La Poesía Modernista

La poesía modernista entra en decadencia en la segunda mitad del siglo XIX, con el auge del Realismo. Este movimiento pretende reflejar, de manera objetiva, los problemas de la sociedad. A finales del siglo XIX surge una nueva corriente poética, de carácter antirrealista, que persigue una belleza sensual, aristocrática y refinada: el Modernismo. Este se define como «la expresión de la crisis de final de siglo». El Modernismo, en cierta forma, es un Romanticismo exquisito y elitista. La poesía modernista recibe influencias de otras corrientes coetáneas, como el Simbolismo y el Parnasianismo. El inicio simbólico del Modernismo se marca tradicionalmente con la publicación de Azul, el primer libro del poeta Rubén Darío, máximo exponente de este movimiento.

Temática

El Modernismo es un movimiento sincrético que toma temas de otras corrientes y los expresa de forma más delicada y estetizante. En general, en todos los temas subyace un desprecio del mundo burgués y realista, y la búsqueda de una belleza sensorial y colorista:

• Amor y sensualidad: Se sublima a la amada. Introducen referencias eróticas que evocan la sensualidad y el goce físico del amor.
• Evasión: El rechazo de la realidad provoca la evasión idealizada hacia mundos exóticos (China) o tiempos pasados (Renacimiento) en busca del ideal de belleza.
• Cosmopolitismo: El poeta se siente ciudadano del mundo y considera París como capital del refinamiento. Huyen del provincianismo y buscan lo aristocrático.
• Angustia existencial: La amargura, la nostalgia… aparecen tratados con un tono melancólico. La poesía y la belleza se presentan como el único consuelo para la tristeza del poeta.

Métrica y Estilo

Desde el punto de vista de la métrica, los modernistas acudieron a versos y estrofas ya utilizados en la tradición clásica, pero introduciendo innovaciones:

• Estrofas y versos: Los modernistas emplean sonetos, silvas y romances, pero con versos atípicos en la literatura castellana. Por influencia francesa se usan eneasílabos y dodecasílabos. Empleo de alejandrinos.
• Ritmo: Se imprime a los versos un efecto musical y sonoro que se consigue por los acentos del verso. Los modernistas usan pies rítmicos o métricos en los que se combinan sílabas átonas y tónicas. El poeta persigue la musicalidad, la sonoridad y el ritmo del verso con la repetición de pies métricos.
• Rima: Mantienen rimas alternantes (asonantes y consonantes), se usan también los versos monorrimos y la rima interna.

En relación al estilo, buscan, por encima de todo, la belleza del lenguaje. Profunda renovación del vocabulario poético, que se nutre de palabras sonoras que potencian las cualidades musicales y sensoriales del verso. Estas innovaciones son las siguientes:

• Léxico: Riqueza y belleza de los vocablos empleados. La voluntad de evasión influye en el vocabulario (pavos reales, bufón…). El gusto refinado lleva a usar palabras cultas (argentina, clave…).
• Adjetivación: El poeta emplea abundante adjetivación: pálida, vaga, fragantes, etc. Aparece el color en todas sus gamas: oscuro, dorado…
• Recursos: Se usan frecuentemente las sinestesias, es decir, atribuir a un sentido sensaciones que corresponden a otro. También se utilizan hipérbatos, aliteraciones, metáforas…

Antonio Machado

Es considerado uno de los grandes poetas de la literatura española. Sus inicios son modernistas, pero pronto reniega de esta influencia e inicia un estilo personal caracterizado por la sencillez formal, la profundidad filosófica y la preocupación por España. Se inspira en la poesía de Bécquer y Rosalía de Castro.

Rasgos de su poesía:

• Temática: Gira en torno a dos preocupaciones: España y el sentido de la vida. La decadencia española es uno de los grandes temas de Machado. El poeta expresa su inquietud por el atraso del país, y también su amor, a través de la descripción del paisaje castellano. Los temas existenciales son recurrentes en Machado, así como las emociones, los deseos y los recuerdos de la infancia. Temas que destacan: el tiempo, la muerte, el amor…
• Estilo: Está marcado por la voluntad antirretórica. Rehuye la grandilocuencia y persigue la sencillez formal, con un lenguaje claro y preciso. Recurre a la métrica tradicional: versos octosílabos y endecasílabos, asonancia. Otro rasgo de su estilo es el uso de símbolos (la fuente, el camino…) para expresar la transcendencia a través de la realidad cotidiana.

Sus obras más destacadas son:

• Soledades (1903), Soledades, Galerías y Otros Poemas (1907). Nos habla de amor, sueños, muerte…
• Campos de Castilla (1912/1917) muestra su preocupación por el atraso y la decadencia española; y se sume en la tristeza tras la muerte de su esposa Leonor.
• Nuevas Canciones (1924), continúa la nostalgia y el recuerdo de su esposa, y rememora el paisaje andaluz de su infancia.

Machado se considera la máxima figura de la lírica de la Generación del 98.