado histórico (Paloma Pedrero), y la neovanguardista, que busca el montaje espectáculo, por ejemplo, La Cuadra de Salvador Távora, que saca un caballo al ruedo en Carmen.
La Narrativa Española desde los años 70 hasta Nuestros Días
A principios de los 70, con Gonzalo Torrente Ballester y Eduardo Mendoza, se inicia la recuperación de los pilares de la narración y el de contar historias como base de la novela.
Las novelas de esta época vuelven al relato tradicional, en el que predomina una visión distante de los problemas colectivos en beneficio de temas más personales o íntimos como la soledad, las relaciones personales, el amor, el erotismo, la infancia. Los autores más destacados de esta etapa pertenecen a distintas generaciones. Narradores de la posguerra renovados (Camilo José Cela, Miguel Delibes) conviven con autores de los 60 (Carmen Martín Gaite) y de los 70 (Juan Benet).
La Narrativa en los años 80 y 90
En los años 80 y 90 surge un gran número de novelistas nuevos. Al igual que en el resto del mundo, no existe ahora una tendencia dominante. Comparten el panorama literario novelas muy diferentes en temas y estilo. Destacan:
Novela Histórica
Podemos señalar a José Luis Sampedro y a Arturo Pérez-Reverte (La tabla de Flandes).
Novela Metaliteraria
El propio hecho narrativo ocupa un papel central en la trama. Luis Landero (Juegos de la edad tardía).
Novela Intimista
Vuelve a lo privado con el análisis sociológico de los personajes femeninos como los de Rosa Montero: Te trataré como a una reina; se puede recrear la infancia o juventud; o los sentimientos republicanos de Manuel Rivas en El lápiz del carpintero.
Novela Lírica
También llamada poemática por su parecido con el poema en prosa. Destaca La lluvia amarilla de Julio Llamazares (monólogo del último sobreviviente de un pueblo abandonado de León).