El teatro español desde principios del siglo XX hasta 1939
El teatro español de principios del siglo XX hasta 1939 se caracteriza por la diversidad de corrientes y la riqueza de autores que lo nutren. Desde el modernismo hasta la vanguardia, pasando por la comedia burguesa y el sainete costumbrista, el teatro español de este periodo refleja las inquietudes sociales y artísticas de la época.
El Modernismo y la Comedia
El modernismo se refleja en autores como Eduardo Marquina y Federico Villaespesa. El teatro cómico gana popularidad con Pedro Muñoz Seca y su astracanada, especialmente con La venganza de Don Mendo. Jacinto Benavente, maestro de la comedia burguesa y Premio Nobel de Literatura, destaca con Los intereses creados. Carlos Arniches, por su parte, es conocido por sus sainetes costumbristas, sobresaliendo con La señorita de Trevélez.
Teatro Innovador
La búsqueda de un teatro más innovador tiene en Miguel de Unamuno y Enrique Jardiel Poncela a dos de sus máximos exponentes. Unamuno con su Fedra y Jardiel Poncela con obras absurdas como Angelina o el honor de un brigadier, abren nuevos caminos para la escena española.
Los Gigantes del Teatro: Valle-Inclán y Lorca
Sin embargo, las obras dramáticas más importantes de este periodo provienen de Ramón del Valle-Inclán y Federico García Lorca, dos autores que revolucionaron la escena española.
Ramón del Valle-Inclán: La Sátira del Esperpento
Valle-Inclán evolucionó del drama poético a la sátira del esperpento, enfrentándose a la realidad social y política de su tiempo. En Luces de Bohemia, describe cómo los héroes clásicos se deforman en espejos cóncavos, volviéndose absurdos. Divinas palabras es el preludio a sus obras esperpénticas, narrando la historia de una familia que exhibe a su hijo deforme para ganar dinero. En Luces de Bohemia, un héroe envejecido y ciego recorre el Madrid de 1920, enfrentándose a un universo de odios e injusticias. La hija del capitán trata sobre un golpe de estado y su trágico desenlace.
Federico García Lorca: La Tragedia en Verso
Federico García Lorca, parte de la Generación del 27, transformó el teatro en una expresión de los conflictos colectivos. Con su compañía ambulante, La Barraca, promovió el teatro popular. Obras como Mariana Pineda, Bodas de sangre (inspirada en un hecho real de Níjar), Yerma y La casa de Bernarda Alba exploran temas de amor imposible, frustración, represión y las estructuras sociales que oprimen al individuo, especialmente a la mujer.
En definitiva, el teatro español de principios del siglo XX hasta 1939 se caracteriza por su riqueza y variedad, sentando las bases para el desarrollo del teatro contemporáneo.