DON ALVARO
Don Álvaro: Rivas fue un exiliado político. Profundizó en una obra que se adaptaba a las novedades europeas. El título de la obra es original y no traducido. Es la lucha del hombre contra esa fuerza que le impone a su libertad. El destino es más fuerte que la voluntad del hombre. Este título nos pone ya en un debate moral. Tenemos un drama que no es tragedia ni comedia. Es un género nuevo. La identidad del personaje está relacionada con lo que en el ambiente social se dice de él, es un asunto importantísimo en el romanticismo (perspectivismo desde los personajes, cada uno piensa una cosa). La novela gira en torno a dos ejes: el amor y la venganza. En cuanto a la identidad: la antropología filosófica trata sobre la condición del ser humano y su conocimiento de su propia identidad. La base de la filosofía es ¿qué es el ser? Ahora la pregunta comienza a ser ¿quién soy yo? El punto de vista ha cambiado. Ahora es el personal. Solo podemos aceptar como realidad algo viéndolo desde el Yo. Esta cuestión de la identidad es fundamental. Sigue siendo el eje del teatro más contemporáneo. La antropología filosófica dice que el hombre es el único animal que se ve a sí mismo. Cada vez que intentamos representar nuestras acciones, nos estamos observando desde fuera. La imagen que tenemos de uno mismo es en relación con la persona que tratamos. Hasta el último episodio se discute sobre quién es Don Álvaro. El ser humano se construye en sociedades. Hay múltiples voces durante toda la obra. Rivas coloca a una serie de personajes que representan el orden y que están en desacuerdo con una opinión. El miedo del público al ver en España una obra como la de Don Álvaro, escrita por un aristócrata, está relacionado con el miedo de Larra. Símbolos: monasterio: refugio de pasión y baluarte de fe. Representa dos tópicos: lugar ameno y horrible, donde Don Álvaro sufre el combate final. Cárcel: pasado de Don Álvaro y falta de libertad. Pistola: instrumento del azar, al igual que las cartas. Llave: propicia la venganza abriendo la caja de Pandora que será la caja de la desgracia en el destino.
JUAN TENORIO
Juan Tenorio: En Don Juan hay elementos mitológicos clásicos. En todas las versiones románticas de Don Juan nos encontramos con una cuestión en común. El romanticismo intenta comprender y redimirlo. Este movimiento intenta comprender por qué el juicio es capaz de juzgar el universo. En la literatura lo que se pretende es comprender. La idea no es tanto juzgar sino comprender al otro. El cristianismo es importante en el caso de Zorrilla. Tenemos una serie de características que corresponden a la tradición y a la época. Don Juan era el pecado romántico. Hay muchas características que hacen pensar que está condenado a la tragedia. Pero Zorrilla introduce el elemento del perdón y de la redención (es aquí donde se ve lo cristiano). Esta obra consta de 2 partes, entre las cuales hay un transcurso temporal de 5 años. En la 1ª parte (comedia de capa y espada): es muy extensa. En cuanto a la estructura externa, cuenta la leyenda del burlador que sucede en Sevilla en una noche de carnaval de 7:30 a 8 de la tarde hasta la 1 de la madrugada. Aquí suceden dos muertes y una conquista. Nos encontramos con elementos como el movimiento, el dinamismo y la acción. En la 2ª parte (drama religioso): se desarrolla la leyenda del convidado de piedra con seres de ultratumba que se caracteriza por el sosiego y el vértigo de la muerte. Los ingredientes románticos más destacados son el tema de la muerte, el mundo de ultratumba y el entorno misterioso. Don Juan Tenorio es un libertino, un seductor de mujeres, pendenciero, desafiante e irreverente con los muertos. Pero en su camino, se va a encontrar con un alma pura, doña Inés. Ella es la primera mujer que Don Juan ama de verdad, y este amor va a hacer posible la transformación espiritual del pecador (es por esto que podríamos decir que Don Juan es romántico con matices). Los objetivos de Don Juan y Don Luis son: atropellar la razón, escarnecer la virtud, burlar la justicia y vender a la mujer. Símbolos: destino, llave, la hora, cena, hombres de piedra, sepulcro, sueño (esto se convertirá en el tema de la fantasía en la muerte de los personajes, sueño horrible/sueño realidad.
LEYENDAS
Leyendas: Las leyendas de Bécquer transmiten siempre un mensaje ético relacionado con los problemas espirituales de su época. No son ajenas a un similar propósito moralizador o al menos crítico. Todos los personajes están generalmente aprisionados en su falta de fe, vanidad, orgullo, sensualidad, egoísmo. Aunque hay dimensión heroica en esos personajes impulsados a desafiar a Dios. Bécquer no traiciona nunca su formación católica juvenil; para el mal solo hay 2 caminos: la conversión al bien o el infierno. El narrador no coincide nunca con esos personajes malvados. Pero hay otros, en cambio, que representan positivas fuerzas del espíritu. En «Los ojos verdes» el caballero busca la trascendencia del amor; en «El miserere» el peregrino aspira a la perfección en el arte. El fracaso para ellos no supone un castigo moral, fracasan, no se condenan. Y fracasan porque el ideal engaña (los ojos verdes), se diluye (el rayo de luna), se transforma (la corza blanca). No es nueva en la literatura española la contraposición entre una realidad baja y un idealismo exaltado. Cervantes en un extremo, y Galdós en el otro lo evidencian. Bécquer escoge los asuntos de las leyendas de acuerdo con la posibilidad de desarrollo de esas ideas básicas. Cuando lee las Odas y Baladas de Víctor Hugo imagina una leyenda similar a los ojos verdes, que nunca escribe. Los protagonistas de Bécquer no tienen rasgos físicos, se los conoce solo por actitudes, palabras, etc. Simbolizan el materialismo demoníaco. Los personajes secundarios son casi siempre costumbristas.
CARTAS A UNA MUJER
Cartas a una mujer: Son una serie de artículos con los que Bécquer comenzó su colaboración en el periódico El Contemporáneo. Las cartas tratan de varios aspectos del proceso creador de la poesía, y lo hacen de forma premeditada y desordenada. Desde la publicación de las cartas comienza la elaboración de las Rimas, su creación auténtica en el orden poético. Las Cartas a una mujer representan la afirmación de un escritor que asegura con ellas la coincidencia de que es un poeta de la lírica íntima, en el que amor y poesía van a confundirse en las raíces mismas de la creación, y esta confusión, si bien es propia de la literatura romántica, creará una intensidad en la comunicación del sentimiento tal naturaleza que él presiente y abre el camino de la poesía moderna. Bécquer es un poeta profundamente intuitivo y consciente de su quehacer literario. Estas cartas van dirigidas a una mujer de identidad ignorada, y a través de ella, al público que constituirán las lectoras del periódico. La irregularidad de las cartas hace que sea una obra incompleta y que el mismo autor olvidaría pronto. La relación de las cartas con las rimas solo puede ser parcial. Hay que tener en cuenta estas cartas en relación con las rimas en las que el asunto de la exaltación de la mujer es paralelo. Pero apenas sirve para las rimas del dolor.