Hispanoamérica 40-50
En los años 40 y 50, la literatura hispanoamericana da las primeras muestras de superación de los modelos narrativos. El regionalismo de los años 20 y 30 se estaba agotando. Además, surge un nuevo concepto de la realidad que cuestiona la capacidad del hombre para entender el mundo. Así mismo, las transformaciones de la vida social y la influencia de los renovadores europeos y norteamericanos (como Joyce o Dos Passos) favorecerán el surgimiento de la nueva novela. Esta nueva novela supondrá la aparición de un nuevo mundo urbano y la atención a los problemas humanos y sociales, y hará que lo local vaya dejando paso a los temas y símbolos de alcance universal. La característica más definitoria de la nueva tendencia es la incorporación de elementos fantásticos o maravillosos, a través de dos técnicas principales: la poetización de la realidad y la naturalización narrativa de lo maravilloso.
Temática
En la temática nos encontramos con las novelas existenciales en las que predomina la soledad, la pérdida del sentido de la vida o la muerte; en esta línea habría que situar a Onetti y a Sábato. También están las novelas sociales, entre las que destacan las «novelas de dictador», tendencia iniciada por Miguel Ángel Asturias en «El señor Presidente» y continuada en obras como «Yo, el supremo» de Roa Bastos. Otros autores reflexionan sobre la historia del continente (El siglo de las luces, de Carpentier). Destaca también la metaficción (reflexión sobre el proceso creativo en la propia obra), con «Rayuela» de Cortázar como el mejor ejemplo, al incluir en los capítulos prescindibles las teorías del autor sobre la creación literaria. Por último, habría que destacar el humor y el erotismo.
Innovaciones
Las innovaciones afectarán al discurso y a las técnicas narrativas. La más importante es la ruptura de la estructura tradicional de la novela (ruptura de la linealidad, nuevo tiempo subjetivo y combinación de voces narrativas y puntos de vista diferentes). La otra constante es la preocupación por el lenguaje (experimentan con el idioma, rescatan lo coloquial y, en ocasiones, como Carpentier, desembocan en el barroquismo descriptivo).
Cronología
En cuanto a la cronología, suele señalarse a tres autores como precursores: Miguel Ángel Asturias (El señor Presidente, que abordaba injusticias sociales de su país), Alejo Carpentier (Los pasos perdidos, trata los conflictos entre las culturas indígenas y europeas) y Jorge Luis Borges, cuyas obras «Ficciones» y «El Aleph» indagaron en los enigmas de la existencia. Hay que mencionar también a Onetti, Sábato con «El túnel» y Juan Rulfo con «Pedro Páramo» (nos habla de la realidad mexicana del caciquismo y la miseria). La obra de estos primeros autores revelaba la existencia de dos tendencias principales en la nueva novela: el realismo mágico de Asturias o Carpentier, que continuaría posteriormente Vargas Llosa, y el realismo fantástico de Borges (y más tarde de Cortázar). En la primera, ambos mundos (real y maravilloso) conviven, lo que provoca encantamiento al lector; en la segunda, sucede lo contrario, lo que provoca terror.
Los 60: El Boom de la novela hispanoamericana
En los años 60 se produce el boom de la novela hispanoamericana, es el periodo de mayor esplendor de esta narrativa y supone la integración definitiva de lo fantástico y lo real.
Causas del Boom
- El respaldo que la nueva novela recibió por parte de editoriales españolas, francesas y latinoamericanas.
- El factor determinante del Boom fue la coincidencia en pocos años de muchas novelas magistrales como «La ciudad y los perros» de Vargas Llosa, «El astillero» de Onetti o «Cien años de soledad» de Gabriel García Márquez; serán estas novelas las que despierten la atención de Europa.
- «Cien años de soledad» ha sido la que ha alcanzado mayor proyección internacional; en esta obra se nos cuenta la historia del pueblo Macondo, que desde su fundación está condenado a desaparecer en un diluvio de resonancias míticas.
El boom fue un movimiento exclusivamente masculino y discriminó a otras formas literarias como la lírica, el teatro o el cuento.
Los 70: El Postboom
En los años 70 se observa en la literatura hispanoamericana un cambio de rumbo que predominará durante los 80. Esta tendencia se llamará Postboom, y se vincula a la época de desilusión ante el fracaso de los proyectos democratizadores. Sus protagonistas son los llamados autores novísimos, aunque hay que señalar la participación de autores del boom.
Características del Postboom
- Una mayor confianza en la capacidad del ser humano para percibir la realidad y en el lenguaje para contarla.
- La recuperación del realismo.
- El auge de la literatura testimonial y de la narrativa femenina.
Temática del Postboom
- Destaca la denuncia social, ideológica o política, y el auge de la literatura testimonial: «Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia» de Rigoberta Menchú.
- Destaca Elena Poniatowska.
- El exilio fue inspirador para autores como Luisa Valenzuela o Mario Benedetti (Geografías).
- Destaca también el aumento de las novelas de tema histórico como «Gringo viejo» de Carlos Fuentes, o «Memoria del fuego» de Eduardo Galeano.
- Otra característica temática es la incorporación de la cultura popular, las drogas y el sexo, en obras como «Boquitas pintadas».
- La recuperación del erotismo y el amor.
- Finalmente, señalar la presencia del humor en autores como Severo Sarduy o Abel Posse.
Técnicas narrativas del Postboom
Destacan dos tendencias:
- La primera está representada por novelas realistas, con predominio del drama y ausencia de la metaficción.
- La segunda se caracteriza por la exacerbación de la experimentación, la ausencia de trama y la presencia de metaficción, lo que la convierte en una literatura para minorías; representan esta tendencia autores como Severo Sarduy y Salvador Elizondo.
El Panorama Actual
es muy dificil de sintetizar, pero muchos autores del boom siguen escribiendo y todos los del postboom, ademas comienzan a asomarse nuevas voces como Andres Neuman, Jorge Volpi o Karla Suarez.