Novecentismo
A principios del siglo XX, la literatura española experimentó un periodo de gran esplendor conocido como Edad de Plata (1900-1936). En España, la llegada de las Vanguardias coincidió con la aparición del Novecentismo, también llamado Generación del 14.
Los novecentistas habían superado el Modernismo evolucionando hacia una expresión más sobria. Se alejaron de los enfoques dramáticos del 98, tratando el problema de España de manera serena y rigurosa. Se preocupaban por la solidez intelectual y la obra»bien hech».
Entre los rasgos que caracterizan la literatura novecentista destacan:
- Racionalismo: La razón debe guiar al ser humano.
- Europeísmo: Defendieron reformas para modernizar España y acercarla a Europa.
- Intelectualismo: Evitaron lo sentimental y anecdótico, persiguiendo el arte puro.
- Elitismo: Arte minoritario, creado y dirigido a una élite intelectual con una educación sólida.
Vuelven la mirada hacia el mundo clásico, hacia un estilo sereno y alejado de los adornos superfluos. En esta generación destacan los pensadores y ensayistas. Hay que destacar al escritor y filósofo José Ortega y Gasset, quien asumió el liderazgo de esta generación. Fundó la revista España y la Revista de Occidente, publicaciones fundamentales para conocer las nuevas corrientes europeas del pensamiento y la creación. En sus ensayos filosóficos (El espectador, El tema de nuestro tiempo) trata el tema de la existencial, la razón vital, el perspectivismo; es célebre su frase filosófica»yo soy yo y mis circunstancias</em». En sus ensayos literarios y estéticos (La deshumanización del arte e Ideas sobre la novela) analiza el Vanguardismo y defiende un arte puro, minoritario, intelectual que evite lo anecdótico y sentimental. En los ensayos sociopolíticos (La rebelión de las masas, Meditaciones del Quijote, España invertebrada) expone la necesidad de europeizar y modernizar el país, advierte del peligro de los particularismos territoriales y sociales, defiende que un país debe estar dirigido por una élite intelectual y reflexiona sobre el peligro que supone la masa. Otros grandes ensayistas y pensadores de este periodo fueron Eugenio d´Ors (La ben plantada, Nuevo glosario), Manuel Azaña, Salvador de Madariaga, Gregorio Marañón y Américo Castro.
En poesía, la gran figura de la generación es Juan Ramón Jiménez, que evoluciona desde el Modernismo de su primera etapa hacia una mayor intimidad y complejidad intelectual. Su etapa intelectual (Diario de un poeta recién casado, Eternidades, Poesía y Belleza) se caracteriza por una expresión más desnuda y precisa, por una reflexión intelectual e incluso filosófica sobre temas transcendentes y todo ello con el uso del verso libre y de símbolos como el mar. En la etapa suficiente o verdadera (Espacio, La estación total, Dios deseado y deseante, Animal de fondo) continúa la depuración verbal, su búsqueda de la belleza y de la poesía pura acaba en un misticismo poético.
La narrativa novecentista se caracteriza por un lenguaje cuidado, minuciosidad estilística y un marcado carácter intelectual. Gabriel Miró en sus novelas líricas (Las cerezas del cementerio, Nuestro padre San Daniel, o El obispo leproso) demuestra dominio del lenguaje y su estilo rico y sensorial. Las novelas de Ramón Pérez de Ayala tienen un marcado carácter ensayístico e intelectual; en ellas destacan las continuas digresiones sobre diversos temas y una tendencia a la experimentación formal. Hay que destacar Troteras y danzaderas, inspirada en sus propias vivencias, en Belarmino y Apolonio aplica el perspectivismo al presentar la realidad desde dos puntos de vista, en Tigre Juan y su continuación El curandero de su honra trata el tema del amor, el honor y el donjuanismo.
Vanguardias
Durante la segunda década del siglo XX surgieron en toda Europa una serie de movimientos artísticos conocidos como vanguardias o ismos, que perseguían romper con la tradición proponiendo nuevas formas de expresión. Movimientos efímeros que se dieron a conocer gracias a las revistas y a los manifiestos en los que detallaban sus principios y su propuesta estética. Se caracterizaron por su originalidad, eclecticismo, antirrealismo, modernidad, experimentalismo y elitismo.
Entre las vanguardias hay que destacar:
- Futurismo: En el Manifiesto futurista del escritor italiano Marinetti se ensalza la velocidad, la tecnología, la ruptura lingüística.
- Cubismo: Comenzó con el cuadro de Picasso Las señoritas de Avignon donde se refleja una visión múltiple de la realidad. En la literatura, destacó Apollinaire con sus Caligramas, poemas que dibujaban con palabras.
- Expresionismo: Nació en Alemania y reacciona ante la guerra y la violencia con una deformación grotesca y crítica de la realidad (El grito del pintor Munch o el esperpento de Valle-Inclán en nuestra literatura).
- Dadaísmo: Fundado por el poeta rumano Tristan Tzara, buscó la provocación a través de la experimentación, precursores del Surrealismo.
- Surrealismo: Es el movimiento de vanguardia que más ha influido y perdurado. Nació en Francia cuando André Breton publicó el primer Manifiesto surrealista (1924); daba importancia a lo onírico y lo irracional, defendían la libertad creadora, la escritura automática, las imágenes irracionales.
Las vanguardias llegaron a España gracias a la labor de intelectuales como Rafael Cansinos Assens y Ramón Gómez de la Serna. Gómez de la Serna fue director de la revista Prometeo y asiduo de las tertulias literarias del café Pombo. Escribió ingeniosas Greguerías (metáfora + humor»La T es el martillo del abecedario</em»). Entre los movimientos de vanguardia nacidos en España hay que destacar:
- Ultraísmo: Un movimiento sincrético en el que se fundieron rasgos del cubismo, el futurismo y el dadaísmo. Destacaron en él, Guillermo de Torre y Jorge Luis Borges.
- Creacionismo: Fue creado por el chileno Vicente Huidobro y en España lo cultivaron Gerardo Diego o Juan Larrea. No querían imitar o reflejar la realidad, pretendían crearla en sus poemas.
- Surrealismo: Fue el movimiento de vanguardia que más arraigó en España y fue gracias a los poetas del 27.