**4º.- EL LENGUAJE POÉTICO DE MIGUEL HERNÁNDEZ: SÍMBOLOS Y FIGURAS RETÓRICAS MÁS DESTACADAS**
En toda su obra, la metáfora es el eje de la poesía. Algunas sacadas de sus lecturas clásicas, pero otras inspiradas en los elementos cotidianos que le rodean, sirven de soporte expresivo a sus primeros libros. Después llegará a la imagen puramente personal, como piensa Cano Ballesta (La poesía de Miguel Hernández, Madrid, Gredos, 1983), vuelta al primitivismo y a la elementalidad, pero con una fuerza arrolladora y enérgica.
En los escritos finales, la metáfora disminuye sensiblemente, aunque mantiene el recurso del símil. La lectura de Góngora y los conocimientos mitológicos adquiridos acercan su poesía a los poetas del siglo del Oro. El primer viaje a Madrid, para publicar sus versos en la Gaceta Literaria, que dirigía Ernesto Giménez Caballero, no le es satisfactorio, pero le permite conocer la actividad poética del momento, impregnada, como se sabe, de gongorismo; y ello le empuja, a su vuelta, al cultivo de la metáfora, al empleo del endecasílabo, a la utilización de las estrofas clásicas. Su primer libro, Perito en lunas, rezuma, en este sentido, gongorismo. El neogongorismo aparece en Miguel Hernández como vía de una poesía renovadora, cuya búsqueda será constante a lo largo de toda su obra.
En Perito en lunas aprende Miguel Hernández, a través del cultivo de la metáfora gongorina, a transformar la realidad en palabra poética y a la conversión del lenguaje poético en un instrumento riquísimo para la expresión. Un lenguaje que le permite, para siempre, elevar a categoría poética lo humilde, lo cotidiano, y hasta lo rastrero y zafio. Así, como señala María Pilar Palomo, las exquisitas octavas reales de Perito en lunas van dándonos fogonazos de realidad enmascarada en ingeniosidades, en metáforas e imágenes cultísimas de extraordinaria belleza, como un brillante fuego de artificio verbal (La poesía en el siglo XX (desde 1939). Destaca la presencia de los elementos de la naturaleza; sobre todo, la luna, en cuyo alrededor gira todo un mundo de elementos de la vida rural: el gallo, el espantapájaros, el azahar, la noria, las cabras, los labradores, las fraguas, el barro, el limón, etc.
El toro es el símbolo por excelencia, que desde una evocación puramente descriptiva se torna en dolorosa tragedia. El toro se convierte en símbolo del amor, el gran enamorado, de la virilidad, de la grandeza, de la fuerza. De ahí la identificación de él mismo con el toro «Como el toro he nacido para el luto” /’y el dolor, como el toro estoy marcado por un hierro infernal en el costado / y por varón en la ingle con un frut»).
En El rayo que no cesa aparecen por primera vez los signos de la poesía proletaria que desarrollará en las siguientes obras. La aparición de una serie de palabras clave -(tierra, vientre, árbol, toro, sangre…) planean sobre la pena del poeta, constituyen un mundo vitalista cargado de símbolos telúricos. La elegía a Ramón Sijé «Yo, quiero ser llorando el hortelano / de la tierra que ocupas y estercola?) parece ser el momento de mayor concentración de los rasgos de este período.
El vientre de la mujer que respondía a ecos erótico-sensuales en El rayo que no cesa, pasa a ser un grito solidario, un símbolo de los hombres y mujeres, como hemos señalado anteriormente, del cosmos y la naturaleza en Cancionero y romancero de ausencias.
Símbolos e imágenes principales en las obras de M. Hernández:
PERITO EN LUNAS:
- LUNA: Según Ramón Sijé: 1ª luna (su luna), poema terrueñero, provincial. 2ª luna (luna de Levante), poesía literaria, resonante de voces y reflejos. 3ª luna (la poesía , la fama “perito en lunas”), poema de rito inefable, la estrella pura. Conversión del “sujeto “ en “objeto” poético.
- FRUTOS: adoptan la forma de sexo. El color está muchas veces combinado y unido a árboles y frutos: “blanco narciso, azul íleso, verde sierpes, azules limoneros, rojo desenlace”.
EL RAYO QUE NO CESA:
- TORO: Es símbolo de virilidad, de nobleza, de fuerza y de brío y, a la vez, de destino trágico, profecía de su destino.
- RAYO: Representa la muerte que pende sobre el poeta. Símbolo de muerte criminal y cósmica. El rayo, como antes el silbo, siempre vulnerado, es símbolo de muerte.
- CUCHILLO CARNÍVORO: El amor como agonía, símbolo de fantasma homicida hiriente y perseguidor.
- ESPADA: Símbolo de muerte desde su corazón, de muerte diaria.
- PIEDRA: Símbolo en Miguel de frialdad y dureza.
- BARRO: Material con que se fabrica la semilla humana.
VIENTO DEL PUEBLO:
- VIENTO: Los versos del poeta; el poeta mismo, su voz y la voz del pueblo que representa.”Los poetas somos viento del pueblo: nacemos para pasar soplando a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas”. (Ver otro ejemplo en especies animales).
- SANGRE: Su vida misma al servicio de la lucha.
- BOCA: Su canción, su verso. El poeta considera la sangre y la boca como armas no mortíferas.
- ESPECIES ANIMALES: Simbolizan la fuerza natural. Los ruiseñores, por ejemplo, se identifican con los poetas y cantan las desdichas del pueblo al que defienden con la sangre y con la boca “como dos fusiles fieles”.
EL HOMBRE ACECHA:
Sigue utilizando los símbolos de Viento del pueblo y establece una clara relación entre tres términos fundamentales: · FIERA: Hombre agresivo. · MALEZA: Odio. · GARRA: Armamento. · “Homo homini lupus” la famosa frase de Plauto que hizo suya Thomas Hobbes es la base de esta obra: “el hombre acecha al hombre”. CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS. Continúan los símbolos de muerte: HOYO, CUERVO, SANGRE. Pero aparecen también otros símbolos nuevos: · SOMBRA: El poeta adquiere la certeza en la muerte y la nada da punto final a su aliento. Estado anímico, pero pudiera ser real. En todo caso, para el poeta es casi como un des-nacer, anular la vida para volver como un niño regresado hasta el claustro femenino. · OASIS: Es ella, la boca de su esposa. · VIENTRE: Lugar de producción de la semilla humana. Símbolo de todos los hombres y mujeres, del cosmos y la naturaleza. · SANGRE: Su vida, corriendo hacia la muerte. · TELA NEGRA: Del traje negro, es símbolo de la muerte, material conque se amortaja. La mujer amada e idealizada en estos poemas se ve como la tristeza, vestida de negro. Ya no es el vivir que se transparenta por la hermosura y los ojos. Ahora es el dolor y desgracias vistas a través de los ojos, de la cara, del andar de su esposa. · REMOVER y TURBIO: Aparecen estos dos nuevos conceptos interrelacionados entre sí. Se REMUEVEN las entrañas, la vida, los seres, los ambientes,… y TURBIO es el resultado, tal cual es por dentro con sus garras y ansias de matar. En su etapa final están presentes todos sus símbolos: sangre, viento, luna, hoyo, rayo, cuchillo, boca, piedra, espada… Hay que destacar que, sin embargo, no usa ni TORO ni BARRO.