Generación del 98 y Modernismo
Etapas de la Generación del 98
1. Juventud del 98
Espíritu de protesta y rebeldía, en palabras de Azorín. Efectivamente, sus ideales eran más revolucionarios que regeneracionistas. Unamuno, en su juventud, militó en el Partido Socialista. Las ideas de Baroja y de José Martínez Ruiz, antes de firmar con el seudónimo de Azorín, se hallaban próximas al anarquismo.
2. Grupo de «Los Tres» y su manifiesto
Componen este grupo Azorín, Baroja y Maeztu, que mantenían estrecha amistad y colaboraban en los mismos periódicos. En 1901 difunden un manifiesto en el que denuncian los problemas de España. No confían ya para su solución en doctrinas políticas. Piensan que sólo una ciencia social puede ayudar a encontrar las raíces profundas del problema y estudiar sus soluciones. Su campaña fue un fracaso, y surgió el desengaño. El grupo se deshizo. Unamuno, en esta etapa, abandona también el socialismo, inclinándose por los problemas espirituales del pueblo.
3. Madurez
En 1910, Azorín señala que cada uno de estos autores ha adoptado posturas fuertemente personales, lejos del común radicalismo juvenil. Conservan, sin embargo, rasgos comunes: cierto irracionalismo neorromántico por la influencia de los filósofos antes señalados, preocupaciones existenciales (el sentido de la vida, el destino del hombre), el tema de España enfocado con tintes subjetivos (es el alma de España lo que les inquieta, más que sus problemas materiales). Pero es muy destacable la evolución ideológica que todos tendrán. Unamuno tiende continuamente a la contradicción, a la lucha íntima espiritual. Combatió la Dictadura de Primo de Rivera, por lo que padeció destierro y exilio; a su regreso, fue aclamado por la República. Sin embargo, terminó criticándola. En el 36, llegó a ponerse del lado de los militares, aunque rectificó, enemistándose con el militarismo fascista (venceréis pero no convenceréis). Baroja se refugió en una actitud desengañada, pesimista, escéptica. Azorín derivó desde el escepticismo hacia posturas conservadoras, tradicionalistas. Maeztu llegó a defender la Dictadura de Primo de Rivera y se opuso a la República, siendo condenado a muerte por un tribunal revolucionario en el 36. Antonio Machado, desde una poesía inicial modernista y simbolista, introduce el tema de España en Campos de Castilla (1912), con un enfoque noventayochista. Al contrario que Azorín o Maeztu, evolucionó hacia la defensa de la causa republicana, por lo que tuvo que exiliarse a Francia en el 39, donde murió. Valle-Inclán, de vida bohemia, evolucionó desde posturas tradicionalistas y carlistas por estética hasta posturas revolucionarias.
Temas de la Generación del 98
- El tema de España: Sienten amor y dolor por España. Exaltaron una España eterna y espontánea, de ahí su interés por el paisaje (Por tierras de Portugal y España de Unamuno), por la vida de los pueblos (Los Pueblos de Azorín) y por nuestra historia. Fueron grandes viajeros, sienten predilección por Castilla, en la que ven la esencia de España. Su actitud ante el paisaje será siempre lírica. Les interesa también el paisaje humano. La Historia es otro motivo de meditación. En un principio, para encontrar la raíz de los problemas; posteriormente, para descubrir los valores permanentes. Por debajo de la «historia externa» (reyes, batallas,…), les atrajo lo que Unamuno denominó intrahistoria: la vida callada de millones de hombres sin historia. En la Generación del 98, el amor por España se combinó con un anhelo de europeización, pero siempre preservando las esencias castizas.
- Preocupaciones existenciales: Búsqueda de sentido a la existencia humana, el tiempo, la muerte; sentimientos de angustia, hastío de vivir.
- Problema religioso: Ofrece ángulos y evoluciones diversas (agnosticismo en juventud, agonía en Unamuno, etc.)
Fuentes
Buscan la renovación literaria. Del siglo XIX admiran a Bécquer y Larra. Valoran a Fray Luis de León, Quevedo, Cervantes (hicieron muchas interpretaciones del Quijote). Sintieron admiración por la literatura medieval: el Poema de Mio Cid, Jorge Manrique, etc.
Estilo
Muy diferenciado en cada autor. Antirretoricismo, espontaneidad. En común, gusto por las palabras tradicionales, terruñeras, arcaicas. Innovación en los distintos géneros (Nivolas de Unamuno; novela impresionista de Baroja; Esperpentos de Valle-Inclán). Subjetivismo y lirismo en su visión literaria de la realidad. Por ejemplo, y a diferencia de los realistas, alma y paisaje siempre irán unidos.
Temas del Modernismo
- Vertientes: El Modernismo tiene dos vertientes: por un lado, la exterioridad sensible, todo un mundo sensual mezclado con sus preferencias de atmósferas y ambientes: lo exótico, lo legendario, lo cosmopolita. Por otro lado, la intimidad del poeta, su gusto por el placer estético, pero también su melancolía y angustia.
- Escapismo: Hay una evasión en el espacio (gusto por lo oriental) y en el tiempo (lo medieval, lo dieciochesco, lo mitológico). Sus poemas se pueblan de dioses, ninfas, centauros, sátiros, vizcondes, caballeros, marquesitas, mandarines, odaliscas, pagodas, castillos, salones versallescos, jardines perfumados, cisnes, libélulas, flores de loto, nenúfares, jades, esmaltes, etc. Evasión en el tiempo, en el espacio, pero sobre todo, en la belleza.
- Cosmopolitismo: Odian el localismo. De ahí su devoción por el París bohemio, artístico, renovador, nocturno, de finales de siglo. Los modernistas hispanoamericanos, sin embargo, cultivan los temas indígenas. Con ello muestran su rebelde antiespañolismo, y su evasión en el tiempo a épocas pretéritas (p. ej. Soneto a Caupolicán).