Narrativa realista del siglo XIX
Introducción
El realismo fue una corriente literaria y artística que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XIX. Después de un periodo de transición que se caracteriza por la permanencia de algunos rasgos románticos, hacia 1870 se publicaron las obras con las que se inició el nuevo movimiento. Sin embargo, la plenitud de la novela realista no se produjo hasta la década de 1880. En la última década del siglo XIX pueden observarse algunas modificaciones en las novelas, como la evolución hacia el realismo espiritualista.
Marco histórico
En 1868, la revolución conocida como «La Gloriosa» provocó la caída de Isabel II y el exilio de la familia real. Se inició así un sexenio de gobiernos progresistas que, si bien consagraron derechos democráticos, impulsaron reformas laborales y fiscales que crearon descontento entre la población.
Durante la Restauración, los cambios de gobierno se realizaron por medio de las Cortes y se estableció el bipartidismo de liberales y conservadores. El gobierno centralista y oligárquico se apoyaba en el medio provinciano y rural, dominado por caciques.
En estos años se constituyeron las organizaciones obreras en sus vertientes socialistas y anarquistas.
El Realismo
Características generales
El realismo fue una corriente artística que se propuso representar la realidad lo más fielmente posible, con el máximo grado de verosimilitud. El realismo surgió en Francia en la primera mitad del siglo XIX. Se inició con escritores como Balzac y Stendhal, y se desarrolló con Flaubert.
En España surgió hacia 1870, tras «La Gloriosa», y tuvo su apogeo en la década de 1880, época del acceso al poder de la burguesía. Algunos autores influyentes fueron Dickens y Tolstoi.
El Naturalismo
El naturalismo nació impulsado por Émile Zola, quien en La novela experimental propuso aplicar el método científico a la literatura: se trataba de describir y analizar al ser humano. En España, los escritores rechazaron el determinismo biológico y reivindicaron el libre albedrío y el humor, una menor intervención del narrador y mayor presencia de las palabras y los pensamientos de los personajes, y la influencia del medio. Algunos novelistas destacados fueron Balzac (Papá Goriot), Flaubert (Madame Bovary) y Zola (Nana y Germinal).
Características de la novela realista
Los escritores se valieron de la observación y la documentación para reflejar la realidad. Las descripciones de lugares, seres y objetos resultan explicativas y funcionales. En el lenguaje son frecuentes los usos característicos de las variedades geográficas, sociales y de situación para reflejar el mundo narrado. El lenguaje se constituyó en recurso fundamental para lograr la caracterización de ambientes.
Temas, trama y personajes
El conflicto entre individuo y sociedad es un tema presente y se relaciona con la oposición entre la sociedad y la naturaleza. En la novela realista se produce la conjunción entre la historia y la vida privada. Los acontecimientos históricos se aluden en el relato y las conversaciones de los personajes, o sitúan hechos familiares; por ejemplo, en Fortunata y Jacinta.
Los lugares urbanos y rurales adquieren gran importancia: el Madrid de Galdós, la tierruca cántabra de Pereda, la Vetusta de Clarín. La materia narrativa se organiza a menudo por medio de contrastes: se oponen situaciones, los personajes representan a un grupo social, pero muestran también personalidades individuales.
Autores destacados del Realismo español
José María de Pereda
Es uno de los más importantes exponentes del realismo español. Pereda cultivó el realismo regionalista: la región representa el origen, el mundo patriarcal, lo castizo y lo puro frente a la ciudad, ámbito burgués. El costumbrismo incluye descripciones de paisajes de Santander y tipos locales. Destacan obras como Escenas montañesas y Tipos y paisajes. El realismo de 1868, un cambio ideológico, lo llevó a exaltar los valores tradicionales. Destacan Don Gonzalo González de la Gonzalera y El sabor de la tierruca.
Juan Valera
La novela se identifica como la poesía y su fin es la creación de belleza y el deleite del lector. El tema más frecuente en sus obras es el amor y, relacionado con él, el asunto del viejo y la niña. Sus novelas más apreciadas son Pepita Jiménez y Juanita la Larga.
Benito Pérez Galdós
La extensa producción literaria de Galdós evolucionó, enriqueciéndose con diversos aportes. Como novelista, destaca por la creación de personajes y su capacidad para integrar la historia del país en la vida de esos seres. La labor narrativa del autor comienza con la publicación de La Fontana de Oro.
Episodios Nacionales
Son narraciones breves sobre los acontecimientos históricos más importantes en la España del siglo XIX. En relación con esos grandes hechos, se narran episodios de la vida cotidiana de personajes ficticios cuyas vidas conforman la trama.
Novelas de la primera época
Además de La Fontana de Oro, pertenecen a este grupo La Sombra. A partir de Doña Perfecta, Galdós escribe novelas de tesis que exponen conflictos ideológicos de temas religiosos y anticlericales. Los personajes y las tramas están sometidas a las ideas del autor y sirven para ejemplificarlas: carecen de autonomía y complejidad psicológica. Los medios empleados por el autor para presentar su tesis son principalmente la conducta y las opiniones de los personajes.
Los temas de esta novela son la intolerancia y la hipocresía (Doña Perfecta).