1. Vanguardia
El término vanguardia, asociado inicialmente con Karl Marx y Friedrich Engels, se refería a una minoría esclarecida que lideraría la revolución. Posteriormente, el concepto se desarrolló entre los movimientos artísticos que buscaban romper con las convenciones estéticas establecidas. Desde entonces, la política y las artes han compartido, unidas o separadas, el uso de la palabra vanguardia. Tanto España como los países americanos se harían eco —y reelaborarían— las vanguardias surgidas principalmente en Francia, Alemania e Italia.
El 20 de febrero de 1909, Filippo Marinetti publica su Manifiesto futurista. En la década siguiente, con el impacto de la Primera Guerra Mundial, surgen el expresionismo en Alemania, el dadaísmo y el cubismo. Pablo Picasso y Guillaume Apollinaire (1880-1918), autor de Alcoholes, Caligramas y Las tetas de Tiresias, definen los principios estéticos del cubismo en pintura y literatura. En esta última obra, Apollinaire utiliza por primera vez (1918) el término surrealista, movimiento que tendría su primer manifiesto en 1924. A pesar de su diversidad, las vanguardias comparten algunas características:
Características comunes de las vanguardias
- Antirrealismo y autonomía del arte: Los vanguardistas rechazan el vínculo entre la obra artística y la realidad. El arte debe perseguir un fin estético. Es el ideal de la poesía pura, que busca crear mundos puramente poéticos al margen de los sentimientos.
- Irracionalismo: La poesía vanguardista busca relaciones entre seres y objetos que no se producen racionalmente.
- Afán de originalidad: Se busca la belleza en lo original y diferente. Las obras son minoritarias, para un público selecto de “entendidos”. En poesía, esto condujo al hermetismo, accesible solo para una élite.
- Experimentación estética: Se lleva al extremo. Se concibe el poema como un objeto visual (caligramas). Se eliminan los signos de puntuación y las convenciones métricas, prefiriendo el verso libre.
2. Los movimientos de vanguardia
Los movimientos de vanguardia (también llamados “ismos”) se sucedieron rápidamente en Europa, con desigual importancia en la evolución de las artes y las letras. Los más importantes fueron:
Expresionismo
Surgido a principios del siglo XX en Alemania, se caracteriza por la representación subjetiva, distorsionada y deformada de la realidad, como reacción a la objetividad del impresionismo. Se busca expresar la naturaleza y el ser humano dando primacía a los sentimientos sobre la descripción objetiva. El expresionismo es extrapolable a cualquier época y lugar. Se ha calificado de expresionista la obra de autores como Matthias Grünewald, Pieter Brueghel el Viejo, El Greco o Francisco de Goya. Algunos historiadores distinguen entre “expresionismo” (genérico) y “Expresionismo” (movimiento alemán).
Futurismo
Inspirado por Marinetti, defendió el antirromanticismo y alabó la civilización mecánica y técnica. Es famosa su frase: “Un coche de carreras es más bello que la Victoria de Samotracia”.
Cubismo
Surgió en la pintura (Picasso, Juan Gris), proponiendo la descomposición de la realidad en formas geométricas. En literatura, destacan los caligramas de Apollinaire.
Dadaísmo
Movimiento cultural y artístico creado en 1916 en el Cabaret Voltaire de Zúrich por Hugo Ball, para contrariar las artes. Tristan Tzara se convirtió en su emblema. Se opuso a la razón del positivismo y se rebeló contra las convenciones literarias y artísticas, burlándose del artista burgués. Abarcó diversas manifestaciones, desde la poesía a la escultura, pasando por la pintura y la música.
Surrealismo
Desarrollado en Europa tras la Primera Guerra Mundial, influenciado por el dadaísmo. La RAE lo define como “movimiento artístico y literario que intenta sobrepasar lo real impulsando lo irracional y onírico mediante la expresión automática del pensamiento o del subconsciente”. Surgido en Francia con André Breton y Paul Éluard, buscaba descubrir la realidad a partir del sueño y la escritura automática, explorando emociones irracionales, fruto del inconsciente. Se relaciona con las teorías de Sigmund Freud.
3. Las Vanguardias en España
España tuvo su propia representación de las vanguardias, con matices diferentes a las europeas. Algunos movimientos, como el futurismo, tuvieron poca presencia, mientras que otros, como el creacionismo, fueron muy importantes (Gerardo Diego, Guillermo de Torre).
Creacionismo
Movimiento estético latinoamericano de la vanguardia del primer tercio del siglo XX, principalmente en la poesía lírica. Iniciado alrededor de 1916 por Vicente Huidobro y Pierre Reverdy, se vinculó con las corrientes experimentales europeas. Huidobro lo introdujo en España en 1918. Tuvo éxito entre poetas de la Generación del 27, como Juan Larrea y Gerardo Diego, quien reflejó su ideario en Fábula de Equis y Zeda.
Ultraísmo
“Ismo” español creado por Guillermo de Torre. Su principal característica es el radicalismo poético; intenta ir “más allá” (ultra), contra la poesía tradicional, rompiendo sus normas.
Ramón Gómez de la Serna
Escritor peculiar, difícil de encasillar. Su estilo, denominado “Ramonismo”, se resiste a las clasificaciones. Publicó desde joven, dedicándose exclusivamente a la literatura. A través de artículos, libros, conferencias, tertulias y radio, expuso su ideario, a menudo incomprendido por sus formas. Cultivó todos los géneros, excepto la lírica, con gran fecundidad:
Teatro
Publicó sus obras, no representables por su extrañeza, en la revista Prometeo. En 1929 estrenó Los medios seres, con personajes que buscan completarse.
Biografías
Escribió biografías de personajes importantes, como Azorín (sobre la Generación del 98) y Don Ramón del Valle-Inclán.
Ramonismo
Conjunto de obras inclasificables, llenas de elementos variados. Destaca El Rastro (1914), con asociaciones inverosímiles entre cosas y seres humanos.
Novelas
Extrañas, con relatos de acción escasa, personajes “títeres” y elementos ajenos a la acción. Sin estructura coherente. Destacan: Seis novelas falsas, Novelas superhistóricas y Piso bajo.
Greguerías
Su invento más perdurable. Frases breves con identificaciones metafóricas sorprendentes y humorísticas. Definición de Ramón: “Humorismo + metáfora = greguería”. A menudo, se eliminan los nexos lógicos.
Ramón Gómez de la Serna influyó enormemente en la literatura de su época, difundiendo las vanguardias y el gusto por la metáfora (Generación del 27). Se adelantó a nuevas formas literarias.
Ramón del Valle-Inclán
Inició con un teatro poético y preciosista, cercano al modernismo (Voces de gesta, 1912). La marquesa Rosalinda (1912) muestra un tono irónico. Su teatro más original se divide en:
A. Teatro Mítico
Abandona el espacio escénico tradicional por escenas cortas y variadas, similar a la narración cinematográfica. Personajes sin código moral, movidos por instintos primarios. Mundo atemporal y transhistórico.
- “Comedias bárbaras”: (Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata). Don Juan Manuel de Montenegro, último héroe trágico en un mundo aristocrático decadente.
- Divinas palabras (1920): Pasión y muerte de un enano hidrocéfalo en un mundo de bajas pasiones. Ambas obras ambientadas en una Galicia mítica, símbolo de la grandeza y decadencia de España.
B. Teatro Esperpéntico
Luces de bohemia (1920), su mejor obra y primer “esperpento”. Más que un género, es una estética, una visión crítica de la España de la época. Se opone al teatro burgués, fusionando la visión trágica con la grotesca. Expresa lo trágico y lo cómico unidos.
- Trilogía “Martes de Carnaval”: Los cuernos de Don Friolera (1921), Las galas del difunto (1926) y La hija del capitán (1927).
- Cercanas al esperpento: Farsas (Farsa y licencia de la reina castiza, 1920; Farsa italiana de la enamorada del rey, La cabeza del dragón), con un tono de guiñol y fantasía.
- Tono esperpéntico: Obras cortas de Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte.