Evolución del Teatro Español: Del Siglo XV al XVIII

Teatro en el siglo XV

A lo largo de la Edad Media, junto con el teatro de origen popular, convivió un teatro de contenido religioso, cuyas representaciones tenían lugar en las iglesias durante las celebraciones litúrgicas de ciertas festividades. Paralelamente, la producción del teatro culto se basó en la reelaboración del teatro clásico latino; su principal subgénero fue la comedia humanística. No es teatro en el sentido puro, se creó en Italia. La fusión de lo medieval y el nuevo espíritu renacentista alcanzará su expresión más lograda con La Celestina, obra de Fernando de Rojas que, por la riqueza de su estilo y la intensa y profunda representación de la vida humana, ha sido considerada la mejor obra literaria castellana después del Quijote.

La Celestina

Primera edición: 1499 (el último año del siglo XV). El primer título de la obra pudo ser Comedia de Calisto y Melibea.

La tragicomedia de Calisto y Melibea, que se popularizó con el título de La Celestina, debe ser considerada la primera obra moderna de la literatura castellana, porque se aparta definitivamente de la mentalidad medieval al presentarnos un mundo gobernado por el azar. Se tienen pocos datos de Fernando de Rojas. Nació en Puebla de Montalbán hacia 1475 y descendía de judíos conversos. Fue bachiller en leyes por la Universidad de Salamanca y tuvo una extensa biblioteca de autores clásicos.

Contenido y estilo

Los personajes de la obra se relacionan en el ambiente urbano y burgués de una sociedad dominada por la codicia y la sensualidad. La vieja alcahueta Celestina es la principal protagonista, quien mueve los hilos que arrastrarán a todos a su trágico final. La Celestina es una obra de transición que contiene ideas medievales e ideas renacentistas; tiene una finalidad moral, hay mucha sensualidad y erotismo. Las relaciones amorosas enlazan a gran parte de los personajes. Melibea es una figura de humana complejidad que, desde su rechazo inicial del amor de Calisto, evoluciona hasta entregarse a la pasión amorosa y a la desesperación final. Calisto aparece como un joven turbado por una intensa pasión sexual. La Celestina no es una obra de teatro. Con estos personajes, el autor refleja una visión profundamente pesimista de la condición humana, uno de cuyos fundamentos parece ser la desconfianza; el mundo es concebido por un caos, mandan los insultos, la pasión y no la razón.

Estilo

La Celestina representa una enorme riqueza lingüística, en la que predominan casi por completo los diálogos, con los que se caracteriza a los personajes según van interviniendo en ellos. Algunos monólogos sirven para desvelar sus conflictos internos. El lenguaje utilizado funde palabras propias del habla corriente y popular con términos de la retórica culta, fruto de las extensas lecturas de Fernando de Rojas, en especial de las obras de Petrarca.

El Romanticismo: El teatro durante el siglo XVI

Durante las décadas iniciales del siglo, se definieron dos tendencias teatrales. Una de ellas, continuadora del teatro cortesano, son autores de tragedias y comedias humanísticas inspiradas en el teatro griego y latino. Se trataba de la «comedia vieja», de esquemas aristotélicos, estilo del que se apartará Lope de Vega con su «comedia nueva». En la otra, de tendencia popular, este teatro, escenificado en los corrales de comedias, gozó de gran éxito entre un público mayoritario. Tuvo su origen en la fundación de compañías de actores itinerantes. Teatro que imita al teatro grecolatino y parte de la clase alta. Revolucionó la forma de hacer teatro de gran éxito popular.

El Barroco (II): El teatro durante el siglo XVII

A lo largo de todo el siglo XVII, los elementos básicos de la «comedia nueva» establecidos por Lope de Vega se mantuvieron, pero fueron desarrollados con gran variedad temática por gran número de dramaturgos, que vieron en este espectáculo de masas la posibilidad de alcanzar la fama literaria con sus aportaciones. Tras la desaparición de los principales representantes de la poesía y la prosa, será el teatro el género que cerrará el ciclo de la literatura barroca, que alcanza síntesis y plenitud en la obra de Pedro Calderón de la Barca; su estilo pronto se convirtió en modelo para otros dramaturgos.

Diferencias entre el teatro de Lope de Vega y el de Calderón de la Barca

  • La producción teatral de Calderón es más breve que la de Lope.
  • El teatro de Calderón es más reflexivo, cuida más los detalles y la técnica del espectáculo.
  • Calderón introdujo grandes escenarios y música porque buena parte de su teatro lo hizo para la corte.
  • Prefiere la unidad de acción (contar solo una historia).
  • Fuerte contenido moral y filosófico (Calderón).

Son obras de un solo acto. Se representaban con gran lujo en las plazas mayores de las ciudades; es un teatro simbólico que plantea diferentes asuntos teológicos de una forma atractiva para el pueblo.

