4. Caracterización
3 Personajes:
Buero Vallejo muestra una gran preocupación por el comportamiento del ser humano. A través de sus personajes trata algunos de los problemas esenciales en las relaciones del individuo consigo mismo –
En esta obra, concretamente, la relación entre los proyectos y la actuación para ponerlos en marcha-
Y con los demás
En este fragmento se vuelve a establecer una analogía entre la relación y ambición de sus padres y a la que aspiran sus hijos, como si la rueda continuara girando monótonamente.
El autor realiza una caracterización tan completa de sus personajes que algún crítico califica su teatro de «psicológico». Entre sus personajes no existe el prototipo de «héroe positivo». La primera impresión que nos producen es de congoja y pena, sensación que se verá después atenuada por la esperanza de que el futuro presente mejores perspectivas para los hijos.
Aunque los personajes están perfectamente dibujados y, en consecuencia, pueden ser estudiados uno por uno, es la comunidad de vecinos, esto es, la colectividad, la auténtica protagonista de esta historia. En este drama de familias, vemos repetirse a lo largo de tres generaciones las mismas pautas de comportamiento.
La personalidad de los hijos es un eco de la de sus mayores, y aquéllos transmiten, a su vez, la herencia que han recibido. Muy significativa es, en este sentido la acotación final, donde se nos informa de que Fernando padre y Carmina madre oyen y contemplan a sus hijos repitiéndose las misma palabras que ellos se dijeron hace treinta años
En este fragmento sólo interviene Fernando hijo y Carmina hija de ahí que nos centremos sólo en ellos:
Fernando, hijo
Primer hijo del matrimonio formado por Fernando y Elvira. Con el tiempo se ha convertido en un joven arrogante, pueril y gandul. Se nos muestra como un chico decido que luchará, según sus palabras, por ser aparejador, seguirá estudiando y luego logrará el título de ingeniero. Está enamorado de la hija de Urbano y Carmina (Carmina hija). Nos recuerda continuamente a su padre en sus ademanes y en sus palabras, dando cuenta nuevamente del fracaso de sus mayores, que «se han dejado vencer por la vida». De la misma forma, no parece que sea consciente de que él mismo está expuesto a repetir los errores de sus padres.
Carmina, hija:
Hija de Carmina y Urbano, una atolondrada chiquilla. Vive con sus padres, su abuela Paca y sus tías Trini y Rosa. Aunque también está enamorada de Fernando hijo, decide acabar con sus relaciones obedeciendo a su padre. Cambiará su actitud al final, cuando la vehemencia de su amor parece hacerla capaz de enfrentarse a su familia y al resto de los vecinos por su futura felicidad.
Espacio
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Los tres actos de la obra se desarrollan en el mismo lugar, un espacio interior, pero no es, como ocurre normalmente, una habitación -el modelo realista por excelencia-, sino un «tramo de escalera con dos rellanos». Es en este espacio donde tiene lugar toda la acción; en la escalera se comentan los chismes y se escuchan las discusiones; allí se reflejan los proyectos y los sueños de todos los vecinos. Todos los personajes se sienten ligados a ella.
La crítica considera que la escalera es el elemento central de la obra de Buero; un elemento complejo que se presta a múltiples interpretaciones.
Se ha insistido en el papel simbólico que juega la escalera, testigo de las diferentes categorías sociales que allí habitan, símbolo de una jaula de la que no se puede escapar. También se la asocia al inmovilismo, tanto social como personal; o al fracaso al que se ven abocados la mayoría de los personajes, Fernando lo reconoce con palabras como éstas: Ellos se han dejado vencer por la vida. Han pasado treinta años subiendo y bajando esta escalera… Haciéndose cada día más mezquinos y vulgares
La descripción en el primer acto de este espacio muestra su pobreza y descuido, barandilla deteriorada, la ventana del casinillo está sucia y en el rellano de abajo hay una polvorienta bombilla enrejada. Se muestra una analogía entre la decadencia del espacio y el estancamiento de sus inquilinos. El deterioro de ambos, escalera y personajes, se acentúa en el segundo acto, diez años más envejecidos y derrotados por la monotonía y la frustración. Este cambio del espacio también parece aspirar a un cambio en el rumbo de estas vidas, como si una luz de esperanza vislumbrara un nuevo futuro.
La escalera permanece siempre impasible a través de los actos y de las generaciones como testigo mudo a lo largo del tiempo. Buero nos advierte en varias ocasiones de que no es en el escenario donde se percibe el paso de los años, sino en el aspecto físico de las personas que viven allí.
Tiempo y estructura
5
La consideración del tiempo es fundamental para comprender la estructura de Historia de una escalera
. El mismo autor fija el tramo temporal en el que se producen los hechos dramatizados:
Es una obra en tres actos y treinta años
En el primer acto se muestran los personajes y el ambiente de pobreza, manifestada, por ejemplo, en las dificultades para pagar el recibo de la luz. La excepción a esta situación la constituye D. Manuel y su hija Elvira. Se pone de manifiesto el amor entre Fernando y Carmina, y el acto concluye con los vehementes propósitos de prosperar por parte de Fernando, discurso que enlazará con el acto tercero.
En el segundo acto se nos informa de que han pasado diez años, que sólo se advierten en la madurez de sus personajes, nada más ha cambiado. . Ni Fernando ni Urbano han conseguido nada de lo que se proponían. Los dos se han dejado derrotar por el tiempo.
Veinte años han transcurrido en el tercer acto (1949). Las reformas pretenden «disfrazar la pobreza» de la «humilde escalera de vecinos». Asistimos al envejecimiento de los personajes y el fallecimiento de alguna de ellos. También aparecen nuevos vecinos que se quejan de los antiguos inquilinos y los dueños del edificio, pues los menosprecian por su categoría social. Su charla revela los valores del mundo en que vivimos, y de una aspiración primordial:
El edificio de la escalera también ha cambiado, por ejemplo, el cambio de los cristales de las ventanas, las paredes están un poco más blancas, hay timbres en las puertas. Fernando y Elvira ya tienen dos hijos: Fernando (hijo) y Manolín, el segundo y menor.. Al enterarse los padres de Fernando y de Carmina, se enfadan y entran en una grave discusión que acaba en reproches y viejos rencores que salen al aire. La escena concluye con el atisbo de esperanza de que el sueño creador pueda culminarse; no obstante los deseos truncados de sus padres rondan también ese futuro incierto.
Para presentar la acción el autor elige tres días cualesquiera de ese largo período.
Los acontecimientos más interesantes de las vidas de los personajes ocurren precisamente en un tiempo que no ha sido dramatizado por Buero
El espectador conoce solo las consecuencias de las decisiones adoptadas por aquéllos en algún momento transcurrido entre un acto y otro. 6
Es importante señalar que cada acto representa el tiempo presente de los personajes; un presente connotado de forma negativa por la «ordinariez», en opinión de Fernando (acto primero) y por la «sordidez», en opinión de Fernando hijo,
Diálogos y acotaciones:
Los diálogos son muy fluidos y vehementes, con lo que se aporta emoción y agilidad al texto. Con ello se logra sentir los sentimientos y las características de cada personaje, por su manera de expresarse. Esta vehemencia se advierte en el uso de exclamaciones (¡Si puede ser!, ¡Tengo muchos proyectos!,…), interrogaciones (¿Qué puede haber de común entre ellos y nosotros?, ¿Verdad?,…), repeticiones de palabras (Podrás. Podrás,…, en el uso de vocativos , imperativos (Dime que sí, por favor! ¡Dímelo!, y el uso de puntos suspensivos (¡Qué felicidad! Los diálogos presentan un registro familiar o coloquial y su sintaxis es simple, lo que contribuye al ritmo, agilidad y emoción de los mismos.
En las acotaciones emplea un lenguaje culto pero perfectamente accesible a todo el mundo. Informan de la bajada y subida de los personajes en la escalera, de sus movimientos: (…) ella baja corriendo y se arroja en sus brazos, Fernando, el padre, que sube la escalera, se detiene, estupefacto, al entrar en escena); de sus emociones: