Modernismo y Generación del 98: Literatura Española

Realismo

El realismo se caracteriza por centrarse principalmente en personajes de la burguesía. Es un reflejo de la burguesía, normalmente en forma de novela, y busca retratar la realidad social con exactitud y objetividad a través de descripciones verosímiles. Para ello, se basa en una meticulosa observación de la realidad. Los autores realistas normalmente utilizan un punto de vista omnisciente y son frecuentes los comentarios del autor con la finalidad de influir en la opinión del lector. Por otra parte, llama la atención el empleo de un estilo natural y de un lenguaje coloquial.

Naturalismo

El naturalismo es el realismo llevado al extremo. Basado en el método científico y en el determinismo, recurre frecuentemente a ambientes inusuales o desagradables, personajes también inusuales y a una estricta aplicación del método científico.

Géneros del Realismo

La Novela

La novela realista goza de gran popularidad. Su intención era la de representar fielmente la sociedad y los ambientes. Entre otros, cabe señalar como motivos de su éxito: el aumento de la población que sabe leer y escribir, que pasa de un 5% a aproximadamente un 40%; la inclusión en los periódicos de folletines novelescos; el nacimiento de la novela por entregas. Así, las novelas alcanzan incluso a las clases más bajas.

Autores de la Novela Realista

Benito Pérez Galdós

Benito Pérez Galdós es el escritor realista que más escribió. El gran mérito de Galdós fue su arte al trazar el panorama de la sociedad española de su época. Superó el costumbrismo regional de otros autores y trata la división de progresistas y tradicionalistas, proponiendo como única solución la tolerancia y la armonía.

Leopoldo Alas «Clarín»

Entre la obra de Leopoldo Alas «Clarín», hay que resaltar sus ensayos. Como crítico literario, fue un gran defensor de Galdós.

Modernismo y Generación del 98

Tradicionalmente, se ha dividido a los escritores de finales y principios de siglo en dos grupos diferenciados: el modernismo y la Generación del 98. Sin embargo, a pesar de las diferencias entre modernistas y hombres del 98, la separación no es tan clara. En primer lugar, algunos integrantes de la Generación del 98, como Antonio Machado y Ramón del Valle-Inclán, se podrían incluir, por algunas de sus obras, dentro del modernismo. En segundo lugar, porque unos y otros vivieron un ambiente y atmósfera que les unía. Eran «gente nueva» con una nueva estética que rompía con la del siglo XIX; todos abogaban por una profunda renovación lingüística que traería nuevas posibilidades expresivas y adoptaron también una postura crítica ante las normas sociales y la situación política.

Antonio Machado

En Sevilla nace en 1875 Antonio Machado y Ruiz. Estudia en la Institución Libre de Enseñanza. En París (1902) conoce a Rubén Darío, con quien le unen mutuos lazos de admiración. La publicación de Soledades (1903) lo revela como poeta extraordinario. En 1907 obtiene la cátedra de francés en el Instituto de Soria. Allí pasa una etapa fundamental de su vida. En 1909 se casa con Leonor Izquierdo, una muchacha de 16 años. Tres años después, en 1912, ésta fallece en Soria. Antonio, desesperado, abandona la ciudad castellana y se traslada a Baeza. No obstante, su corazón queda en Soria.

Pío Baroja

Pío Baroja nació en San Sebastián y vivió, durante casi toda su vida, en Madrid. Allí estudió Medicina y se doctoró con una tesis sobre El dolor. La ideología de Baroja hay que considerarla de forma inseparable de su temperamento. Las ideas sobre el hombre y el mundo que se desprenden de sus obras se inscriben a la perfección en la línea del pesimismo existencial.

Es característico de Baroja su radical escepticismo religioso, social y económico. Para Baroja, el mundo carece de sentido, la vida le parece absurda y no alberga ninguna confianza en el hombre. Esta concepción hunde sus raíces en Schopenhauer, el filósofo más leído y admirado por Baroja, y se refleja en sus obras y personajes.

Su ideología política está marcada por el mismo escepticismo. Pese a sus contactos juveniles con el anarquismo, lo que realmente le atraía del mismo era la rebeldía, el impulso demoledor de la sociedad establecida. Rechazaba el comunismo, el socialismo y la democracia, y pronto se encerró en un radical escepticismo y llegó a proclamarse partidario de una dictadura inteligente. En medio de estas ideas tan contradictorias, quizá la definición más apropiada sería la de «liberal radical».

Pío Baroja fue el más importante novelista contemporáneo por sus extraordinarias dotes de narrador. Su influencia posterior ha sido enorme y los novelistas de la posguerra siempre le reconocieron como su maestro. Fue un escritor fecundísimo. Sus novelas son más de sesenta. Él mismo agrupó muchas de sus novelas en trilogías (34), pero estas clasificaciones, con alguna excepción, frecuentemente carecen de relación entre las obras que las integran.

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