El Barroco (I): El teatro de Lope de Vega

El teatro, que empezó a difundirse por varias ciudades españolas en el último tercio del siglo XVI, se consolidó como espectáculo de masas durante las primeras décadas del siglo XVII, cuando una sociedad conformista olvidaba sus dificultades asistiendo con avidez a las funciones teatrales. A los teatros de muchas ciudades concurrió por primera vez un público amplísimo, de distintas clases y estamentos sociales. El éxito de la «comedia nueva» se debió en gran parte a su ingeniosa fórmula teatral. Se escribieron siempre en verso, y su división en tres actos permitía mantener la tensión en el espectador desde el primer acto hasta el desenlace. A menudo, la trama desarrolla un conflicto amoroso entre los protagonistas; ambos deben sortear con su astucia todos los obstáculos que los convencionalismos sociales oponen a su amor, cuya meta es, inevitablemente, el matrimonio. Colaborador necesario para el logro de ese final feliz es el gracioso, criado del galán y contraste cómico de sus intervenciones. Este teatro tuvo en Lope de Vega su más genial y prolífico abastecedor. Quinientas obras conservadas dieron forma definitiva al teatro clásico español, sintetizando en su «comedia nueva» los más diversos elementos de otros géneros literarios y del teatro anterior. Dentro de su abundante obra dramática, merecen destacarse dos obras maestras: El condenado por desconfiado y El burlador de Sevilla. Crea la figura de Don Juan, que será muy utilizada a lo largo de la literatura posterior.

Félix Lope de Vega

Lope de Vega es el escritor más prolífico de toda la literatura española. La continua dedicación a su obra literaria no obstaculizó su novelesca y variadísima vida amorosa, de cuyos episodios se nutrieron muchas de sus obras. Lope cultivó todos los géneros, excepto la novela picaresca, pero destacó por la inagotable riqueza de su producción dramática. En esta, Lope rechazó las unidades de tiempo y lugar, combinó dos o más intrigas y mezcló aspectos cómicos y trágicos, personajes nobles y bajos, con gran libertad artística. La producción dramática abarca infinidad de asuntos. Las «comedias» pueden clasificarse en: dramas históricos (Peribáñez y el comendador de Ocaña, que trata el comportamiento abusivo del comendador al cortejar a la mujer del labrador Peribáñez), dramas de honor, dramas legendarios y comedias palatinas.

Pedro Calderón de la Barca

A los veintitrés años, dio inicio a su carrera de autor dramático. El éxito de sus obras hizo que se representaran en el palacio real, y de este modo, Calderón llegó a ser el dramaturgo oficial de la corte de Felipe IV.

Calderón escribió algo más de doscientas obras dramáticas, la mayor parte comedias, dramas y otros géneros. Todas siguen las líneas trazadas por Lope de Vega, pero el mérito de Calderón radica en haber llevado a la perfección el modelo de la «comedia nueva». En contraste con esta, el teatro calderoniano es filosófico, basado en conceptos de la teología. Otra peculiaridad del teatro de Calderón consiste en que condensa el tema en una sola acción. También destaca más la figura del protagonista, al que se da mayor relieve simbólico. Sus personajes suelen ser símbolo, poco humanos, comedias que se basan en un argumento entretenido.

Obras:

  • Comedias de enredo: llamadas de capa y espada.
  • Dramas históricos y legendarios: basados en hechos históricos o leyendas populares. El alcalde de Zalamea representa el honor del pueblo frente a los abusos de las clases dirigentes.
  • Filosóficos: La vida es sueño, la obra más universal de Calderón; en ella, se representa el conflicto entre la predestinación y la libertad y constituye una profunda interrogación sobre la esencia de la vida humana.
  • De honor: Calderón llevó al máximo extremo la defensa del honor, tema de la mujer, límites exagerados.
  • Autos sacramentales: El gran teatro del mundo.

El teatro durante el siglo XVIII

En 1700, se produce un cambio de dinastía en España: la dinastía francesa de los Borbones, que heredó un país arruinado, inculto y con una administración inoperante. La política interior fue fructífera; estuvo orientada por las reformas del «despotismo ilustrado» y por la ideología progresista de la Ilustración. En la época de Carlos III, se realizaron las reformas más beneficiosas para la economía y la cultura. En el ámbito artístico y literario, el Neoclasicismo propugnó una estética basada en los modelos clásicos grecolatinos y se opuso al estilo barroco. Según esta corriente, la literatura y el arte debían someterse a normas racionales para educar al público y contribuir, de este modo, al progreso social. Los escritores neoclásicos buscaron sinceramente la comprensión de los problemas de la sociedad y la renovación de la cultura. Quisieron hacer una literatura útil, ordenada racionalmente y de buen gusto, al servicio de la orientación reformista impulsada por el Estado.

El teatro neoclásico

A lo largo del siglo XVIII, el teatro fue un espectáculo muy frecuentado por la clase media (burguesía). Entre los cultivadores de este teatro, merece ser citado Ramón de la Cruz, autor de más de trescientos sainetes, en los que retrata con pintoresquismo una amplia galería de tipos y costumbres de la época.

Sainete: representación teatral humorística protagonizada por personajes del pueblo (incultos, graciosos); eran obras muy del gusto popular.

Leandro Fernández de Moratín

Fue la personalidad más destacada del teatro neoclásico. Desempeñó varios cargos públicos y viajó por Francia, Inglaterra e Italia. Su producción teatral sigue las normas aristotélicas, se inspira en la realidad social y sus problemas, y tiene por finalidad ridiculizar los prejuicios y errores de la sociedad. Solo escribió cinco comedias originales. La primera en estrenarse fue El viejo y la niña, tema de la libertad de la mujer para elegir marido, la mojigatería, la hipocresía y la falsa piedad. En casi todas, el tema de la hipocresía social y, sobre todo, ataca la obligación de las hijas a casarse con el marido que escogieran los padres. Con El sí de las niñas, Moratín obtuvo su mayor éxito.

El teatro de Moratín es mesurado en el contenido y en los recursos dramáticos o cómicos, pero predominan en él el buen gusto, la calidad humana de sus personajes y la habilidad del autor para representar la vida social corriente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *