El peso del honor en Crónica de una muerte anunciada

Bayardo San Román

Ingeniero de trenes, bien vestido, galante con las mujeres, culto. Tenía dinero y le gustaban las fiestas con algarabía. Honrado, afable y buen conversador. Hombre de gran poder económico cuya edad ronda los 30 años aunque muy bien guardados. A primera vista produjo admiración en el pueblo a su llegada. Decidió casarse con Ángela Vicario consultando en primer lugar a la familia y no a ella, y para hacerla feliz cumplió todos sus caprichos prenupciales. Después la devolvió al descubrir que no era virgen. Su familia estaba conformada por cuatro personas más, la madre Alberta Simonds, dos hermanas y su padre, el general Petronio San Román. Es una persona un tanto histriónica porque le gusta llamar la atención de diferentes maneras, es popular y tiene un deseo enorme de satisfacer necesidades materiales suyas y del resto mediante el uso del dinero. Emocionalmente es voluble y posee relaciones sociales y sentimentales superficiales, pues lo que más busca es mantener una imagen social agradable más que auténtica.

Ángela Vicario

Es la menor de su familia, muy recatada respecto a los hombres, sabía lo que hacía en cada caso. Madura después de lo ocurrido y se vuelve ingeniosa, aunque prefiere ocultar la verdad sobre lo ocurrido. Prima del narrador. Flamante novia y devuelta esposa de Bayardo San Román al descubrir que no era virgen. Es la hija menor de una familia machista de recursos escasos. Vivía con su padre que estaba casi ciego (Poncio), madre (Pura) y hermanos (Pedro y Pablo). Tenía además dos hermanas mayores que ya se habían casado. Ángela era muy bonita y su aspecto era de monja. Es una persona reprimida socialmente por las costumbres que hay en su hogar, donde muestra una total dependencia hacia la madre, pasividad y sinceridad enorme consigo misma y con el resto. Como se dice, ha sido educada para ser esposa. Después de la paliza que le dio su madre ella se quitó un gran peso de encima, pues ya no le debía nada a nadie.

Pedro y Pablo Vicario

Los hermanos de Ángela son los encargados de devolver la honra perdida a la familia. Ninguno de los dos deseaba pasar por ese trance porque no eran hombres violentos, de modo que intentaron, sin lograrlo, que otros realizaran ese cometido. Muestran tener una relación simbiótica, pues Pablo se ve como una persona pasivo-dependiente ante Pedro; poseen un carácter un tanto agresivo y prepotente que bien lo podríamos encasillar en el tradicional machista. Dentro del pueblo ellos tenían un criadero de cerdos, trabajaban de matarifes, cortando carnes; es por ello que tenían amplio conocimiento sobre el uso de esos cuchillos. Pedro estaba recién llegado del servicio militar y conocía el uso de determinadas armas. Al final, son víctimas de la presión del código de honor del pueblo y, sin llegar a desearlo del todo, deben matar a Santiago.

La importancia del honor en la novela

El honor es uno de los temas centrales de la obra; el otro tema es la fatalidad (“fatum”). El honor de la familia Vicario ha sido “mancillado” y sus hermanos tienen el deber inexcusable de “lavar la afrenta” ya que su padre, viejo y ciego, no puede hacerlo. Este sentimiento del honor está arraigado en la colectividad, como avala la sentencia del juez: “fue un homicidio en legítima defensa del honor”. En toda la obra solo hay dos puntos claros y firmes: el asesinato de Santiago Nasar y la creencia de todo el pueblo en un código de honor. El pueblo solo se pone de acuerdo en el tema de la honra, el cual, visto a su manera, solo puede desembocar en tragedia. El honor es lo que mueve a esta sociedad que nos presenta GM, es lo que la motiva en sus acciones y opiniones. En Crónica de una Muerte Anunciada podemos considerar dos aspectos con respecto al honor:

  • La influencia del honor en los personajes. Lo que ellos piensen o lo que quieran hacer no es de verdadera importancia, ya que al final lo que terminará determinando sus acciones será este notable valor. Vemos, primero, el efecto del honor en dos personajes sobresalientes de la novela, Pedro y Pablo Vicario que se ven obligados a matar a Santiago Nasar para conservar el honor de su familia. Pero no es solo su familia quien desea retomar su honor, quienes los impulsan a cometer este crimen, sino que todos sus conocidos y amigos cercanos también influyen; hasta la novia de Pablo Vicario pensaba de esta manera (“… no solo estaba de acuerdo, sino que nunca me hubiera casado con él si no cumplía como hombre”). Si Pablo no cumplía con su deber de matar por el honor de su familia, la presión social era tan grande que él podría llegar a perder a su amada.

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