Análisis de la novela «El amor en los tiempos del cólera» de Gabriel García Márquez

Amor y Muerte en la Obra

El amor en los tiempos del cólera es una novela de amor en el sentido más estricto. El amor no solo forma parte de la obra, como es habitual en muchas narraciones, sino que es el tema central alrededor del cual gira todo. Esta característica es la que hace especial esta obra de Gabriel García Márquez y la que la diferencia de la literatura folletinesca o novela rosa.

El verdadero motor de la historia amorosa es Fermina Daza, ya que es el objetivo del amor de los otros dos personajes principales: Florentino Ariza y Juvenal Urbino.

Podemos encontrar varios tipos de amor:

  • Amor pasión: Amor idealizado cuyo precedente literario más remoto está en el amor cortés medieval y que es llevado a su máxima expresión en el Romanticismo. Se trata de la locura del amor, el servicio y la ausencia o no correspondencia de la persona amada. En esta novela aparece representado por el joven Florentino Ariza, al que vemos caracterizado como un loco de amor. Su primera carta tarda un año en ser respondida y esa espera interpreta falta de correspondencia, lo enferman con síntomas que se confunden con los del cólera.
  • Amor tedio: Es el amor matrimonial que se da en la novela entre el doctor Juvenal y Fermina Daza y que el narrador llama amor domesticado. No hay pasión ni tensión amorosa, se caracteriza por el tedio, la frustración o la incomprensión, sobre todo para Fermina. Produce encuentros y desencuentros constantes provocados por la pasividad del doctor, que pone pegas al estado de la ropa, a la comida, a la manera de llevar Fermina la casa… Relación que no tiene su origen en el enamoramiento. Fermina decide casarse con él obligada por su padre.

Personajes

La novela logra plasmar con efectividad la dimensión humana de sus personajes. Quizá este aspecto sea el más logrado de la obra, en la medida en que en otras obras de Gabriel García Márquez, como Cien años de soledad, el plano mítico o los sucesos de riqueza imaginativa eclipsan los demás elementos de la narración.

Hay tres personajes principales sobre los que gira la trama:

  • Florentino Ariza: Aunque están los tres, es obvio que el narrador muestra predilección por Florentino, ya que la novela se convierte desde el principio en su propia historia. El libro arranca desde la muerte de Juvenal, momento esperado por Florentino durante 50 años. Además, el lector se siente conmovido por ese pertinaz guerrero del amor en lucha constante contra la muerte, aunque lo vemos ejerciendo de conquistador y refugiándose en sus numerosas amantes para aliviar su amor por Fermina. No obstante, Florentino arrastra un increíble potencial para provocar desastres de los cuales sale siempre ileso. El personaje de Florentino se delinea con valores opuestos a los de Juvenal. Este pertenece a la burguesía emergente, moderna y cosmopolita, y Florentino es un personaje popular colombiano. Es realmente en la consideración del amor donde se enfatiza esa diferencia: en Juvenal existe una plena fe en la razón, en Florentino la inclinación de actuar bajo el influjo del sentimiento dirige sus formas de comportamiento.
  • Fermina Daza: Es la conexión entre dos mundos hasta el capítulo final, donde recibe mucha más atención por parte del narrador. Nos encontramos con una mujer obstinada, orgullosa, altiva… Esta realiza disculpas a su marido, el doctor, obligada por su padre. También es cierto que hay momentos en que esa altivez se debilita al aceptar al doctor Juvenal como esposo, por su padre, lo que implica resignarse a las reglas del futuro que su progenitor ha construido para ella y sacrificar el orgullo con el que siempre ha pretendido actuar. La relación con el doctor le permitirá ascender socialmente, aunque continuará luchando toda su vida por mantener su libertad frente a diversas fuerzas. Siempre mantiene un asombro de rebeldía. Por otro lado, está caracterizada como una mujer insegura y, en otras ocasiones, impulsiva, y siempre interpone una barrera de rabia para que no se note su miedo.
  • Personajes secundarios: Como ocurre en otras obras de Gabriel García Márquez, las mujeres son más fuertes y más ajustadas a la realidad que los hombres, ya que en la obra aparece que la madre de Florentino lo ayuda con su amor con Fermina, y las mujeres amantes y amigas también lo ayudarán. Todas ellas aportan diferentes formas de enfrentarse al amor y al sexo, especialmente las viudas, con el símbolo de la mujer liberada sexualmente y, en ocasiones, a la muerte. Probablemente sin estos personajes secundarios la historia hubiera podido ser leída como una simple historia de amor. Los personajes principales están caracterizados con una gran riqueza psicológica, no son personajes planos, sino complejos que evolucionan en el transcurso de la narración.

Estructura y Contenido

Estructura

La novela está dividida en seis capítulos sin numeración ni título. El primero y el último de estos capítulos narran el final de la historia, cuando los personajes protagonistas son ya ancianos. Los cuatro capítulos centrales, que interrumpen el relato del primero y del último (suponen analepsis), cuentan la historia del amor juvenil, loco y desaforado de Florentino y Fermina, la cual lo acaba rechazando, y la larguísima espera de 50 años de Florentino mientras dura el matrimonio del doctor. Hay una ruptura de la línea argumental, el relato avanza a base de saltos hacia delante y hacia atrás. Además, las historias de los personajes principales y secundarios se entrelazan continuamente.

Se puede apreciar también una estructura interna: la novela está organizada en tres tipos de amor que se dan entre los personajes. Se trata del amor loco y romántico del joven Florentino por Fermina, que se ve interrumpido por el viaje que el padre de ella la obliga a hacer para separarlos; el amor matrimonial entre Fermina y el doctor, que se inicia tras haberse casado ambos sin amor, durante el viaje de novios a Europa; y el amor entre Fermina y Florentino, el cual se consuma en el viaje a bordo del buque fluvial «Nueva Fidelidad».

Narradores

Hay un narrador principal en la novela que asume puntos de vista distintos. Aparentemente se trata de un narrador omnisciente en tercera persona, aunque de vez en cuando se presenta como testigo ocular de los hechos narrados (primera persona del plural). De esta manera, el lector ha de mostrarse activo para encontrar las conexiones del tejido narrativo e interpretar los hechos. La primera persona aporta mayor verosimilitud al relato. Según Vicente Cervera, el uso de la primera persona del plural es una especie de juego cervantino, según el cual el autor, Gabriel García Márquez, se incluye en la narración.

Por otro lado, la omnisciencia del narrador es selectiva. El cambio continuo del punto de vista influye en el ritmo con el que está escrita la novela. En definitiva, el narrador es a la vez dentro, testigo en primera persona, y fuera, omnisciente, testigo en tercera persona de la narración.

Tiempo y Espacio

El tiempo en la novela no sigue una cronología datada en la narración, sino que se presenta a través de datos vividos por los protagonistas, publicaciones de libros, estrenos de películas, acontecimientos históricos, etc. El tiempo es, por tanto, más psíquico que cronológico. Así, por ejemplo, Florentino deja de visitar a una de sus amantes debido a la novedad del tranvía de mulas (siglo XX), que le facilita la conquista de otras mujeres. Continuamente, a lo largo de la narración, el tiempo se dilata y se contrae por el uso de analepsis y prolepsis. Además, por la utilización de síntesis, pausas descriptivas y, sobre todo, elipsis.

En cuanto al espacio, la ciudad en la que transcurre la narración no es nombrada, pero a partir de la caracterización espacial, los viajes por el río Magdalena, las excursiones por ciudades del interior, así como las alusiones a la ciudad colonial, es posible deducir que se trata de Barranquilla, ciudad donde el autor pasó gran parte de su infancia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *