Renacimiento (Siglos XV-XVI)
El Renacimiento, un amplio movimiento cultural surgido en Italia en el siglo XV, se extendió por Europa durante el siglo XVI. Este movimiento significó la recuperación y el resurgimiento de la cultura clásica grecolatina, olvidada durante la Edad Media. La literatura y las artes se convirtieron en una celebración de la vida, la belleza, el amor y la felicidad. El mundo se percibía como un lugar digno de ser vivido y disfrutado, y la belleza justificaba la obra de arte por sí sola.
Características de la Obra Literaria
En la obra literaria renacentista, destacan los siguientes aspectos:
- Proporción y orden en la composición.
- Equilibrio entre lenguaje y contenido.
- Ritmo en verso y prosa.
La poesía renacentista es italianizante, con predominio del soneto, tercetos, liras, silvas, etc. Las églogas, composiciones en las que pastores dialogan expresando sus penas de amor en un ambiente bucólico, son un ejemplo característico.
Garcilaso de la Vega
En la obra de Garcilaso de la Vega, el amor por Isabel Freire es el tema central, junto con otros dos temas importantes del Renacimiento: la naturaleza y la mitología. El tono es melancólico y, a veces, doloroso. La naturaleza, idealizada poéticamente, participa de los sentimientos del poeta. La mitología se emplea como motivo estético y como expresión de los sentimientos. Su estilo es sencillo y alejado de la retórica. Existen tres tipos de églogas, y la cuarta representa los amores de Garcilaso e Isabel Freire.
Fray Luis de León
La obra de Fray Luis de León es poética, original y breve (ej. «La Perfecta Casada», «De los Nombres de Cristo»). Sus temas son el deseo de soledad («Beatus Ille»), la contemplación del equilibrio natural, el ansia de paz espiritual y la armonía del universo como reflejo de Dios. Su estilo es sobrio, sencillo y lleno de musicalidad.
San Juan de la Cruz
San Juan de la Cruz, junto con Santa Teresa de Jesús («El Libro de su Vida»), representa el ansia absoluta. En su poesía mística, la naturaleza se convierte en un elemento simbólico. Destacan sus composiciones «Noche Oscura del Alma», «Cántico Espiritual» y «Llama de Amor Viva».
Fernando de Herrera
En la segunda mitad del siglo XVI, se distinguen dos escuelas poéticas: la escuela salmantina, representada por Francisco de la Torre, y la escuela sevillana, representada por Fernando de Herrera.
Barroco (Siglo XVII)
El Barroco se desarrolla en Europa durante el siglo XVII. En España, forma parte del Siglo de Oro, aunque en una situación de decadencia, perdiendo su hegemonía a favor de Francia. La crisis económica, las epidemias, la expulsión de los moriscos y la emigración hacia América provocaron un descenso demográfico. Se observa un gran contraste entre el desengaño y las ansias, la apariencia de las cosas, la falsedad del mundo visible y la vida como un sueño, expresado mediante abundante ornamentación. En lo religioso, domina el espíritu de la Contrarreforma, desacreditando lo mundano y terrenal, y persiste la obsesión por la «limpieza de sangre».
Corrientes Estilísticas
En España, existieron tres corrientes estilísticas que pretendían asombrar al público:
- Conceptismo: Se preocupa por el contenido, basándose en asociaciones ingeniosas de conceptos expresadas con economía de lenguaje. Utiliza figuras retóricas como antítesis, paradojas y elipsis. Sus principales representantes son Quevedo y Gracián.
- Culteranismo: Prioriza la forma sobre el contenido, con una expresión rebuscada y difícil, buscando la belleza estética. Utiliza metáforas, hipérboles, un léxico culto con latinismos e hipérbatos. Su máximo exponente es Luis de Góngora.
- Realismo exagerado.
Características de la Lírica Barroca
- Poesía tradicional: Incluye villancicos y letrillas que imitaban los temas y el estilo de los tradicionales, constituyendo el Romancero Nuevo. Se utilizan versos de arte menor, como los octosílabos de los villancicos y las seguidillas. La norma es la claridad en la expresión y la sencillez en el lenguaje.
- Lírica culta: El tono es pesimista, mostrando el desengaño de la época. El estilo se caracteriza por la dificultad, la oscuridad, la deformación grotesca o satírica. Se añade la sensualidad, un tono desesperado y la presencia de la muerte, aunque en una forma menos exagerada. Destacan la obra de los hermanos Argensola (Bartolomé Leonardo y Lupercio Leonardo).
Luis de Góngora
Principal representante del culteranismo, Góngora escribió dos tipos de poesía: una sencilla en metros tradicionales y otra más compleja con todos los recursos del culteranismo. Aborda temas propios de su tiempo en poemas menores (romances, letrillas, sonetos) y dos extensos poemas: «Fábula de Polifemo y Galatea» y «Soledades». «Fábula de Polifemo y Galatea», escrita en octavas reales, narra la historia del cíclope Polifemo, quien, enamorado de la ninfa Galatea, deja caer una roca sobre Acis, el enamorado de la ninfa. La oscuridad y el hermetismo de la poesía gongorina causaron su menosprecio hasta su rehabilitación por los modernistas y la Generación del 27.
Francisco de Quevedo
Principal representante del conceptismo, Quevedo expresa en sus poemas el pesimismo y desengaño barrocos. Aborda distintos temas con formas variadas (sonetos, letrillas en tercetos):
- Poemas filosófico-morales: Paso del tiempo, brevedad de la vida, muerte, etc.
- Poemas amorosos: Destacan por la hondura del sentimiento, pero también expresan una contradicción: el amor puede superar la angustia, aunque sea un ideal inalcanzable.
- Poemas satírico-burlescos: Muestran sus juegos conceptistas y un gran trasfondo moral.
Lope de Vega
Otro poeta importante del Barroco, Lope de Vega, destaca por el sentimiento de sus versos, que reflejan experiencias personales, en muchos casos, relaciones amorosas. Tres libros importantes son: «Rimas», «Rimas Sacras» y «Rimas Humanas y Divinas del Licenciado Tomé de Burguillos».