Novela Española de Posguerra a Siglo XXI: Evolución y Tendencias

Novela Española de Posguerra a Siglo XXI

Periodo de Posguerra (1939-1974)

Novela Falangista (1939-1974)

Se habla de novela falangista, escrita por jóvenes acordes con el régimen vencedor que quieren dejar constancia de la victoria como una gesta heroica. Son novelas propagandísticas como «La fiel infanteria» de Rafael García Serrano y «Javier Mariño» de Torrente Ballester.

Novela Existencialista (1939-1954)

Se limita a expresar la conciencia del personaje o su peripecia en lucha con el destino utilizando técnicas narrativas tradicionales. Su argumento se centra en la guerra civil o en los años duros de la posguerra que los personajes soportan. Destacan obras como «La familia de Pascual Duarte» de Camilo José Cela o «La sombra del ciprés es alargada» de Miguel Delibes.

Novela del Realismo Social (1954-1962)

Los novelistas de la generación del 50, que han vivido su niñez en la guerra civil, presentan sus testimonios de forma objetiva sobre los recuerdos de la guerra y los conflictos de la sociedad española. Estos autores exigen un cambio en la sociedad. Mejoran la novela existencialista en la innovación técnica y en la actitud ideológica. Utilizan un narrador oculto que se limita a representar los hechos y deja actuar a los personajes con diálogos constantes. La estructura del texto es en secuencias como en el cine. Ejemplos: «Los Bravos» de Jesús Fernández Santos, «El Jarama» de Rafael Sánchez Ferlosio.

Renovación Narrativa y Experimentalista (1962-1975)

Comienza con la publicación de «Tiempo de Silencio» de Luis Martín Santos. Esta renovación se debe a la utilización de nuevas estructuras y técnicas narrativas en las que mantienen su compromiso social y la denuncia de personas e instituciones, pero sustituyen las sencillas técnicas por otras más complejas.

Martín Santos, atento a las tendencias de fuera de España, construye su novela mediante una estructura que destaca el monólogo interior del personaje, las acciones paralelas, las distintas perspectivas, el desorden temporal, la conversión del narrador en intérprete de la acción, la implicación del autor en la obra y la riqueza verbal extraída de distintos registros lingüísticos. Las innovaciones son asimiladas rápidamente por muchos autores y aparecen obras como «Señas de identidad» de Juan Goytisolo y «Cinco horas con Mario» de Miguel Delibes.

La Novela Española del 75 al 2000

El fin de la dictadura y la desaparición de la censura marcan el comienzo del cambio con la publicación de «La verdad sobre el caso Savolta» de Eduardo Mendoza. Esta obra contribuyó a la recuperación del lenguaje narrativo e impuso nuevas tendencias. Todos los narradores se unieron a este cambio, protagonizado por la generación del 68, un grupo de escritores con la misma educación. Desde el 75 hasta el 2000, la literatura vive un periodo feliz: aparecen nuevos autores y se publican más obras que antes. Los novelistas recuperan características tradicionales y escriben historias transparentes con la realidad. Las causas de esta recuperación son: la simplificación de las estructuras narrativas, la recuperación del argumento, la trama y los personajes, la utilización de la tercera y primera persona, la presencia de diálogos y el abandono de las ideologías políticas. Los escritores se proponen contar historias a través de la imaginación, la fantasía o el humor.

Tendencias Neorrealistas

Los autores de estos años se inclinan por el neorrealismo o por nuevas tendencias realistas de muy variados matices:

  • Neorrealistas: últimas obras de Delibes, Torrente Ballester, Marsé, Fernández Santos y Martín Gaite.
  • Neorrealismo psicológico: novelas intimistas, protagonizadas por una persona de mediana edad, angustiada, que vive en la urbe y cuyos problemas (amor, soledad, identidad, comunicación) se abordan en el relato. En ocasiones no distingue la realidad de la fantasía con la intención de implicar al lector.
  • Neorrealismo social: propone una revisión crítica y dialéctica de los cambios históricos y los desajustes sociales de su tiempo. Se construyen relatos realistas sobre problemas sociales como la defensa de la condición femenina o la vida de los jóvenes. Su máximo representante es Rafael Chirbes. Ejemplos: «Te trataré como una reina» de Rosa Montero, «Historias del Kronen» de José Ángel Mañas.
  • Neorrealismo fantástico, mítico y esperpéntico: se compaginan el realismo con lo mítico y el expresionismo de los personajes y los espacios. José María Merino es el escritor más representativo, sobre todo con sus cuentos; sus novelas se localizan en espacios realistas y contextos cotidianos.

Otras Tendencias

Relacionadas con el neorrealismo aparecen dos tipos de novelas:

  • Novela histórica: género de mucho éxito desde los 80, sitúa las acciones en épocas anteriores de forma realista («El capitán Alatriste» de Arturo Pérez-Reverte). Estas acciones a veces sirven para reflexiones sobre problemas humanos y otras son de forma crítica, incluso con ironía y desmitificación.
  • Novela de intriga: adaptación del producto americano. Manuel Vázquez Montalbán fue uno de los más importantes, creando al personaje Pepe Carvalho, protagonista de muchas de sus obras. Son novelas influidas por el cine y la novela de intriga americana, que cuentan historias sobre el final de la dictadura y el principio de la Transición. Pertenece a esta serie «Los mares del sur».

Aparecen también novelas que no pertenecen a esta categoría, pero que incorporan recursos del relato policiaco: relatos que optan por unir la intriga y la parodia policiaca, como «El misterio de la cripta embrujada» de Eduardo Mendoza.

También podemos hablar de la ficción metanovelesca o «novela del novelar», cuyo tema es la creación literaria y el protagonista suele ser un escritor, como en «Gramática parda» de Juan García Hortelano.

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