El Buscón
Libro 1º
El padre y la madre de Pablos: (inmensa la falta de cariño y la ironía con las que Pablos recuerda a sus padres)
El dómine Cabra: (en la escuela, Pablos va pasando por las humillaciones a las que lo someten sus compañeros. Se hace amigo de Diego, hijo de un caballero, y va con él, como criado, a casa del dómine Cabra. El pasaje en que Quevedo describe a este personaje es uno de los más conocidos de toda la novela).
La carta de su tío, el verdugo: (Diego se marcha a Alcalá para acabar los estudios de Gramática. Allí, Pablos recibe una carta de su tío, verdugo de Segovia, en la que le dice que su padre ha sido ajusticiado y que su madre no tardará en correr la misma suerte. La carta es otro pasaje señalado de la novela y otro magnífico ejemplo del humor y de la ironía de Quevedo).
Libro 2º
Su aprendizaje por los caminos: verdad y apariencia: (los tres primeros capítulos de la segunda parte narran el viaje desde Alcalá a Segovia; el cuarto su estancia en esta ciudad; y los dos últimos, su viaje a Madrid. En su caminar, Pablos se va encontrando con diversos personajes: un clérigo poeta, un soldado fanfarrón, un ermitaño jugador y comilón…).
En Segovia está con su tío y cobra la herencia de sus padres muertos. Luego, se junta con arriero para ir a Madrid. En el viaje se encuentra con un hidalgo, que le da consejos.
Libro 3º
El fracaso de Pablos como caballero: (al salir de la cárcel, Pablos quiere ser alguien importante, y se hace pasar por “Don Ramiro de Guzmán” con “más de dos mil ducados” de renta.
Descubierto el embuste, lo muelen a palos delante de su amada. Ante otra dama, se hace pasar por el caballero Felipe Tristán. También lo descubren y le dan otra paliza.
El éxito de Pablos como mendigo: (una vez recuperado, se viste y ejerce de pobre. Y ahora sí, en este oficio, tiene éxito).
Hasta que se les ocurre -a él y a otro compañero- “la más alta industria que cupo en mendigo”:
- Ya con algún dinero, Pablos se dirige a Toledo. Ejerce de actor de teatro, e incluso de autor de comedias y de poeta; llega a tener éxito. Pero se hace galán de monjas y se marcha a Sevilla, donde entra en una banda de pícaros. En una pelea con policías matan a dos y tienen que esconderse en una iglesia, donde conoce a la Grajal, una chica de mal vivir con quien pretende irse a las Indias (América).
Teatro Nacional del Siglo XVII
Creación y características
El siglo XVII es el gran siglo de la escena. Con Lope de Vega el teatro adquiere unas señas de identidad propias, que determinarán la comedia barroca. Lope recoge estas características del nuevo teatro en su obra titulada Arte Nuevo de hacer comedias. Vamos a ver algunas de esas características formales, estructurales, temáticas y de personajes.
Características del Teatro Nacional
Desde el punto de vista formal y estructural:
- Se rompe con las tres unidades de lugar, tiempo y acción del teatro grecolatino y renacentista.
- La obra, escrita en verso, se divide en tres actos (introducción de la trama, desarrollo y desenlace).
- Se recurre a la polimetría, utilizando metros y estrofas diversos.
- Se adaptan el lenguaje y los versos a las situaciones de los personajes.
Desde el punto de vista de los temas y asuntos:
- Se mezclan en una misma obra lo cómico y lo trágico.
- Se tratan temas de carácter popular y nacional (historias y leyendas españolas).
- Hay abundancia de temas referidos al amor y al honor, la honra,…
- Se escenifica también el tema religioso, sobre todo en los autos sacramentales, género teatral genuinamente español.
En cuanto a los personajes que aparecen en él:
El rey, el caballero, el viejo, el galán, la dama y el villano. También el gracioso, generalmente un criado materialista y charlatán.
Valor educativo y social
Buena parte del teatro del siglo XVII es un espectáculo popular, un arte de masas. El pueblo, a través de la asistencia al teatro, aprendía modelos de comportamiento. En medio de un juego didáctico ve, por ejemplo, cómo se defiende la monarquía, cómo cada cual tiene su lugar y condición en una sociedad poco permeable y muy estructurada,…
Autores
Junto a Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina, nuestros tres principales dramaturgos del siglo XVII, otros autores engrandecen también el teatro barroco: Guillén de Castro, Vélez de Guevara, Mira de Amescua, Ruiz de Alarcón, Zorrilla,…
Los Corrales de Comedias
En este lugar se representaban las obras teatrales del siglo XVII. Eran explotados por diferentes cofradías que los arrendaban para obtener un dinero que empleaban para atender hospitales u otras obras sociales.
La forma era la siguiente: el público se situaba en los balcones y ventanas de las casas. Las del último piso se llamaban desvanes, y las inferiores, aposentos. Debajo de estos, había asientos en semicírculo, las gradas, y delante de ellas el patio, descubierto, con algunos bancos. El lugar llamado cazuela estaba destinado a las mujeres, que asistían al teatro separadas de los hombres. Había también espectadores de pie, llamados mosqueteros por la bulla que metían. La escenografía era sencilla y las representaciones eran por la tarde. Al principio, solo había representaciones los domingos y festivos; luego también los martes y los jueves y se representaban durante todo el año, excepto en tiempo de Cuaresma.