Análisis de la narrativa española del siglo XX

James Joyce: Ulises es una novela cuya idea principal se basa en la Odisea de Homero y relata los hechos ocurridos en Dublín el día 16 de junio a tres personajes. Su aportación más conocida es flujo de conciencia, en la que los personajes expresan sus sentimientos, como ocurre en el pensamiento real. Existencialismo: reflexiona sobre la condición humana, la insignificancia del ser y su relación con Dios. Su tema fundamental es la existencia. Dos ejemplos: La náusea se concibe en forma de diario y a través del personaje Antoine, el autor expone sus ideas sobre la angustia de estar condenado a existir; Jean Paul, cuya obra presenta la filosofía del absurdo que aborda el sentimiento de angustia, Albert Camus. Los años 50: se inicia en España un giro de la narrativa que desemboca en un movimiento llamado realismo social. Sus características son:

  • Estructura abierta: en la que los acontecimientos de la trama se ordenan temporalmente.
  • Protagonista colectivo: la figura del héroe individual pasa a la de un conjunto de personajes que forman un todo indefinido.
  • Realidad española: los novelistas del realismo social se comprometen a mostrar la realidad tal cual es.
  • Renovación de las técnicas narrativas: se aprecia la influencia de corrientes extranjeras como el neorrealismo cinematográfico o la novela americana.

Tendencias del realismo social:

  • Objetivismo: el novelista cuenta la realidad de manera objetiva, como si fuera una cámara cinematográfica. La obra más importante es El Jarama, de Rafael Sánchez.
  • Realismo crítico: el novelista pretende agitar las conciencias y denunciar las desigualdades e injusticias sociales. Ejemplos son El duelo del paraíso, Nuevas amistades y Dos días de septiembre.

Los años 60: los autores buscan nuevas formas de expresión, así nace la novela experimental. Destacamos sus aspectos:

  • Ruptura del relato lineal: mezcla distintos planos temporales y fusión de géneros.
  • Alternancia: de distintos puntos de vista y personas gramaticales.
  • Uso del monólogo interior: en contraposición al uso del diálogo del realismo social.
  • Alteraciones: de las normas de puntuación e incorporación de lenguajes técnicos y especializados.
  • El protagonista: encarna la lucha del individuo contra la sociedad y se descarta el uso del protagonista colectivo.

Los años 40: Restauradores del realismo:

  • Tradicionales: escriben según las reglas marcadas por maestros como Benito Pérez Galdós, sin innovaciones temáticas ni técnicas. Entre sus máximos representantes se cuentan autores como Juan Antonio Zunzunegui, Ignacio Agustí o José María Gironella.
  • Innovadores: grupo de escritores que parten del realismo como postura estética, pero con un tono existencial y desesperado desconocido hasta el momento. Son autores que viven bajo las condicionantes de la censura y sienten la necesidad de denunciar la miseria y el malestar del país; sus narraciones incorporan temas violentos.

Los representantes del tremendismo:

  • Camilo José Cela: escritor gallego que inaugura esta línea novelística con La familia de Pascual Duarte, en la que se relata la confesión de un condenado a muerte que trata de justificar sus crímenes. Más tarde publica La colmena, la visión negativa del mundo; su trayectoria es muy amplia.
  • Carmen Laforet: ganó la primera edición del Premio Nadal con Nada, con la que se consagra como escritora; el lector conoce un mundo lleno de miseria tanto material como moral.
  • Miguel Delibes: se inscribe dentro de la novela tremendista con su obra La sombra del ciprés es alargada, describe un estado inferior de vivencias desde un esquema narrativo tradicional y pesimista referido a ambientes provincianos, con un protagonista sensible a un mundo hostil.
  • Gonzalo Torrente: desarrolló su actividad como profesional académico, crítico y novelista; destacó la publicación Los gozos y las sombras de Don Juan, en las que combina lo tradicional y lo experimental.

Años 70: continúa la búsqueda de nuevas formas y el experimentalismo se lleva al extremo. Aparece la novela estructural caracterizada por la narración de historias. Ejemplo: La saga/fuga de Gonzalo Torrente. Surge una línea protagonizada por escritores como Eduardo Mendoza y Juan Marsé, que redescubren el placer de contar y escriben tras haber asimilado los avances de la novela experimental.

Años 80: Tendencias:

  • Experimentalismo radical: pocos autores cultivan esta tendencia; el más representativo es Julián Ríos con su obra Larva.
  • Tendencia al intimismo: abarca problemas sociales y existenciales como las novelas Recuerdos de otra persona, de Soledad Puertolas, y Corazón tan blanco, de Javier Marías.
  • Cultivo de la imaginación: sus autores más destacados son Álvaro Pombo o Julio Llamazares en Luna de lobos y Lluvia amarilla.
  • La novela policiaca: tiene gran cultivo por influencia del best seller; es destacable la aportación de Antonio Muñoz Molina en Invierno en Lisboa y Beltenebros.

Años 90: Características:

  • Preocupación por la pérdida de los valores de la cultura occidental.
  • Mirada crítica a los inevitables cambios que conlleva la modernidad.
  • Actitud escéptica y desengañada ante un mundo cada vez más global en el que la economía se ha convertido en el poder principal.
  • Uso constante y reiterado de la ironía presente en todas sus obras.
  • Incorporación de códigos culturales propios de una nueva realidad.

Tendencias literarias a finales del siglo XX:

  • Mundo suburbano: la base de estas narraciones muestra el mundo de las apariencias sociales, el individualismo, la caída de valores tradicionales como el matrimonio y la familia, o el mundo de la noche en ciudades.
  • Tendencia al intimismo y la introspección: dibujan personajes que rastrean su propia memoria para intentar entender situaciones en las que se encuentran atrapados, situaciones de amor, desamor, soledad…
  • Cultura norteamericana: basada en las estéticas cinematográficas del cine independiente norteamericano, del cine negro, del rock and roll y de la generación beat.
  • Retorno al tema de la guerra civil: alejados del conflicto, otro pequeño grupo de narradores retorna con una prosa lírica y bella a lo que fue la guerra civil.

Autores:

  • James Joyce (Ulises)
  • Jean Paul (La náusea)
  • Albert Camus (El extranjero)
  • Camilo José Cela (La familia de Pascual Duarte, San Camilo 1936)
  • Carmen Laforet (Nada)
  • Miguel Delibes (La sombra del ciprés es alargada, Cinco horas con Mario y Las ratas)
  • Gonzalo Torrente (Los gozos y las sombras, La saga/fuga)
  • Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama)
  • Juan Goytisolo (Duelo en el paraíso)
  • Juan García Hortelano (Nuevas amistades)
  • Alfonso Grosso (Zanja)
  • José Manuel Caballero Bonald (Dos días de septiembre)
  • Juan Benet (Volverás a Región)
  • Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa)
  • Julián Ríos (Larva)
  • Javier Arias (Soledad Puertolas, Corazón tan blanco)
  • Julio Llamazares (Luna de lobos y Lluvia amarilla)
  • Antonio Muñoz Molina (Invierno en Lisboa y Beltenebros)
  • José Ángel Mañas (Historias de Kronen)
  • Martín Casariego (Y decirte alguna estupidez)
  • Álvaro Durán (A la intemperie)
  • Lucía Etxebarria (Beatriz y los cuerpos celestes)
  • Benjamín Prado (Nunca le des la mano a un pistolero zurdo)
  • Ray Loriga (Héroes)
  • Javier Cercas (Soldados de Salamina)

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