1. El Realismo y el Naturalismo
Son las dos corrientes literarias fundamentales de la segunda mitad del siglo XIX. Surgen para reflejar la realidad tal y como es, como una reacción contra la estética romántica y sus excesos. Utilizan especialmente la novela, por su gran extensión y porque permite reflejar múltiples facetas de la sociedad.
Realismo. Características
- Se interesa por la realidad externa, frente a la exhibición de la intimidad del autor del Romanticismo.
- El autor habla de lo que le rodea, y no de sí mismo, observando todo meticulosamente e intentando dar una referencia objetiva de eso.
- La atención se centra en lo próximo y fácilmente observable más que en lo lejano y exótico.
- Se tiende a hablar de escenas de la vida cotidiana y de temas económicos, sociales e ideológicos del momento.
- Se utiliza una expresión sobria y precisa, cediendo la intención estética frente al propósito docente.
- Frente al idealismo y apasionamiento romántico, el autor se caracteriza por un espíritu sensato, moderado y práctico, es decir, burgués.
- Los personajes están sacados de la vida de la época (descripciones minuciosas, físicas y psíquicas).
- Usan un lenguaje adecuado a cada uno, mezclando lo culto y lo vulgar, con giros coloquiales.
- El narrador es omnisciente: conoce perfectamente el ambiente, a los personajes y valora y emite juicios sobre ellos o los hechos.
- Se plantean posturas ideológicas y reflexiones sobre los valores morales de la sociedad.
Naturalismo. Características
- Surge hacia 1870, derivado del Realismo, pero con algunos elementos nuevos. Su autor más significativo es Émile Zola.
- Aparece marcado por el determinismo positivista.
- Se escogen ambientes de degeneración y miseria y personajes marginales para mostrar los instintos más brutales y primarios del hombre y la opresión ejercida sobre los humildes por una sociedad injusta.
- En consecuencia, asume un compromiso social y político frente al egoísmo de la poderosa clase burguesa.
2. El Realismo en España
Por encima de los demás géneros, utiliza la novela, por considerarla el vehículo más adecuado para reflejar la sociedad y la realidad. Comienza con la aparición en 1868 de La Fontana de Oro, de Pérez Galdós. Hay varias tendencias dentro del Realismo:
Tendencia idealizante:
Se fija en la parte más amable de la realidad, rehuyendo de los aspectos más crudos o desagradables. Tiene una intención moralizadora.
Tendencia esteticista:
Parte del intrínseco valor artístico de la obra, sin servir a intereses moralizadores. Tiende a buscar la belleza, excluyendo lo feo y desagradable.
Tendencia del realismo puro:
Pretende mostrar la realidad del modo más objetivo posible, sin desdeñar ningún aspecto de ella. Destacan Benito Pérez Galdós y Leopoldo Alas, “Clarín”.
Tendencia del Naturalismo:
En sentido estricto no se dio nunca en España, aunque influyó en autores como Emilia Pardo Bazán y Vicente Blasco Ibáñez.
3. Benito Pérez Galdós (1843-1920)
En su amplia producción literaria muestra los distintos enfoques que adopta la narrativa: realismo, naturalismo y espiritualismo. Además de la novela, también es importante su producción teatral (Electra) y sus Episodios nacionales. Su obra novelística se divide en:
– Novelas de la primera época:
Tratan el problema religioso. Resultado de su liberalismo anticlerical son las novelas de tesis, en donde opone el mundo liberal frente al tradicional. De esta manera, los personajes son “buenos” o “malos”. Obras: Doña Perfecta.
– Las “Novelas españolas contemporáneas”:
Abandona la defensa de una tesis para centrarse en la descripción de la sociedad española de la época. Adopta ciertos elementos del Naturalismo. Personajes: de todas las clases sociales, pero sobre todo de la burguesía. Obras: Fortunata y Jacinta.
– Las novelas espiritualistas:
Aquí Galdós pasa del materialismo anterior a centrarse en el espíritu, exaltando la justicia, el amor y la dignidad del hombre. Obras: Misericordia.
4. Leopoldo Alas, “Clarín” (1852-1901)
Catedrático de Derecho, destacó sobre todo como crítico literario y como escritor de novela y relatos cortos. Su obra, La Regenta (1885), es, para muchos, la mejor novela de la literatura española, después del Quijote. Fue publicada en dos partes, cada una de quince capítulos, que narran, respectivamente, la primera tres días y la segunda tres años. En La Regenta tiene especial importancia la caracterización psicológica de los personajes; estos se encuentran en permanente conflicto personal y moral. Clarín describe con gran detalle a muchos personajes secundarios. En cuanto al espacio, la acción transcurre en Vetusta, ciudad simbólica (Oviedo y toda la sociedad española de la época). Hay abundantes diálogos, monólogos y disertaciones del narrador.
Estilo:
- Se inspira en la realidad, que intenta exponer objetivamente.
- Utiliza una descripción detallista, pormenorizada, tanto para personajes como para el ambiente.
- En los personajes describe minuciosamente su modo de pensar, su psicología.
- En el ambiente, recrea lo que le rodea a él mismo (Oviedo y sus alrededores).
- Emplea un lenguaje “natural, sencillo, expresivo y modesto”, adaptado a las características de cada personaje.
- Busca denunciar los males y la hipocresía de la sociedad que le rodea.