La Narrativa Española del Siglo XX: De la Posguerra a la Modernidad

La Posguerra: Aislamiento y Búsqueda de Sentido (1940-1960)

Tras la Guerra Civil, España queda fragmentada y aislada mundialmente. La ausencia de libertad, el exilio de muchos escritores, la muerte de novelistas clave y la censura marcan la creación literaria de un país devastado. Todas estas circunstancias se plasman en una narrativa que abandona la innovación y se aleja de las nuevas corrientes literarias mundiales.

En la novela de los años 40 destaca la narrativa en el exilio, ideológica y existencialista.

  • En la narrativa de autores en el exilio destacan Ramón J. Sender con Réquiem, Rosa Chacel o Francisco Ayala, hablando de recuerdos trágicos de la guerra o del exilio.
  • En la narrativa ideológica destaca La vida nueva de Pedrito de Andía de Rafael Sánchez Mazas o Javier Mariño de Gonzalo Torrente Ballester.
  • Y en la narrativa existencialista se describe la realidad social, centrándose en las vivencias de un protagonista asfixiado por una existencia sin sentido.

El tremendismo es una tendencia próxima al naturalismo del XIX. Presenta situaciones y personajes de gran dureza y violencia, mientras el narrador se caracteriza por su impasibilidad.

Sin embargo, las novelas más importantes de los años cuarenta son de carácter existencialista, que reflejan la crisis moral y las miserias provocadas por la guerra. Los títulos más representativos son: La familia de Pascual Duarte (esta obra es también exponente del tremendismo) de Camilo José Cela; Nada de Carmen Laforet; y La sombra del ciprés es alargada de Miguel Delibes.

En la novela de los años 50 destaca el realismo social. Es un realismo crítico, con un estilo sencillo y objetivo, tratando temas de desigualdad social de las clases más desfavorecidas, siendo muy habitual el uso del protagonista colectivo. Las tres novelas claves de este período son: El camino, de Miguel Delibes; La Colmena, de Camilo José Cela; y El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio.

Apertura y Experimentación (1960-1975)

La novela de los años 60 se abrirá a corrientes europeas y americanas y tratará de experimentar. Sus características son:

  • Variedad de temas
  • Mezcla de géneros literarios
  • Quebramiento de las normas sintácticas

La obra clave es Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos. Es un retrato de la sociedad española subdesarrollada de los 50. Es una obra que muestra una ironía desgarradora y que utiliza varios registros lingüísticos dependiendo de quién hable. Encontramos, además, obras como Cinco horas con Mario (Miguel Delibes), reflejando la hipocresía de una sociedad estancada y reprimida.

La Democracia y la Heterogeneidad Narrativa (1975-Actualidad)

La llegada de la democracia vino acompañada de una heterogeneidad de tendencias narrativas. En general predominan tres enfoques temáticos:

  • La recuperación del intimismo
  • La novela de género
  • La metanovela

A partir de 1975, los gustos de los lectores hacen que aparezcan diferentes subgéneros: novela policíaca, histórica, de aventuras, etc., actualmente podemos encontrar una gran oferta literaria de narrativa española. Se cultivan diversos como novela negra, novela fantástica, cuentos…

La frase «El que insiste, gana» de Camilo José Cela puede relacionarse con la historia de España entre 1936 y 1975. En la novela española de ese tiempo, la insistencia en buscar la verdad y la libertad reflejaba la lucha contra la opresión y la censura política. La narrativa española ha ido evolucionando y se ha ido adaptando a cada contexto histórico y social hasta nuestros días, siendo imposible imaginar la historia de nuestra literatura sin todos ellos.

Las Vanguardias y el Novecentismo en España

Tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918), los jóvenes europeos empezaron a defender la creación de un nuevo mundo y en España, este deseo por la modernización se vio reflejado en dos movimientos literarios: el novecentismo y las vanguardias.

Las Vanguardias: Ruptura y Experimentación

Las vanguardias son un conjunto de movimientos artísticos y literarios desarrollados en Europa y América. Cada movimiento vanguardista cuenta con sus propios rasgos, pero también comparten algunos como:

  • Antirrealismo
  • Irracionalismo
  • Deseo por experimentar con técnicas rompedoras

En Europa, los movimientos vanguardistas más importantes son:

  • El futurismo, fundado por Marinetti, que se caracteriza por la exaltación de la fuerza, la técnica y velocidad.
  • El dadaísmo, liderado por Tzara, que protesta contra el sistema de valores imperante y reivindica la destrucción del arte tradicional, lo cual nos lleva al surgimiento del surrealismo.
  • El surrealismo, fundado por André Bretón, es un movimiento que pretende romper las ataduras derivadas de la moral y la razón. Marcó obras como Poeta en Nueva York de García Lorca.
  • El cubismo, donde los escritores resaltan los aspectos visuales, como el tipo de letra. Destacan los caligramas de Apollinaire.

Las vanguardias españolas presentan un carácter irracionalista y encontramos artistas como Ramón Gómez de la Serna que escribió obras como El torero caracho.

La influencia de las vanguardias hizo que en España se desarrollarán tendencias como el ultraísmo, que se expresa mediante la poesía y trata temas de la realidad moderna que no poseen sentimiento alguno. Los principales autores son Cansinos Assens, Guillermo de la Torre y Gerardo Diego.

La Generación del 14 y el Novecentismo

Eugenio D’Ors acuñó el término «Generación del 14» para referirse a la segunda generación literaria del siglo XX, formada por autores como Ortega y Gasset y Gabriel Miró. Sus características principales son:

  • Una formación intelectual sólida
  • La defensa del “arte puro”
  • El europeísmo
  • Un estilo cuidado

Sus géneros más utilizados son la novela y el ensayo.

En los ensayos, destaca Ortega y Gasset, un gran difusor de las ideas novecentistas en sus revistas y obras, entre las que destacan La rebelión de las masas y La deshumanización del arte. Otros ensayistas son:

  • Eugenio D’Ors, creador del subgénero denominado «glosas».
  • Gregorio Marañón, autor de El conde-duque de Olivares.
  • Manuel Azaña, con novelas como El jardín de los frailes.
  • Salvador de Madariaga, con obras como Ingleses, franceses y españoles.

Por otro lado, los novelistas destacados son:

  • Gabriel Miró con obras como Nuestro padre San Daniel y El obispo leproso, a las que llamó «novela formalista».
  • Ramón Pérez de Ayala, que representa la novela intelectual dialogada en obras como Tinieblas en las cumbres.

Por último, para Juan Ramón Jiménez (Premio Nobel en 1956), la poesía es belleza y un modo de conocimiento. Su trayectoria poética se divide en:

  • Modernista, con obras como Arias tristes.
  • Poesía desnuda, con Diario de un poeta recién casado.
  • En sus últimos libros destacan La estación total y Espacio.

Conclusión

El novecentismo y las vanguardias poseen características en común, como el hecho de formar un nuevo movimiento artístico en entreguerras. A la vez se diferencian en que las vanguardias fueron movimientos más radicales y que el novecentismo fue un movimiento exclusivamente español.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *